Primer caso de un oso polar muerto por gripe aviar en Alaska

Un oso polar busca comida cerca de Kaktovik, Alaska, en septiembre de 2016. (Josh Haner/The New York Times)
Un oso polar busca comida cerca de Kaktovik, Alaska, en septiembre de 2016. (Josh Haner/The New York Times)

Una clase altamente letal de gripe aviar que se ha estado extendiendo por todo el mundo ahora se detectó en un oso polar muerto en Alaska. Es el primer caso registrado en estos animales del Ártico, los cuales figuran en la lista de especies amenazadas de la Ley de Especies en Peligro de Extinción.

El virus es una amenaza nueva para muchos mamíferos salvajes.

El oso polar infectado nos da una prueba más de cuán extendido está ya el virus —una clase altamente patógena del H5N1— y de lo novedoso de su comportamiento. Desde su aparición en 2020, el virus se ha extendido a todos los continentes excepto Australia. También ha infectado a una variedad inusualmente amplia de aves y mamíferos silvestres, incluidos zorros, zorrillos, pumas y leones marinos.

“El número de mamíferos infectados sigue creciendo”, declaró Bob Gerlach, veterinario del estado de Alaska.

En la mayoría de los casos, el virus no ha causado muertes masivas en las poblaciones de mamíferos salvajes (los leones marinos sudamericanos han sido una notable excepción), pero representa una nueva amenaza para el ya de por sí vulnerable oso polar, que está en peligro por el cambio climático y la disminución del hielo marino.

“Lo preocupante es que desconocemos el alcance generalizado de lo que el virus puede provocar en la especie del oso polar”, señaló Gerlach.

El oso mostraba síntomas de haberse enfermado. Fue hallado muerto el otoño pasado en el extremo norte de Alaska, cerca de Utqiagvik. Las muestras tomadas del animal en un principio dieron negativo para el virus. Pero, cuando los expertos llevaron a cabo un examen más exhaustivo con una necropsia y muestras de tejido del oso, encontraron indicios claros de inflamación y enfermedad, según Gerlach.

El mes pasado, las muestras de tejido del oso dieron positivo para el virus, de acuerdo con el Departamento de Conservación Medioambiental de Alaska. El virus se identificó finalmente en múltiples órganos, dijo Gerlach. “Creo que sería adecuado decir que murió a causa del virus”, afirmó.

Un oso polar nadando entre el hielo marino derretido cerca de las islas Harbour, en Canadá. (Getty)
Un oso polar nadando entre el hielo marino derretido cerca de las islas Harbour, en Canadá. (Getty)

Anteriormente Alaska ha notificado infecciones en un oso pardo y un oso negro, así como en varios zorros rojos.

Lo que no sabemos: ¿se han contagiado otros osos polares?

No está claro cómo el oso polar se contagió del virus, pero se sabe que había aves enfermas en la zona. Es posible que el oso polar se infectara tras comer un ave muerta o enferma, conjeturó Gerlach.

Los científicos tampoco saben si se trata de un caso aislado o si hay más osos polares infectados que no se han detectado. Es difícil controlar el virus en las poblaciones de animales salvajes, sobre todo en lugares tan remotos como el norte de Alaska. “¿Cómo saber cuántos están contagiados?”, preguntó Gerlach. “Realmente no lo sabemos”.

Los científicos locales, las autoridades y otros expertos seguirán buscando síntomas del virus en los animales salvajes, incluidos los osos polares que encuentren muertos o parezcan enfermos, dijo Gerlach.

c.2024 The New York Times Company

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