Airbnb y su nuevo acuerdo para que más gente de fuera haga trabajo remoto desde la CDMX

La gentrificación en México se verá reforzada con un acuerdo comercial entre el gobierno y la empresa Airbnb. (REUTERS/Raquel Cunha)
La gentrificación en México se verá reforzada con un acuerdo comercial entre el gobierno y la empresa Airbnb. (REUTERS/Raquel Cunha)

Airbnb se ha aliado con el Gobierno de la Ciudad de México y con la UNESCO para promocionar a la capital como un destino ideal para los trabajadores remotos de todo el mundo. La intención, sostienen, es hacer de CDMX un centro global para turismo creativo. Los datos abonan a esta ambición: tan sólo en la primera mitad de año el nivel de renta en la ciudad se elevó en un 40%, producto de los casi dos millones de personas que arribaron a la capital.

“Los trabajadores remotos tienen mucho que aportar a la CDMX y por eso esta alianza es tan importante. Con Airbnb mejoraremos las opciones que la ciudad ofrece. Esta es una oportunidad para demostrar que la CDMX se adapta e innova frente a escenarios adversos, como la pandemia”, mencionó Diana Alarcón, coordinadora General de Asesores y Asuntos Internacionales de la Ciudad de México.

Por su parte, Nathan Blecharczyk, cofundador de Airbnb apuntó hacia la "integración" de las personas que se establezcan en México para realizar trabajo remoto. "Con el auge del trabajo remoto, los destinos deben considerar cómo asegurar que los beneficios del trabajo a distancia se reflejen en toda la comunidad. El mejor enfoque es uno que no solo atraiga a este segmento de visitantes sino que los integre exitosamente a las comunidades para que todos los residentes pueden beneficiarse con esta tendencia”.

Los cálculos de Airbnb, en conjunto con el gobierno citadino, son ambiciosos: estiman que unas 75 mil 500 personas pueden llegar a México cada año. Según sus cuentas, en todo el mundo hay un aproximado de 30 millones de nómadas digitales, de los que un 50% proviene de Estados Unidos. De esos 15 millones, la alianza estratégica pretende captar un 5% de trabajadores estadounidenses.

La alianza turística de moda parece no tener en cuenta la gentrificación que ha azotado a México, particularmente durante los últimos dos años. Ante la llegada de los llamados nómadas digitales, los dueños de inmuebles aumentaron los precios de renta, sabedores de que los recién llegados tenían un mayor poder adquisitivo. “Es difícil porque muchos de estos extranjeros vienen y tienen mucho dinero para poder gastar en estos apartamentos y alquileres”, dijo la comerciante Sandra Ortiz a CNN.

Esta migración no controlada (hay 1.6 millones de estadounidenses en México, pero se desconoce cuántos solo tienen visa de turista y con ese estatus trabajan desde aquí) ha afectado no solo a un nivel de encarecimiento de renta, sino bloquea el acceso a quien vivir en zonas céntricas de Ciudad de México: directamente ha desplazado a personas de los sitios que habitaron durante toda su vida.

Por ejemplo, en julio pasado se llevó a cabo una protesta multitudinaria entre Chapultepec y Reforma. Los testimonios hablan por sí mismos: "A mí el 31 de mayo me sacaron de mi domicilio con el argumento de que está a nombre de otra persona. Mi hija me dio asilo en su departamento porque no tengo a dónde ir. Nosotros hemos vivido ahí siempre, la verdad no pensamos a dónde irnos, y además con la pandemia la situación es muy difícil”, contó la ciudadana Rufina Galindo a El Sol de México.

México ocupa el tercer lugar, a nivel mundial como el mejor destino para realizar trabajo remoto, de acuerdo con Worl from Wherever. El aumento de la demanda ha dado también pie al auge de establecimientos conocidos como coworking, que ya existían desde hace diez años pero han encontrado un periodo de bonanza comercial gracias al contexto pandémico que facilitó al mercado estadounidense la migración de sus trabajadores.

“Ha habido un repunte en la demanda de extranjeros, algo que ha formado un debate en términos de gentrificación porque, al tener un mayor poder adquisitivo, los precios tienden a ser mayores en el nicho de arrendamiento”, explicó el analista Leonardo González a El Economista. Los nómadas digitales llegados de Estados Unidos pagan entre 30 mil y 45 mil pesos por el alquiler. La nueva estrategia comercial, aceptada y promovida a nivel gubernamental, para atraer a trabajadores remotos ahondará en una gentrificación que ya no tiene freno y que seguirá abriendo una brecha insalvable.

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