Fórmula 1 en México, el evento "fifí y privilegiado", según Claudia Sheinbaum

Claudia Sheinbaum criticó el aura que rodea al Gran Premio de México. (REUTERS/Francisco Guasco)
Claudia Sheinbaum criticó el aura que rodea al Gran Premio de México. (REUTERS/Francisco Guasco)

La Ciudad de México albergará una vez el Gran Premio de la Fórmula 1. Desde 2015 hasta 2022, exceptuando el 2020 por la pandemia de covid-19, este evento se ha realizado en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Pero en esta ocasión un comentario de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha despertado una gran polémica en redes sociales, en particular entre los fans de este deporte.

La mandataria soltó una dura crítica contra este evento durante una conferencia de prensa: "A mí no me gusta ir a la Fórmula. Ya nos regalaron boletos. El primer año se lo dimos a niños de pilares, el segundo, se lo dimos a médicos. Este año se lo vamos a dar niños de primarías y secundarias. A mí no me gusta y menos que regalen boletos. Ya ven que nosotros estamos en contra de los privilegios", dijo.

Sheinbaum, eso sí, reconoció que hay un gran componente de innovación detrás de los competidores. "Fui el primer año a conocer cómo es la escudería, a conocer cómo trabajan. Creo que hay un programa en Netflix y no sé qué. Es muy impresionante todo lo que hay de tecnología detrás, pero bueno, es bastante fifí".

En efecto, el precio de los boletos es bastante elevando: oscilante entre los 5 mil y hasta 20 mil pesos. Pero hay algo que se pierde de vista a bote pronto. La base de fans de la Fórmula 1 en México está más allá de la pirámide que Sheinbaum quiere ver. Es natural pensar que a ese evento, el día de la carrera, asisten un sinfín de personajes con los que ella y la 4T en general sienten una rivalidad innegociable. Y vamos, las fotos de Checo Pérez celebrando con Felipe Calderón en mayo pasado seguro que ayudan a reforzar esa imagen de evento para gente “fifí”. Pero no se puede ser tan concluyente.

Se sabe, además, que al Gran Premio no asisten los verdaderos fans. En un evento social que agrupa a sectores de la élite nacional, sacarse la foto es fundamental aunque no tengan idea de quién corre ni sepan decir dos nombres de pilotos más allá de Checo y Verstappen. Abundan los casos de personas que van al GP de México sólo para darse aires de grandeza que se esfuman de inmediato: porque, sostienen los expertos, apreciar una carrera es más sencillo en televisión que en campo.

No se puede desestimar lo obvio: la Fórmula 1, y el automovilismo en general, se trata de una práctica reservada para aquellas personas con la suficiente capacidad económica. Un niño puede jugar futbol en la calle y en el llano, o entrar a un modesto gimnasio de boxeo. El resultado, años más tarde y con muchas variables alineadas, puede entregar a un atleta profesional que se convierte en ejemplo a seguir por haber superado las adversidades de su entorno.

Eso es imposible en el deporte motor. De ninguna manera basta ni bastará con el talento inicial ni con el esfuerzo, por el simple hecho de que se requiere dinero para formarse y para aspirar al profesionalismo. Pero en lugar de tender puentes, Sheinbaum ha abierto un frente más de división, y este pudo ser perfectamente prescindible. ¿No hubiera sido mucho mejor simplemente decir que no le gusta y ya? ¿O resaltar que tiene alguna otra cosa que hacer?

¿Por qué no abrazar los grandes eventos que vienen a la capital? Ojalá llegue el día en que una persona pueda disfrutar por igual de Grupo Firme en el Zócalo y asistir a un evento de la Fórmula 1, porque aunque no lo quiera creer Claudia, los fans de hueso colorado del automovilismo no tienen nada que ver con el privilegio que ella señala. Y menos en un momento como el actual, en el que Checo Pérez ha enfebrecido a prácticamente todo el país.

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