Un policía acusa al exjefe que puso su cara en un bote de salsa picante de discriminación
Cogió una foto con su cara y, con ayuda de Photoshop, la pegó en una imagen de un bote de salta picante para luego pegarla en el tablón de anuncios. Esa es solo una de las quejas por discriminación que dos agentes de la Policía de Ohio (Estados Unidos) han interpuesto contra su superior ahora retirado, Anthony Campo del Departamento de Policía de Sheffield Lake, según ha publicado el medio especializado Law and Crime.
El incidente con la foto pegada en una botella de salsa picante le ocurrió a Audali J. Torres, un agente de origen latino que se ha sumado a las quejas emitidas por su compañero en el cuerpo, Keith Pool. A este agente afroamericano el denunciado le dijo que tendría que usar un sombrero del KKK y le dejó un cartel de este grupo racista en su chaqueta.
Según han explicado los abogados de Torres, su superior usó un ordenador propiedad de la ciudad para llevar a cabo la acción del bote de salsa picante y consiguió la foto con su cara de un viaje realizado por este agente cono motivo de una misión católica. Además, aseguran sus representantes legales, Campo también incluyó frases con alusiones pedófilas y se burló de sus creencias religiosas.
En la rueda de prensa para comentar el caso, recogida por Law and Crime, Torres declaró que lo sucedido “no era una broma”, sino que se trataba de actos “racistas” y “anticatólicos” y que estaba “conmocionado” por el trato de su superior. “No descarto mi origen étnico y herencia cuando vengo a trabajar, y tampoco debería tener que ocultar mi religión. Mi fe y mi trabajo humanitario en mi tiempo personal me hacen un mejor oficial de policía. Me decepciona que la ciudad a la que sirvo no se esté tomando más en serio lo que me hizo el exjefe Campo”, aseveró.
En un comunicado de prensa, los abogados de Torres han señalado que “debido a que el oficial Torres es católico, la ciudad acordó cuando lo contrataron que no trabajaría los domingos y que podría realizar obras de caridad, incluidos los viajes misioneros anuales que dirige a El Salvador. Sin embargo, según el cargo de discriminación del oficial Torres, el exjefe a menudo intentaba hacerlo trabajar los domingos y se burlaba de él por negarse. El acoso basado en la religión de Campo también incluyó insultar públicamente al oficial Torres por su trabajo caritativo y por sus decisiones religiosas de hacer Cuaresma y no comer carne los viernes”.
Los representantes legales de los agentes han señalado que Campo no ha negado el haber realizado los actos de los que se le acusan, pero que la respuesta de la ciudad ha sido que se trataba de acciones “inapropiadas y de mal gusto”, por lo que han criticado con dureza que Sheffield Lake apoye a alguien que, argumentan, ha llevado acabo un “acoso racista”.
Por su parte, Pool, que ha apoyado abiertamente a su compañero, ha declarado que “la ciudad permitió que el Jefe Campo nos hiciera esto a mí y a otros durante años. Ahora, me están engañando y actuando como si lo que hizo Campo no fuera gran cosa. Es más que frustrante; es insultante”.
Campo trabajó en Departamento de Policía de Sheffield Lake durante 33 años, los ocho últimos como jefe, y se retiró tras las acusaciones de Pool. Ahora se suman las del agente Torres.