Estas aerolíneas estadounidenses están recortando vuelos a Cuba y estos son los motivos

JetBlue, la aerolínea comercial estadounidense que fue la primera en reanudar los vuelos a Cuba en 2016 tras más de 50 años, dijo que suspenderá sus operaciones en la isla debido a la baja demanda.

JetBlue dijo que su último día de servicio será el 17 de septiembre y que reembolsará a quienes tengan vuelos reservados para una fecha posterior. La compañía operaba dos vuelos diarios a La Habana desde Fort Lauderdale y un vuelo los sábados desde Nueva York a la capital cubana.

Otras aerolíneas estadounidenses como Delta y United Airlines planean reducir los vuelos a la isla caribeña. Delta solicitó al Departamento de Transporte una suspensión temporal de sus siete vuelos que conectan Atlanta y La Habana y siete de sus 14 vuelos Miami-La Habana entre el 29 de octubre y el 30 de marzo del próximo año. A principios de junio, United notificó al Departamento que suspendería sus servicios Newark-La Habana a partir del 29 de octubre.

American Airlines, que opera varios vuelos a La Habana y a otras ciudades, no ha anunciado cambios en sus vuelos a Cuba.

“La demanda de viajes a la isla se ha visto significativamente afectada por los cambios en el panorama regulatorio y las restricciones a la capacidad de nuestros clientes para ingresar a Cuba”, dijo JetBlue en un comunicado. “Esperamos reanudar nuestro servicio a La Habana y continuar buscando oportunidades dentro de Cuba si los viajes se vuelven más accesibles en el futuro”.

La empresa no respondió a un correo electrónico solicitando más aclaraciones sobre las restricciones que enfrentan los viajeros para ingresar a Cuba. Tanto Estados Unidos como el gobierno cubano imponen límites sobre quién puede viajar a la isla.

JetBlue fue la primera aerolínea comercial estadounidense en operar un vuelo a la isla después de que se restablecieran las relaciones diplomáticas bajo la administración de Barack Obama, con un vuelo inaugural a Santa Clara en agosto de 2016. Pero los viajes a Cuba se vieron afectados por las restricciones impuestas por el gobierno de Donald Trump y la pandemia de COVID-19.

Trump prohibió los vuelos a ciudades distintas de La Habana, una medida revocada por la administración de Joe Biden el año pasado. Anticipando una mayor demanda, JetBlue y otras aerolíneas solicitaron al Departamento de Transporte aprobar más vuelos a Cuba para aumentar la conectividad entre los dos países.

Los estadounidenses no pueden hacer turismo en Cuba debido al embargo, pero pueden viajar a la isla bajo varias categorías autorizadas, incluidos viajes grupales con fines educativos. Pero a pesar de las expectativas de que iría más allá, Biden no levantó las restricciones que prohibían a los estadounidenses ir solos a Cuba bajo una controversial categoría para promover contactos individuales con el pueblo cubano, lo que, según los críticos, equivale a permitir el turismo.

La administración de Biden también mantuvo una medida que prohíbe que los viajeros estadounidenses se alojen en hoteles propiedad del gobierno cubano.

Del lado cubano, el gobierno no ha permitido la entrada al país de activistas y críticos, lo que ha puesto a las aerolíneas estadounidenses en una situación difícil.

Las propias autoridades cubanas han publicado cifras que muestran la disminución en el número de estadounidenses que viajan a Cuba en los últimos años desde un máximo de 638,365 en 2018 a solo 99,012 hasta julio de este año, según la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba.

Tampoco es probable que el número de cubanos en el extranjero, incluidos cubanoamericanos, que se espera que viajen a la isla este año alcance el pico de 2018, cuando 637,907 visitaron el país, ya que solo 210,000 han visitado Cuba hasta julio.

Muchos cubanos en Estados Unidos se han reunido recientemente con parientes cercanos, ya que más de 300,000 cubanos llegaron al país el año pasado a través de la frontera de Estados Unidos con México o en balsas, lo que tal vez reduzca la necesidad de que algunos viajen a la isla, dicen los expertos, aunque los viajes para visitar a familiares en Cuba probablemente continuarán.

“Es posible que las condiciones económicas actuales de la isla y de Estados Unidos, así como el aumento de la emigración cubana en los últimos dos años, estén reduciendo los viajes de los cubanoamericanos a la isla, pero es difícil comprobar el impacto de esos factores en el flujo actual y futuro de visitantes de Estados Unidos a Cuba,” dijo Jorge Duany, experto en migración y director del Cuban Research Institute de la Universidad Internacional de la Florida.

Las líneas aéreas regulares también compiten con los vuelos chárter a Cuba, que suelen ser más caros pero ofrecen a los cubanos y cubanoamericanos que vuelan desde Miami y otras ciudades la posibilidad de llevar varias maletas a la isla, que muchas llenan de alimentos, medicinas y otros suministros para sus familiares.

La grave crisis económica del país, que ha provocado una escasez generalizada de alimentos, agua embotellada, medicinas y combustible, todos ellos esenciales para los turistas, también ha repercutido negativamente en el número de personas que visitan la isla.

“Lo que no parece estar en vías de una recuperación total es la maltrecha industria turística en la isla, que ha recibido un número de visitantes muy inferior a los niveles registrados antes de la pandemia,” señaló Duany. “En comparación con otros mercados caribeños como el dominicano o el puertorriqueño, el turismo cubano aún no ha logrado restablecerse después de la caída de las cifras históricas del 2018.”