Acuerdo pudiera beneficiar a hombre de Miami-Dade acusado de abusar de menores, pero hay una víctima preocupada

Durante una década, la asesora Keisha Etienne ha ayudado a niños maltratados a superar sus traumas, pero ella también se ha enfrentado a los años de agresión sexual que sufrió de niña.

Etienne recuerda que tenía 9 años la primera vez que fue agredida por el novio de su tía. El ciclo de abusos no terminó hasta casi una década después y no habló de lo ocurrido hasta los 30 años.

En 2019 Etienne, ahora de 36 años, se presentó ante la Policía de Miami-Dade. Ese mismo año, Albert Bassett, ahora de 90 años, fue acusado de cuatro cargos de agresión sexual a un menor y tres cargos de conducta obscena y lasciva.

Una foto sin fecha de Keisha Etienne.
Una foto sin fecha de Keisha Etienne.

El martes, casi cinco años después de su detención, se espera que Bassett acepte un acuerdo de culpabilidad ante el juez Alberto Milián, del Tribunal de Circuito de Miami-Dade. Sin embargo, Etienne se siente frustrada por la oferta, que sus abogados compararon con un tirón de orejas.

Según el acuerdo, negociado por el equipo de defensa de Bassett y aprobado por la Fiscalía Estatal de Miami-Dade, Bassett se declararía culpable de cuatro cargos de abuso infantil con agravantes y se le ordenaría cumplir 10 años de libertad condicional y mantenerse alejado de la víctima, según el abogado Aaron Karger. Etienne contrató a Karger en febrero de 2023 después de sentir que no la tenían en cuenta durante el proceso judicial.

Según Karger, la fiscal estatal adjunta jefa Kathleen Hoague, en conversaciones sobre el acuerdo de culpabilidad, dijo que un jurado podría interpretar los pagos de Bassett por aparatos ortopédicos y otros gastos de la infancia de Etienne como “reparaciones”. Hoague agregó que sería “demasiada carga” obligar a Bassett a mudarse de su casa de North Miami, como se le exigiría por ley si fuera un delincuente sexual inscrito. Los registros públicos indican que Bassett vive en un radio de una milla de varias escuelas.

La Fiscalía Estatal de Miami-Dade no respondió a la solicitud de declaraciones de Miami Herald hasta el domingo por la noche.

En un comunicado, la abogada defensora Dianne Caramés respaldó el acuerdo de culpabilidad y sugirió que Etienne recurrió a los medios de comunicación en “un movimiento estratégico en lugar de una búsqueda de la justicia”.

“Este caso, que ha estado pendiente durante casi cinco años, ha recibido un escrutinio exhaustivo por parte de la Fiscalía Estatal”, dijo Caramés. “La cuestión va más allá de la edad del señor Bassett, pues se centra en la convenientemente oportuna denuncia de la señora Etienne, que salió a la luz dos décadas después del supuesto abuso y poco después de que él dejara de proporcionarle apoyo financiero. La oferta de declaración de culpabilidad se fundamenta en las pruebas, teniendo en cuenta el retraso en la denuncia y las incoherencias en la narración de la señora Etienne”.

¿Un tirón de orejas?

Etienne dijo que el primer fiscal asignado a su caso la involucró en las conversaciones sobre un posible acuerdo de culpabilidad, se mantuvo frecuentemente en contacto con ella y la apoyó durante el proceso. Explicó que la oferta discutida habría incluido que Bassett se declarara culpable de los cargos actuales y le habría ordenado inscribirse como delincuente sexual, asistir a terapia para delincuentes sexuales y tener prohibido el contacto no supervisado con menores.

A finales de 2020, no obstante, se le asignó un nuevo fiscal y rápidamente sintió que no se la tenía en cuenta en la mesa de negociación. En las discusiones sobre la declaración de culpabilidad, la fiscalía hacía referencia a la edad de Bassett.

“Quiero que admita su error, se disculpe, sea acusado y se registre como delincuente sexual”, dijo. “Imagínese a este anciano de 90 años viviendo al lado de su familia”.

Para Etienne, sacar a relucir la edad de Bassett no es más que una excusa. Cree que pasaría lo mismo si fuera más joven y que su edad y el trasfondo racial del caso: cómo ella, una estadounidense de origen haitiano, fue abusada por un hombre blanco, juega un papel en cómo es percibida.

“Si soy sincera, ven a una mujer de 36 años”, dijo. “Ven a una mujer de 36 años. Ven mi foto de perfil sonriendo, pero miren a esa niña de nueve años; vean la foto de la niña de nueve años a la que... le fallamos”.

Una foto sin fecha de Keisha Etienne cuando era niña.
Una foto sin fecha de Keisha Etienne cuando era niña.

Según Etienne, superar el trauma fue una lucha constante. Dijo que espera que cualquiera que haya sufrido abusos hable.

“Realmente hago esto por los niños que no tienen voz”, dijo Etienne. “Los niños a los que atiendo cada día... los cientos de niños brillantes a los que he llegado. Por mi hijo, mi sobrina, que se acercan a la edad en la que yo sufrí los abusos. Mi sobrina tiene 8 años y cuando la miro me veo a mí”.

“No me van a callar”

Etienne dijo que recuerda vívidamente los abusos sexuales, que a menudo se enmascaraban con regalos. Bassett la llevaba a comer a restaurantes, pero no a sus dos hermanas mayores. Le compraba ropa y, cuando cumplió 16 años, un automóvil.

Le hizo prometer que mantendría los abusos en secreto e incluso le dijo que, si decía algo, iría a la cárcel y la familia lo perdería todo.

“Recibo todas estas cosas para silenciarme, pero no me van a silenciar más”, dijo.

Etienne se mudó del sur de la Florida para correr en atletismo en la Universidad Estatal Clayton en Georgia, en donde estudió Psicología. En 2010 fue admitida en un programa de maestría en asesoramiento en la Universidad Nova Southeastern. El regreso a la Florida fue angustioso, sobre todo porque vivió brevemente con su tía y Bassett en North Miami.

“Cada vez que vuelvo a Miami, es difícil”, dijo Etienne.

Cuando regresó, dijo que confrontó a Bassett sobre el abuso sexual, durante el cual él sacó un talonario de cheques y le dijo “No fue tan malo”. Hablar de cómo abusaron de ella y expuesta a contenidos inapropiados provocó desavenencias en su familia.

No fue hasta que Etienne empezó a trabajar en escuelas alternativas que entendió completamente lo que le había pasado. En 2019, fue a una capacitación impartida por Darkness to Light, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es prevenir el abuso sexual infantil. Dijo que eso la empoderó para denunciar y expuso cómo fue “preparada” a través de tácticas que incluyen aislamiento, manipulación y amenazas.

“La atleta que soy lleva corriendo toda su vida”, dijo. “Me negué a que me silenciaran, aunque él tuviera 90 años”.