Un abrupto descenso de la temperatura agrava el drama de las inundaciones en el sur de Brasil
PORTO ALEGRE.- Una ola de frío, que se espera llegue a Rio Grande do Sul el miércoles, podría empeorar la situación en el estado del sudeste de Brasil, duramente castigado por las lluvias torrenciales que caen desde finales de abril y que han afectado a 345 municipios, con saldo de 83 muertos y 111 desaparecidos.
El Comando Militar Sur informó ayer que se espera un descenso de la temperatura de hasta 10°C en algunas regiones, lo que podría provocar un aumento de los casos de hipotermia (cuando la temperatura corporal es inferior a 35°C) entre las personas aisladas por el lluvias que aguardan el rescate, además de dificultar las condiciones del rescate.
En una conferencia de prensa en Porto Alegre, los militares informaron ayer que se pronosticaba una ventana de buen tiempo entre el domingo y este martes, pero, aun así, hoy se esperaban fuertes fuertes lluvias en algunas zonas del extremo sur del estado. El rescate y la distribución de alimentos y otras donaciones son las prioridades en este momento. De los 844.673 residentes afectados en el estado, 115.844 están sin hogar; y 18.487, en albergues.
El Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) emitió este lunes por la mañana una alerta roja por pronósticos de tormentas en zonas de Rio Grande do Sul. El aviso de “gran peligro” está vigente hasta el martes y prevé que habrá “un volumen total de lluvia que podría superar los 100 milímetros en 24 horas, con vientos superiores a 100 km/h y granizo”.
En todo el estado, el escenario es caótico. Hay 435 mil hogares sin electricidad y 884.000 sin suministro de agua. Según el último boletín difundido por la Defensa Civil este lunes por la mañana, las tormentas ya han dejado a más de 121.000 personas sin hogar y otras 19.000 en albergues. Para poder cocinar y realizar higiene básica, los vecinos comparten consejos sobre grifos callejeros y piden donaciones. Además, 110 tramos de 61 rutas con cierre total y parcial y diez ciudades sin suministro de combustible, mientras que en otras 65 la distribución es parcial.
Porto Alegre, donde el río Guaíba alcanzó un nivel sin precedentes desde la histórica inundación de 1941, se encuentra bajo alerta de “inundación grave”. En el Mercado Público el agua alcanzó aproximadamente un metro de altura, cubriendo mesas y mostradores de tiendas. El estadio del club de fútbol Gremio fue invadido y saqueado. Los partidos en los que participaría el equipo y otros clubes de Rio Grande do Sul por importantes campeonatos como el Campeonato Brasileño y la Libertadores, fueron pospuestos porque la estructura de entrenamiento de los atletas fue afectada.
Defensa Civil aconsejó la evacuación inmediata de los habitantes de las zonas de riesgo del municipio y de ciudades vecinas como Guaíba, Barra do Ribeiro, Gravataí, Canoas, Charqueadas, Sapucaia do Sul, São Leopoldo, Novo Hamburgo y Taquara. En Canoas, los voluntarios se unieron y formaron un cordón humano para tirar de las embarcaciones, el sábado por la noche, en un intento de rescatar a las personas varadas en el barrio Mathias Velho.
La ciudad de Arroio do Meio, la región central de Rio Grande do Sul, enfrenta una ola de saqueos en varias partes del municipio, en medio de las lluvias que afectan a todo el estado. También se registró un homicidio en el centro de la ciudad, a pocos metros de donde Defensa Civil desembarcó a las personas rescatadas con embarcaciones. Según los informes, la víctima resultó herida en el cuello con una púa y murió apuñalada.
El cuerpo habría sido arrojado al agua y retirado por otras personas, según testigos. En otro barrio de la ciudad, un hombre habría recibido un disparo y fue hospitalizado en el municipio vecino, Lajeado, tras ser trasladado en helicóptero.
Los establecimientos comerciales fueron saqueados en la ciudad. Se llevaron ropa y juguetes. Frente a una tienda se encontraron botellas vacías de vino espumoso. Fueron sustraídas dos motocicletas pertenecientes a empleados del local.
En un bazar sólo se llevaron flores de plástico. Cajas de juguetes vacías estaban esparcidas por el suelo, al igual que perchas vacías.
Apoyo político
En la conferencia de prensa hubo un fuerte apoyo político. Estuvieron el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, los presidentes de las dos cámaras del Congreso y ministros. El alcalde de Porto Alegre, Sebastião Melo, también presente, informó que el 70% de la capital de Rio Grande do Sul está sin agua. El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, habló de un “escenario de guerra”.
Lula afirmó que “no habrá ningún impedimento de burocracia” para la recuperación del estado y prometió a Leite que el gobierno federal recuperará las rutas del estado.
Lula dijo que le pidió a la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, un plan de prevención de desastres para que el gobierno “deje de perseguir la desgracia”.
“Es imposible hablar del tema climático sin traer a Marina, que se ha comprometido a presentarme un plan para prevenir accidentes climáticos. Necesitamos ver de antemano qué desgracias podrían ocurrir”, señaló.
En el mismo evento, los titulares del Poder Legislativo dijeron que el Congreso tomará medidas para ayudar con la recuperación de Rio Grande do Sul.
“Las soluciones presentadas ante una situación excepcional y atípica son también soluciones excepcionales y atípicas. Estamos en una guerra, y en una guerra no hay limitaciones, no hay restricciones legales en tiempos comunes”, dijo el presidente del Senad, Rodrigo Pacheco.
Arthur Lira, titular de la Cámara baja, prometió una respuesta efectiva. “Esta semana habrá mucha negociación, mucho trabajo en el Congreso Nacional, y la respuesta será dura, firme y efectiva, como lo fue durante la pandemia”, señaló.
En la misma línea, el ministro del Supremo Tribunal Federal Edson Fachin, en representación de la Corte, defendió un “régimen jurídico especial y de emergencia” para responder a la catástrofe.