A 8 años de la muerte de Alberto Nisman: Diego Lagomarsino calificó de “gente estúpida” y “terraplanistas” a quienes sostienen que el fiscal fue asesinado

Lagomarsino pelea para que la causa no pase a los tribunales federales
El perito informático Diego Lagomarsino - Créditos: @Daniel Jayo

En el día en el que se cumplieron 8 años de la muerte de Alberto Nisman, Diego Lagomarsino, el técnico en informática procesado como partícipe necesario en la causa que investiga el fallecimiento del fiscal como un homicidio, calificó de “gente estúpida” y “terraplanistas” a quienes sostienen que el funcionario fue asesinado. “Es un suicidio, de manual”, aseguró en declaraciones radiales y advirtió a quienes lo acusan en los medios y en la Justicia: “En algún momento se pagan las cosas que uno hace”.

Consultado en Radio 10 sobre cómo cambió su vida tras la muerte de Nisman, Lagomarsino expresó: “Hasta hace dos o tres años fue muy duro todo. Fue muy duro bancar toda la mentira y todavía me cuesta mucho leer algunos comentarios de tipos que laburan en los medios. Escucho gente que dice cosas que no son, siguen insistiendo con el tiro atrás de la nuca. Son terraplanistas”.

A continuación, afirmó que la muerte del fiscal fue “usada como un objetivo para lograr otra cosa” y luego recordó cómo fue el día en que le entregó el arma con la que -él asevera, a diferencia de lo que sostiene Justicia- este se quitó la vida.

“Nunca podría borrar de mi mente cuando le llevé el arma a Nisman. Fue complicado, porque la gente no lo conoció y habla como si lo hubiera conocido. A Alberto era muy difícil decirle que no. Y con cierta razón él me dice: ‘Primero, no confío en la custodia y, después, si los chocan [a ellos] yo ya no tengo más custodia’ (...) Yo no me puedo olvidar cuando Alberto se quebró en el sillón y me dijo: ‘¿Vos sabés lo que es que tus hijas no quieran estar con vos por miedo a que les pase algo?’. Era lógico el miedo y la preocupación que él podía haber tenido por la seguridad de sus hijas, que después por [la fiscal Viviana] Fein me entero que estaban en Europa”.

Más tarde, aclaró: “Es falso lo que dijo un exabogado de la querella que dice que yo llamé a Nisman primero [para ofrecerle el arma]. Es un mentiroso ese muchacho. Él [por el fiscal] me llama y yo voy a su casa; me pide el arma, vuelvo a su casa y se la llevo. En el segundo viaje es cuando se la llevo y le enseño la seguridad del arma (...) Antes ya se la había pedido al comisario [Ricardo] Bogoliuk y a [Rubén] Benítez, jefe de su custodia. Ambos declararon lo mismo que yo y no tenemos ningún tipo de relación”.

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El fiscal Alberto Nisman - Créditos: @Fabián Marelli / LA NACION

Respecto del momento en el que, según su relato, Nisman se suicidó, indicó: “El arma tenía muy poco mantenimiento (...) por eso también una teoría que no tenemos forma de probar es que el empuñamiento de la misma con las dos manos es porque gatillaba y no salía la bala, hasta que en un momento el tiro salió. No quiero ni pensar en la tensión de estar en esa situación”.

Finalmente, manifestó con relación al avance de la causa en la Justicia. “Creo que está en un pantano. Supongamos que hacemos de cuenta que lo mataron ¿A Diego Lagomarsino de qué lo estás acusando? Lo estás acusando de haberle dado el arma no a Alberto Nisman, sino a un comando -que no sabemos si es el mismo que lo mató-, que no sabemos cuándo lo contactan a Diego, cuándo Diego les da el arma, ni quiénes son”, dijo y agregó: “Es realmente un delirio y creo que en algún momento más de uno va a tener que dar explicaciones. Lo que pasa es que se creen con mucha impunidad y dicen lo que quieren, pero en algún momento se pagan las cosas que uno hace”.

Antes, Lagomarsino había hablado en AM 750 y apuntado contra la “gente que sigue mintiendo” y la “gente que es estúpida y se lo cree”. “Es un suicidio, de manual. La Justicia no tiene pruebas para demostrar el homicidio, menos que yo fui parte del plan”, argumentó y remató: “Pero tampoco pueden decir: ‘A Nisman no lo mataron, Nisman se suicidó' después de 8 años de decir que lo mataron. Pienso en el sufrimiento de mi mujer, de mis padres y de mis hijos. Pero no les importa. Es muy maquiavélico”.