200 reinas demuestran el peligro de las avispas asesinas invasoras

A Washington State Department of Agriculture worker displays an Asian giant hornet taken from a nest on October 24, 2020, in Blaine, Washington. - Scientists in Washington state discovered the first nest earlier in the week of so-called murder hornets in the United States and worked to wipe it out Saturday morning to protect native honeybees. Workers with the state Agriculture Department spent weeks searching, trapping and using dental floss to tie tracking devices to Asian giant hornets, which can deliver painful stings to people and spit venom but are the biggest threat to honeybees that farmers depend on to pollinate crops. (Photo by Elaine Thompson / POOL / AFP) (Photo by ELAINE THOMPSON/POOL/AFP via Getty Images)

La invasión de la avispa asesina asiática, el apodo por el que se conoce a la avispa invasora Vespa mandarinia que ha llegado a Estados Unidos, amenaza con convertirse en un serio problema tanto ecológico como económico. Por eso sorprende, y asusta, tanto que en un nido que acaba de ser destruido se hayan encontrado 200 avispas reinas en distintos estadios de desarrollo.

200 reinas entre 500 ejemplares es una cantidad sorprendente. Y si pensamos que todas ellas tenían el potencial de generar una nueva colonia, nos podemos hacer una idea de la dimensión de la invasión biológica a la que se enfrentan en Estados Unidos.

Por cierto, que en España tenemos un problema similar. La especie no es la misma – en España la invasión se produce por la avispa velutina (Vespa velutina) y no por la V. mandarinia – pero la problemática es similar.

¿Dónde se ha encontrado semejante número de avispas reinas? Los técnicos de medio ambiente responsables de la erradicación de la especie localizaron un nido de avispón gigante asiático – que es el nombre común oficial de la Vespa mandarinia – en el condado de Whatcom del estado de Washington, en el noroeste de Estados Unidos, y procedieron a destruirlo.

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Pero, ya que lo hacían, aprovecharon para estudiar el nido y su composición, para conocer mejor el peligro al que se enfrentan.

Al abrir el nido, se encontraron 190 larvas recién salidas del huevo; 108 pupas – el siguiente paso de desarrollo de las avispas – todas ellas de reina; 112 obreras y 76 avispas reinas adultas, la mayoría de ellas vírgenes.

TOPSHOT - Sven Spichiger, Washington State Department of Agriculture managing entomologist, displays a canister of Asian giant hornets vacuumed from a nest in a tree behind him on October 24, 2020, in Blaine, Washington. - Scientists in Washington state discovered the first nest earlier in the week of so-called murder hornets in the United States and worked to wipe it out Saturday morning to protect native honeybees. Workers with the state Agriculture Department spent weeks searching, trapping and using dental floss to tie tracking devices to Asian giant hornets, which can deliver painful stings to people and spit venom but are the biggest threat to honeybees that farmers depend on to pollinate crops. (Photo by Elaine Thompson / POOL / AFP) (Photo by ELAINE THOMPSON/POOL/AFP via Getty Images)

Las reinas emergen del nido aún vírgenes, copulan con un macho y después se alejan del nido para pasar el invierno. Durante la primavera, y ya con capacidad para reproducirse, comienzan a crear su nueva colmena. Así que un total de 200 avispas reinas son, potencialmente, 200 nuevas colmenas que pueden expandir la invasión por todo Estados Unidos.

Y eso es un problema enorme. No porque las avispas sean asesinas; el apodo es muy llamativo pero la cantidad de muertes provocadas por picaduras de estos insectos no es muy elevada, apenas un par de docenas al año en su región natal. El problema está en lo que supone a nivel ecológico.

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Los avispones gigantes asiáticos son insectos depredadores, y muy voraces. Y sus presas favoritas son las abejas y otros insectos polinizadores. Los avispones se quedan cerca de las colmenas de abejas, esperando a que éstas lleguen cargadas de polen y por tanto más torpes. Entonces las cazan, se las llevan a otro lugar, separan la cabeza y el abdomen, y se alimentan del tórax.

Como la abeja no llega con el polen a su colmena, no puede alimentar a la reina ni a las larvas. Esto hace que cada vez haya menos abejas, con lo que se produce menos polinización, lo que tiene un efecto negativo enorme en los ecosistemas.

Y en la economía. Porque al no existir polinización, los cultivos no se desarrollan, no se dan frutas ni derivados de estas – pensemos en sidra, que depende de la producción de manzanas – pero tampoco miel. En la zona del estado de Washington donde se localizó el nido, se calcula que el impacto que podría tener sobre la agricultura es de varios miles de millones de dólares.

De momento, todo lo que están pudiendo hacer es detectar nidos y acabar con ellos. Y es que poco más se puede hacer de momento: estar atentos, localizar a las avispas invasoras, y comunicarlo a las autoridades.

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