Más de 150 migrantes en velero encallan frente a Miami-Dade, dice la Guardia Costera

Un velero sobrecargado que transportaba a más de 150 migrantes haitianos fue detenido por la Guardia Costera y otras entidades el jueves por la mañana frente a Cayo Boca Chita, una pequeña isla de los Cayos de la Florida en el sur de Miami-Dade.

A última hora de la tarde, la Guardia Costera dijo en un comunicado que había comenzado a subir a las personas a barcos del servicio para devolverlas a su “país de origen”, que se cree que es Haití.

La suboficial Nicole Groll, portavoz del Distrito 7 de la Guardia Costera, dijo que después que el barco encalló frente a Boca Chita, situada dentro del Biscayne National Park, todos sus pasajeros permanecieron en la embarcación.

“Todos están en el barco. Nadie está en el agua”, dijo Groll al Miami Herald.

La Guardia Costera no quiso confirmar el jueves por la tarde que las personas sean de Haití, pero su embarcación es casi idéntica a la de varias embarcaciones de madera que los migrantes haitianos usado para llegar al sur de la Florida desde noviembre.

Varios organismos regionales acudieron, como la Policía y los Bomberos de Miami-Dade, así como operativos aéreos y marítimos de Aduanas y Protección Fronteriza, dijo Groll.

Esta es la primera embarcación haitiana que ha llegado tan lejos desde marzo, cuando un grupo de unas 130 personas desembarcó en Summerland Key en los Cayos

Otros han intentado llegar a los Cayos pero han sido devueltos a Haití por los guardacostas estadounidenses. Desde octubre, más de 6,100 haitianos han sido detenidos en el mar tratando de llegar a Estados Unidos, según la Guardia Costera.

Es el mayor éxodo desde Haití en dos décadas.

En mayo, una embarcación con destino a la Florida que transportaba a más de 800 migrantes haitianos encalló en aguas cubanas por problemas en el motor poco después de entrar en aguas territoriales estadounidenses, según el familiar de uno de los pasajeros a bordo.

La más reciente llegada de migrantes a las costas de los Cayos de la Florida ocurre en momentos que la situación de seguridad en Haití sigue fuera de control. La semana pasada, la ONU expresó su preocupación por la violencia en la barriada de Cite Soleil, en la capital, por parte de pandillas rivales. La violencia, según la ONU, ha dejado al menos 99 muertos y más de 130 heridos.

El sangriento asedio estalló a principios de este mes y dejó a decenas de miles de personas dentro de la barriada de 300,000 habitantes atrapadas sin comida ni agua, y agravó la escasez de combustible y los cortes de electricidad en el país después que las pandillas bloquearon la entrada al puerto.

Antes de expresar su preocupación por la espiral de violencia, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que renovaba el mandato de su oficina política en Haití.

La resolución pide a países como Estados Unidos que detengan la transferencia de armas y municiones al país, donde la Policía se ha visto superada por las pandillas. Videos recientes muestran a pandillas ejecutando a personas.

Desde septiembre, más de 24,000 haitianos han sido expulsados rápidamente tras cruzar la frontera de Estados Unidos o ser interceptados en el mar.

Más de 1,400 que llegaron en barco han sido procesados tras llegar a tierra o saltar al agua.

Hasta ahora, los haitianos detenidos en el mar tratando de entrar en Estados Unidos a través de los Cayos o el territorio estadounidense de Puerto Rico han sido devueltos a Haití, incluso si se encuentran en aguas territoriales estadounidenses.

En julio del año pasado, tras el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse y el levantamiento por la libertad en Cuba, el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, advirtió a cubanos y haitianos que no intentaran entrar ilegalmente en Estados Unidos por mar.

“Cualquier migrante interceptado en el mar, independientemente de su nacionalidad, no podrá entrar en Estados Unidos”, dijo Mayorkas durante una conferencia de prensa.