Doce Estados de la UE presionan para avanzar en la adhesión de Ucrania y Moldavia antes de que Hungría presida el Consejo

Doce Estados de la UE presionan para avanzar en la adhesión de Ucrania y Moldavia antes de que Hungría presida el Consejo

Los ministros de 12 países de la UE han pedido que se den los siguientes pasos en las candidaturas de adhesión a la UE de Ucrania y Moldavia antes de finales de junio, cuando el Gobierno húngaro de Viktor Orbán debe asumir la presidencia semestral rotatoria del Consejo de la UE.

En una carta dirigida a la ministra belga de Asuntos Exteriores, Hadja Lahbib, cuyo Gobierno preside actualmente el Consejo, los ministros afirman que un rápido avance tanto en el proceso de adhesión de Kiev como en el de Chisináu "levantaría la moral e impulsaría la labor de reformas en estos países".

La carta, de la que informó en primer lugar Euractiv, fue encabezada por Chequia, según fuentes diplomáticas. También la firmaron los ministros de Asuntos Exteriores o europeos de Suecia, Estonia, Finlandia, Portugal, Letonia, Polonia, Lituania, Alemania, Eslovenia, Rumanía y Eslovaquia.

Aunque no ha firmado oficialmente la carta, Francia también se ha comprometido a "hacer todo lo posible" para "celebrar la primera conferencia intergubernamental antes de finales de mes", según una fuente del Elíseo.

Las 12 capitales quieren que los Estados miembros adopten los marcos de negociación -la hoja de ruta para las conversaciones de adhesión - y den el pistoletazo de salida a las negociaciones convocando las primeras conferencias intergubernamentales con ambos países antes de finales de este mes.

Ambos pasos requieren la bendición unánime de los 27 Estados miembros de la UE, pero según los diplomáticos, Hungría bloquea actualmente ambas decisiones.

La apertura de las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia fue aprobada en principio por los 27 países de la UE en diciembre, con la abstención de Hungría.

Pero el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se ha opuesto sistemáticamente a la rápida adhesión de Ucrania, alegando su preocupación por los niveles de corrupción en el país y la falta de medidas para proteger los derechos de la minoría húngara en la región fronteriza de Transcarpatia.

Un proceso lento que requiere consenso

Los países que están a la espera de ingresar en el bloque deben llevar a cabo una serie de reformas, incluidas reformas judiciales, constitucionales y económicas, antes de que se les considere preparados para la adhesión. El proceso es notoriamente largo y, por término medio, ha durado alrededor de una década para los países aspirantes.

El inicio de las negociaciones es sólo uno de una larga serie de pasos, todos los cuales requieren el respaldo unánime de los actuales miembros de la UE.

Dado que Orbán asumirá la presidencia del Consejo de la UE a partir de julio -lo que le dará poder para fijar el orden del día y presidir las reuniones ministeriales-, los ministros temen que las conversaciones puedan descarrilar aún más a menos que Hungría ceda antes de finales de junio.

La exasperación con el Gobierno de Orbán crece a medida que éste sigue vetando decisiones clave sobre la ayuda militar a Kiev.

Es hora de avanzar

Los 12 ministros insisten en que, dados los "resultados obtenidos y los esfuerzos de reforma en curso tanto en Ucrania como en Moldavia", ha llegado "el momento de avanzar".

"Para continuar con un proceso de ampliación creíble, la UE debe proporcionar beneficios tangibles a las poblaciones de los respectivos países", dice la carta, en la que flota el tan cacareado concepto de integración gradual en las políticas y programas de la UE antes de dar a los países candidatos la condición de miembros de pleno derecho.

El concepto se defiende en una propuesta conjunta franco-alemana presentada el pasado mes de septiembre, en la que la energía, el mercado único y la seguridad se presentan como posibles ámbitos políticos en los que los países candidatos podrían integrarse antes de convertirse en miembros de la UE.

Dirigentes de la UE como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han abogado por acelerar el proceso de adhesión y han pedido a la propia UE que haga sus deberes y esté preparada para la ampliación a finales de esta década.

Michel ha calificado la ampliación de imperativo geopolítico, afirmando que el bloque debe hacerse más grande o correrá el riesgo de enfrentarse a un "nuevo Telón de Acero " a lo largo de su flanco oriental.

Pero críticos como Orbán han advertido de que la posible integración de Ucrania -país asolado por la guerra cuyo PIB per cápita es tres veces menor que el de Bulgaria, la economía más pequeña de la UE- desestabilizaría la estructura presupuestaria del bloque y significaría que muchos países de la UE pasarían de beneficiarios netos a contribuyentes netos.

Los expertos calculan que la posible adhesión de Ucrania a la UE podría tener un impacto de entre 110.000 y 136.000 millones de euros en el presupuesto de siete años del bloque, un coste de entre el 0,1% y el 0,13% del producto interior bruto (PIB) de la UE.