Más de 1,500 muertos este año en Haití por reclutamiento de niños e infracciones de derechos humanos de las pandillas

El número de haitianos muertos a manos de pandillas delictivas en los tres primeros meses de este año se disparó y la violencia de las bandas armadas sigue siendo la principal causa de infracciones de derechos humanos en el inestable país caribeño, según un nuevo informe de derechos humanos de Naciones Unidas divulgado el jueves.

Más de 1,500 haitianos han muerto a manos de pandillas armadas, que siguen asediando mortalmente la capital de Haití. Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la alarmante violencia está agravando una situación de derechos humanos ya de por sí grave, especialmente en lo que respecta a los niños.

Los niños se ven atrapados en el fuego cruzado y mueren durante los ataques violentos, y también son usados cada vez más por las pandillas como vigías para los secuestros o para llevar a cabo ataques armados.

“La situación de la violencia contra los niños es especialmente preocupante”, señala el informe.

Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, afirmó que hacer frente a los continuos problemas de seguridad de Haití “debe ser una prioridad absoluta para proteger a la población y evitar más sufrimiento humano”.

El uso continuado de la violencia sexual por parte de las pandillas para maltratar y controlar a la población, los ataques a barrios y el reclutamiento y abuso de niños que no pueden abandonar las filas de las pandillas por miedo a represalias, “son indignantes y deben cesar de inmediato”.

El informe abarca el período comprendido entre el 25 de septiembre de 2023 y el 29 de febrero, primer día del actual asedio. Mediante una serie de ataques letales y coordinados, un frente unido de líderes de pandillas armadas ha atacado estaciones de policía, el principal puerto marítimo y los aeropuertos de Puerto Príncipe, y ha orquestado la liberación de miles de reclusos de las dos prisiones más grandes del país. También han incendiado escuelas, hospitales y farmacias, y han extendido la violencia a los barrios ricos.

Los ataques a gran escala, aunque concentrados en la capital, también se han extendido al valle del Bajo Artibonito, justo al norte del área metropolitana de Puerto Príncipe. La violencia de las pandillas ha impedido el funcionamiento de al menos 10 hospitales y clínicas, ha obligado a cerrar escuelas y es cada vez más responsable de la creciente pobreza de la comunidad rural.

“Las pandillas del departamento de Artibonito han atacado propiedades agrícolas y también han robado cientos de cabezas de ganado pertenecientes a habitantes, bienes que a menudo representan los ahorros de toda una vida de los granjeros”, señala el informe. “Además, a lo largo de la costa norte de las comunas de Arcahaie y Léogâne, la pandilla Village de Dieu sigue usando lanchas motoras para ... atacar, saquear y robar a habitantes, empresas locales y agentes humanitarios.

“Para pagar los rescates exigidos por las pandillas por la liberación de familiares secuestrados, muchos se han visto obligados a vender sus casas y pedir préstamos”, añade el informe. “Otros han perdido todas sus posesiones y ahorros al huir de los inminentes ataques de las pandillas”.

Türk reiteró la necesidad del despliegue urgente de una misión multinacional de apoyo a la seguridad para ayudar a la Policía Nacional de Haití a proteger a la población y restablecer el imperio de la ley en el país. Pero también subrayó la necesidad de que cualquier misión tenga en cuenta la altamente complicada dinámica de la violencia de las pandillas en el país, donde muchos de sus miembros son principalmente hombres jóvenes y niños.

“Debe prestarse especial atención a los niños implicados en la delincuencia relacionada con las pandillas, así como a las mujeres víctimas de violencia sexual, de conformidad con el derecho y las normas internacionales de derechos humanos. Las víctimas también deben recibir apoyo para acceder a la justicia y presentar denuncias”, señala el informe.

El informe subraya que, aunque la actual ola de violencia es alarmante, llevaba meses gestándose. En agosto, el otrora pacífico barrio de Carrefour Feuilles, por ejemplo, fue atacado y familias enteras fueron quemadas vivas en sus casas. Otras se vieron obligadas a huir.

Además de ser responsable de más de 4,400 muertes el año pasado, la violencia de las pandillas también ha provocado el saqueo y la destrucción de más de 1,880 hogares y negocios desde enero de 2023, según los investigadores de la ONU.

“La corrupción, la impunidad y la mala gobernanza, agravadas por los crecientes niveles de violencia de las pandillas, han erosionado el imperio de la ley y han llevado a las instituciones del Estado ... al borde del colapso”, señala el informe. “El impacto de la inseguridad generalizada en la población es nefasto y se está deteriorando ... y la población se ve gravemente privada del disfrute de sus derechos humanos”.

El informe señala que, si bien la violencia de las pandillas se ha intensificado, también lo han hecho los esfuerzos de las brigadas de autodefensa de la población por protegerse tomándose la justicia por su mano. El año pasado se denunciaron al menos 528 casos de linchamiento, y este año ya van 59.