"A lo mejor mis dulces tenían fentanilo"

CIUDAD DE MÉXICO, julio 1 (EL UNIVERSAL).- "¿Algo para la fiesta? Perico, tacha, mota", ofreció el narcomenudista del malecón de Puerto Vallarta a Anthony. No estaba seguro de comprar, pero el hombre le fue siguiendo varios metros mientras le insistía que era "de la buena".

Pagó con dólares unos gramos de coca para después irse a "la fiesta", donde tuvo sexo con otros hombres y consumió más sustancias como poppers, alcohol, cigarrillos y marihuana. Todo con vista al mar.

Varias horas después de la reunión con otros "dulceros", y a un día de regresar a Arizona, después del Vallarta Pride, Anthony mandó un mensaje que desconcertó: "I’m not ok [no estoy bien]".

Contó que lo que sentía era diferente a sus resacas: dolor muscular y de cabeza, mareo, náusea, vómito, confusión, picor en los ojos y cansancio extremo. Después sospechó de su "nuevo dealer mexicano", el del malecón: "Creo que no era pura".

Al igual que Anthony, Marcos estaba preocupado de que su crystal estuviera contaminada con "fenta", ya que el efecto que tuvo al ingerirlo había sido "diferente".

"A lo mejor mis dulces tenían fentanilo", expresó Marcos, quien de vez en cuando tiene sexo con otros hombres en un hotel cerca del Metro Salto del Agua, en la Ciudad de México. Prepara "cócteles" para sus "invitados" que entran a la habitación: chelas, marihuana y por supuesto poppers. Cada quien lleva lo que quiere consumir, incluidas sus pipas y jeringas.

Relató que una vez había como cinco "morros" en el cuarto y de pronto uno se desmayó. "¡Madres, oímos el madrazo y el morro con los ojos en blanco. Unos se salieron, y mejor ahí la dejamos. Le entró a todo, pero a lo mejor no aguantó".

Marcos no supo si alguna "droga" estaba "contaminada" o si perdió la conciencia por sobredosis.

De acuerdo con Energy Control, organización en España de asesoramiento y análisis de sustancias para la gestión de placeres y riesgos, el crystal actúa sobre el sistema nervioso central como un liberador masivo de neurotransmisores como la dopamina, norepinefrina y serotonina, generando efectos como energía, euforia, aumento del deseo sexual y disminución de las inhibiciones.

Marcos comenta que el crystal es su sustancia "preferida" cuando tiene sexo con otros hombres, además de los poppers que le producen efectos como euforia, intensificación de luces y sonidos, así como una sensación de mareo.

Las sustancias las están contaminando

Entre la población LGBT+ se cuenta a voces que hay que tener cuidado porque las sustancias sicoactivas "las están contaminado. ¿Para qué? Quién sabe". A lo mejor, comentan algunos hombres que tienen sexo con otros hombres, "para hacerlos adictos. ¿Para qué? Quién sabe".

Ante estas alertas, la comunidad se ha unido para cuidarse de una adulteración de "dulces" con fentanilo. Incluso se cuestionan, en tono de broma, si pueden demandar a su dealer.

Recientemente, los organizadores de Pervert, una fiesta itinerante referente al underground de la Ciudad de México y espacio incluyente, realizaron Pervert Talks con el propósito de hablar sobre el tema sin los estigmas que suele haber hacia las personas LGBT+ consumidoras de sustancias adictivas.

También la recién inaugurada Casa La Moira organizó un conversatorio sobre consumo de sustancias entre poblaciones LGBT+. En ambos eventos se expresó preocupación sobre el consumo de componentes que estén mezclados, sin que lo sepan los usuarios, con fentanilo.

De acuerdo con el Informe de la Demanda y Oferta de fentanilo en México: generalidades y situación actual, presentado por especialistas de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), hay un aumento en el consumo de esta droga sintética a nivel local, no así a nivel nacional.

En 2023, en México se registraron 430 casos de atención por consumo de fentanilo, mientras que un año antes, es decir, en 2022, se atendieron 333 personas, las cuales se concentraron en estados del norte del país como: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora.

"Esto muestra que el incremento es a nivel local, no nacional; sin embargo, la principal preocupación gira en torno a su alta letalidad", advierte el informe.

"El consumo de fentanilo fuera de contextos médicos no sólo resulta preocupante por su potencial adictivo, sino también por el alto riesgo de sobredosis", alerta.