Álvaro Delgado, el candidato del oficialismo uruguayo, dijo avanzar “en la misma sintonía” con Javier Milei
A solo tres semanas de las elecciones presidenciales en Uruguay, con la carrera electoral lanzada a fondo, el candidato de la coalición oficialista, Álvaro Delgado, repartió este lunes críticas al opositor Frente Amplio mientras que celebró la “sintonía” con el gobierno de Javier Milei.
Delgado se expresó de esa manera durante un almuerzo con la cúpula empresarial argentina, en el Hotel Sheraton de Retiro, donde sobre todo destacó los logros de la gestión del presidente Luis Lacalle Pou, considerado su mano derecha y a quien aspira a suceder el año próximo.
Organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), Delgado tuvo en la audiencia a los presidentes de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi, la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, y el vicepresidente de la Cámara Argentina de Comercio, Guillermo Dietrich, entre decenas de empresarios.
“Vengo a decirles que soy el candidato de la continuidad. De la continuidad, que no es lo mismo que continuismo. Continuismo es hacer más de lo mismo. Continuidad es hacer mejor de lo mismo, porque siempre hay cosas para corregir”, dijo Delgado, que en el curso de la campaña viene enmarcando sus propuestas como un “segundo piso de transformaciones”, tras la gestión de Lacalle Pou.
“Nunca hay que ser soberbios en esto. Pero además porque los desafíos son nuevos, porque gran parte del proceso ya lo hicimos, y además porque este gobierno empezó a construir un primer piso muy sólido” que le permite avanzar al siguiente nivel, aseguró el candidato.
Graduado en Veterinaria, antes de ingresar a la política Delgado trabajó como productor rural y asesor veterinario en establecimientos agropecuarios. Incursionó en la política desde la universidad, y fue sucesivamente diputado y senador.
Delgado se impuso en junio pasado en las internas del Partido Nacional, la agrupación en la que siempre militó y que lidera la coalición oficialista. Según la encuesta más reciente de la consultora Equipos, el Frente Amplio reúne el 43% de la intención de voto, contra el 21% del Partido Nacional. Pero el conjunto de los partidos de la coalición oficialista reúnen el 40%, un escenario que hace prever un balotaje.
En esa segunda vuelta se estima que se vean las caras Yamandú Orsi, el candidato del Frente Amplio, y Delgado como el más votado de la coalición oficialista. La izquierda opositora llegaría en principio con más chances de volver al poder que la derecha de retenerlo, con la incertidumbre de un número aún elevado de indecisos.
El director de la consultora Equipos, Ignacio Zuasnabar, dijo días atrás que estos números muestran un “equilibrio entre los bloques con una leve ventaja a favor del Frente Amplio”.
Delgado destacó la labor del gobierno desde su mismo comienzo, a principios de 2020, cuando debió afrontar la gestión de la pandemia solo días después de asumir. Recordó que no hubo cuarentenas ni cierres compulsivos y se apeló en cambio a la “libertad responsable” de los uruguayos, que se cuidaron de no salir más de la cuenta sin necesidad de decretos restrictivos.
También aseguró que se crearon 100.000 empleos y que se hicieron inversiones por 8000 millones de dólares en infraestructura, como puertos, aeropuertos y puentes.
Pasado vs. futuro
Al mismo tiempo, fustigó reiteradamente al Frente Amplio, que lideró el país durante 15 de los últimos 20 años, al que consideró falto de un programa de gobierno y enfrascado en una permanente disputa interna entre distintas líneas ideológicas que, según insistió, no le permitirá encarar con dirección los nuevos retos que aguardan al país.
“Hoy estamos a 20 días las elecciones en Uruguay en la primera vuelta que define quiénes van al balotaje y quién tiene mayoría parlamentaria (…) Esta es una elección, quizás la más importante en los últimos tiempos, porque acá no es Orsi vs. Álvaro. Acá es una elección donde está en juego dos modelos diferentes. Tiene que ver entre el futuro y el pasado. Y obviamente además de ser el presidente de la continuidad quiero ser el presidente de las certezas, de la unión, de la tolerancia, de la libertad, del respeto, esos valores que el uruguayo tiene muy afincados y que algunos lo están queriendo limar”, dijo Delgado.
“Hay un condicionamiento ideológico mucho mayor que antes dentro de la oposición (…) Hay una disputa sobre líneas económicas diferentes”, insistió.
Con respecto a la Argentina, celebró que se hubieran concretado recientemente una serie de acuerdos con la Argentina, como los dragados del puerto de Montevideo y del río Uruguay, así como un acuerdo de cielos abiertos, entre otros entendimientos con la gestión de Milei.
“Así que eso y la idea de hacer un Mercosur más flexible que se abre el mundo compartimos con el gobierno argentino, particularmente con la decisión del presidente Milei, a quien mucho agradecemos, porque me parece que vamos en la misma sintonía”, aseguró.
“Empezamos a coincidir en una cantidad de cosas”, dijo más tarde sobre las expectativas de la relación bilateral en su eventual presidencia. “Si Argentina está bien ayuda a que Uruguay esté bien. A mí me interesa que Argentina esté bien porque derrama en Uruguay, como vecino grande. Si está bien implica que van, invierten, hacen turismo”, dijo.
Ante una pregunta sobre su opinión del proceso político argentino, prefirió no mezclarse en cuestiones internas. “Me van a excusar pero no voy a hablar del proceso político argentino, ni del proceso económico. Aspiro a que sea el mejor porque miro el lado uruguayo, soy orgullosamente uruguayo, y quiero que al Uruguay le vaya bien”.