El secuestro de Sídney y un posible lobo loco

Las fuerzas de seguridad australianas abrieron fuego el martes al ingresar en una cafetería de Sídney donde estaban retenidas varias personas, en el dramático desenlace de una toma de rehenes que duró más de 16 horas. En la imagen, un policía fuertemente armado junto a un robot junto a la cafetería donde los rehenes se encontraban detenidos, el 15 de diciembre de 2014. REUTERS/Jason Reed

Man Haron Monis, de 49 años, entró en una cafetería chocolatería Lindt en Sydney el lunes hacia las 9.45 de la mañana. Empezó su secuestro, que duró 16 horas, hasta las 2.10 de la madrugada.

Según la policía australiana, al principio había 17 retenidos en el café. Durante el día algunos retenidos lograron huir. En el tiroteo de madrugada, murieron tres personas: el pistolero y dos rehenes, un hombre de 34 años y una mujer de 38. Hay cuatro rehenes más y un policía heridos.

A lo largo del día se supo poco más que el nombre del asaltante. Hizo por ejemplo enseñar a un rehén por una ventana una bandera común con el texto de la profesión de fe islámica: “No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta”. No tiene ninguna relación directa con el yihadismo. Incluso Peter O'Toole luchó bajo ese lema:

Durante el día, surgieron dos peticiones aparentes del secuestrador: una bandera de Estado Islámico y una entrevista con el primer ministro australiano, Tony Abbott. Un tipo al que se le escapan rehenes y que pide una bandera no parece un terrorista bien preparado.

 

Unos cuantos lobos solitarios

La irrupción de Estado Islámico ha revitalizado la aparición de “lobos solitarios”. Son terroristas que inspirados en el yihadismo actúan solos en el país donde viven. Sin estructura, son más difíciles de detectar para las policías locales. Los vínculos con grupos terroristas -si existen- son a menudo débiles: vídeos por internet, algún email, alguna declaración de lealtad grabada.

Algunos lobos solitarios recientes han sido el psiquiatra de el ejército de Estados Unidos Nidal Malik Hasan, que mató a 13 personas en 2009 en la base de Fort Hood, Texas, inspirado por los sermones de Anwar al Awlaki; la bomba de los hermanos Tsarnaev en el maratón de Boston en 2013; el apuñalamiento del soldado británico Lee Rigby en Londres por Michael Adebolajo y Michael Adebowale también en 2013, o el ataque al Parlamento canadiense de Michael Zehaf-Bibeau, que acabó con la vida del caporal Nathan Cirillo en 2014.

[Relacionado: El aumento de los lobos solitarios islamistas]

En Europa continental ha habido dos casos recientes pero distintos: Mehdi Nemmouche en Bruselas y Mohamed Merah en Toulouse. Ambos, sin embargo, habían viajado a Siria y Afganistán para prepararse y habían vuelto con el objetivo de atentar.

Un posible lobo loco

Monis, iraní refugiado en Australia desde 1996, puede ser un nuevo miembro de esa lista. La vida de Monis en Australia había tenido hasta ahora tres encuentros con la justicia: primero, escribió entre 2007 y 2009 cartas vejatorias a familias de soldados australianos muertos en Afganistán.

La viuda de un sargento describe así el contenido: “Nos sentamos a leer la carta que parecía de apoyo pero entonces pasaba a ser la yuxtaposición de este hombre acusando a mi marido de ser un asesino de niños mientras me dictaba cómo debería educar a mis hijos”. Monis fue condenado en 2013 a 300 horas de trabajo comunitario y una fianza de dos años de buena conducta.

Los otros dos presuntos delitos de Monis son más graves: estaba en libertad bajo fianza por haber participado en el asesinato de su esposa, con quien estaba en litigio por la custodia de dos hijos. El tercero era la acusación de agresión sexual a una mujer en 2002. Durante el juicio en octubre, se presentaron otros 40 cargos de seis mujeres más. Estos presuntos ataques se cometían en una consulta que tenía como supuesto experto en astrología, numerología, meditación y magia negra. El 27 de febrero de 2015 tenía una nueva vista por este juicio.

La duda ahora es saber si Monis actuó inspirado por el islam o solo por algún tipo de enfermedad mental o causa personal. Podrían ser, claro, de todo un poco en una mezcla común. El corresponsal del New York Times en Teherán ha dado con un compañero de colegio de Monis: era el tipo más loco que he conocido, “completamente majara”.

El ex abogado de Monis, Manny Conditsis, cree que actuó solo y que “su ideología es tan potente y poderosa que nubla su visión para el sentido común y objetividad”. Todo puede ser. En la lista de lobos solitarios, parece que Monis podría estar más cerca del concepto de lobos chalados. El término lo ha acuñado el experto en terrorismo Max Abrahms: en inglés las dos expresiones son similares, de lone wolf a loon wolf.

La diferencia es ambigua. Así la explica el profesor Adam Dolnik: el secuestrador podría ser "un lobo solitario que simpatiza con Estado Islámico y el objetivo general de la yihad" o un caso de "psicopatología en busca de una causa". Esta fue su última declaración online: no parece muy consecuente.

 

Un ex director de la CIA garantiza más ataques

La distinción entre ambos conceptos para los servicios de seguridad occidentales tiene una importancia relativa. Ambos están influidos por las ganas de participar en la yihad global y los más cuerdos pueden haber tenido algún contacto online.

Esta semana la policía india ha detenido a un célebre tuitero de Bangalore que con su cuenta @shamiwitness -con más de 17 mil seguidores- animaba a quien quisiera escuchar a la yihad global. No llegó a pasar a la acción real, pero era el más influyente de esta comunidad:

Occidente se centra sobre todo en controlar a sus ciudadanos que viajan a Siria y vuelven, como los casos de Merah y Nemmouche. Pero esta otra categoría de lobos o chalados solitarios es igual de peligrosa -aunque menos preparada- y mucho más difícil de detectar.

El ex director de la CIA Mike Morell ha dicho hoy sobre al ataque en Sydney que “no debería sorprendernos cuando algo así pase aquí [en Estados Unidos] durante el año que viene, garantizado”. La CIA más o menos “garantiza” que no puede prever estos ataques y que seguirán ocurriendo.

Sea el motivo que sea, la comunidad yihadista online ha celebrado lógicamente el ataque de Monis como una victoria hasta que han detectado que era chií. Pasaron entonces a llamarle “sucio iraní”.

Monis sin embargo había colgado este mes en su web una declaración donde renunciaba a su chiísmo para convertirse en suní. El chiísmo es para los yihadistas suníes una atrofia del islam.

En pleno momento de entusiasmo, tuiteros simpatizantes de Estado Islámico han colgado un “hazte-tú-mismo” tu bandera de Estado Islámico, con un vídeo con las instrucciones. La próxima vez quieren que su “lobo” o “chalado” sea más serio.


Historia original: Yahoo España