Cómo evitar que te atrapen en un aeropuerto, según la CIA

Dos agentes de policía permanecen en un control de seguridad cerrado en el Aeropuerto Internacional de Fráncfort (Alemania). EFE/Archivo
Dos agentes de policía permanecen en un control de seguridad cerrado en el Aeropuerto Internacional de Fráncfort (Alemania). EFE/Archivo

Wikileaks ha publicado dos interesantes manuales clasificados de la CIA. Son sobre cómo sus espías deben evitar problemas al entrar en otros países por el aeropuerto. Un documento de 2012 es acerca de los controles de entrada en los países Schengen. Es una prueba obvia de que la CIA sigue mandando espías a países europeos. Su conclusión es que mientras no haya controles biométricos -que deben entrar en vigor en 2015-, los agentes afrontarán pocos riesgos en los aeropuertos comunitarios.

El otro manual es más jugoso. Su objetivo es instruir a los espías para que pasen desapercibidos y, sobre todo, eviten segundos exámenes con interrogatorios y revisiones de equipaje específicas en aeropuertos internacionales. Son consejos para espías pero sirven para cualquiera. La mayoría de las advertencias son de sentido común, aunque hay detalles curiosos.

1. Hay que aguantar al menos 20 segundos. El control de pasaportes es el lugar donde la mayoría de pasajeros son analizados. Las autoridades tienen unos minutos para detectar si les engañan o no. En Schiphol, el aeropuerto de Amsterdam, las instrucciones que tienen los funcionarios es de estar 10 segundos con cada pasaporte. Según la normativa comunitaria, en los aeropuertos europeos no deberían estar más de 20 segundos. Son medidas para facilitar la circulación.

Pero es muy poco. El manual de la CIA señala un aeropuerto como modelo: “Con la excepción del aeropuerto israelí de Ben Gurion y algunos otros, los inspectores de inmigración que hacen los exámenes primarios no tienen el tiempo ni las herramientas para analizar la buena fe de los viajeros”.

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En Estados Unidos están varios minutos y el resultado es que envían a entrevistas secundarias a una media de un pasajero extranjero por cada 30. En algunos casos hay quienes son seleccionados al azar.

El origen de los viajeros es también crucial. No es lo mismo llegar a Estados Unidos y ser alemán que ser cubano o venezolano. En 2007, el 20 por ciento de los cubanos que llegaban a Miami iban a segundo examen.

Un pasaporte falso es otro modo claro de detección. Según la CIA, la mayoría de los pasaportes falsificados vienen Brasil, China y Rumanía.

Lobby de la sede de la CIA en Langley, Virginia, fotografiado el 14 de agosto de 2008
Lobby de la sede de la CIA en Langley, Virginia, fotografiado el 14 de agosto de 2008

2. Los nervios son clave. El motivo obvio para analizar más a alguien es que su nombre aparezca en una base de datos previa: de inmigrantes ilegales, presuntos traficantes, criminales en otros países, lo que sea. Pero esos son los fáciles.

El reto para quienes se quieren colar es evitar que el funcionario vea que hay algo que no funciona. El mejor modo de disimular es controlar los nervios. Los agentes de aduanas buscan estos síntomas fisiológicos: manos temblorosas, respiración rápida sin motivo, sudores fríos, arteria carótida palpitante, el rostro sonrojado o la falta de contacto visual.

Según la CIA, algunos aeropuertos destinan bastantes recursos a identificar pasajeros nerviosos. El aeropuerto de Budapest, por ejemplo, tiene un circuito cerrado de televisión y espejos unidireccionales. Bahrain tiene agentes dobles en la zona de llegadas. En Mauricio usan cámaras para vigilar a los pasajeros al salir del avión y recoger su equipaje, con la opción de hacer zoom en los rostros para estudiar sus expresiones. En el aeropuerto internacional de Burgas, en Bulgaria, usan el método más rudimentario de colocar un agente detrás del funcionario que controla el pasaporte.

Una vez en la entrevista para el segundo examen, los detalles a controlar para el pasajero sospechoso crecen. Hay que evitar estos gestos o recursos:

-esperar demasiado a responder o usar sonidos que retrasan la respuesta como “eeehhh” o “mmmm”.
-exponer un comportamiento psicosomático como “tragar, morderse el labio, sudar, respirar hondo, arreglarse la ropa sin parar, quitarse la pelusa”.
-modificar el sentido de las frases con palabras como “típicamente”, “normalmente”, “a menudo”, “quizá” o “casi” o con expresiones como “para ser honesto”, “la verdad es que” o “lo juro por Dios”.
-dar respuestas excesivamente concretas.

3. No compres el billete el día antes con dinero. La compra del billete es otro modo sencillo de levantar sospechas: el día antes del vuelo y en metálico hace saltar alarmas. El 25 de diciembre de 2009, Omar Faruk Abdulmutalab intentó hacer estallar un vuelo Amsterdam-Detroit con un líquido que llevaba en los calzoncillos. Según una investigación holandesa, deberían haberle examinado mejor porque había pagado en metálico en un país, habían emitido el billete en otro país y viajaba sin equipaje.

El director de la CIA, John Brennan, en conferencia de prensa en la sede de la agencia en Langley, Virignia, el 11 de diciembre de 2014
El director de la CIA, John Brennan, en conferencia de prensa en la sede de la agencia en Langley, Virignia, el 11 de diciembre de 2014

4. Haz el equipaje con cabeza. El equipaje también permite sospechar. Estas son las advertencias que da la CIA a sus agentes para que no hagan:

-una cantidad de equipaje inadecuado para la extensión de la visita.
-un equipaje mal hecho cuando el pasajero es presuntamente un experimentado viajero de negocios. (Una coartada típica de espía son los hombres de negocios.)
-mapas, guías u otra literatura sin abrir y sin marcar. Todo turista real mira y anota ese tipo de documentos. También puede delatar mapas de ciudades sin conexión con el viaje.
-una cámara de una calidad que no vaya de acuerdo con el perfil de viajero o una tarjeta de memoria insuficiente por ejemplo para un viaje de varias semanas.

5. Ojo con las obviedades. Otro modo sencillo de pillar a sospechosos son las inadecuaciones físicas, de apariencia o lenguaje, entre los documentos y sus propietarios. El manual de la CIA da varios ejemplos; estos son algunos:

-en una operación contra miembros de Hezbolá que viajaban desde Venezuela con pasaporte venezolano, en México les hicieron ir a segundo examen porque hablaban mal español.
-los acentos son también importantes: los kurdos con acentos turco o iraní que llegan a Irbil, Irak, van directos a más entrevistas.
-el aeropuerto israelí de Ben Gurion es de nuevo el más generalizador: “hombres en edad militar que viajan solos con mochilas suelen ir a segundo examen, sin importar su nacionalidad o color de piel”.

6. Los problemas de los espías. Hasta aquí, he resumido los problemas que puede afrontar cualquier pasajero sospechoso. Los espías tienen retos propios. El consejo último de la CIA para sus agentes es que nunca renieguen de su coartada, pase lo que pase. Los hombres de negocios tienen LinkedIn y Foursquare. Según la CIA, esas dos redes sociales son “equivalentes en los negocios a Facebook”.

También según la CIA, “los agentes de seguridad esperan que un comercial o alguien de marketing tengan hoy una cuenta de Twitter”. Las nuevas tecnologías suponen más problemas para los espías: las suscripciones en el móvil a apps o redes de alguien que viaje con seudónimo puede delatarle. Como dice un espía veterano en el manual de la CIA, hay que vigilarlo todo, hasta la basurilla que llevan en los bolsillos. No es fácil ser buen espía.