Nueva Zelanda triplica el impuesto turístico: Así podría afectar a la naturaleza y al turismo
Nueva Zelanda ha decidido casi triplicar su impuesto turístico para ayudar a proteger su entorno natural y potenciar los servicios públicos. A partir del 1 de octubre, la tasa subirá bruscamente de 35 dólares neozelandeses (unos 20 euros) a 100 dólares (56 euros).
Y ello a pesar de que el número de visitantes sigue bajando desde la pandemia, aunque las cifras del Gobierno hasta junio muestran una recuperación de alrededor del 84% en 2024 frente al mismo periodo de 2019.
Tras imponer algunas de las restricciones fronterizas más duras del mundo, el país salió con cautela de la crisis de la COVID-19, aprovechando la oportunidad para dar un giro hacia los viajes regenerativos y sostenibles. El Ministerio de Turismo también ha anunciado planes para centrarse en los visitantes que gastan más y se quedan más tiempo.
¿Tiene Nueva Zelanda un problema de turismo excesivo?
Antes de la pandemia, el turismo era la mayor industria de Nueva Zelanda, empleaba al 8,4% de la población activa del país y contribuía directa o indirectamente en torno al 6% del PIB.
Entre 2016 y 2019, unos 11 millones de visitantes llegaron a la isla-nación, que cuenta con una población permanente de tan solo 5 millones de habitantes. Pero la popularidad del país pasa factura a su delicado entorno natural, uno de sus mayores atractivos.
La degradación del medio ambiente no sólo amenaza el atractivo estético y recreativo de Nueva Zelanda, sino que la hace menos resistente a catástrofes como inundaciones e incendios forestales, a los que el país está cada vez más expuesto debido al cambio climático y al desarrollo rural.
¿Por qué aumenta Nueva Zelanda su tasa turística?
El incremento de las tasas turísticas se destinará en parte a impulsar iniciativas de conservación que mitiguen el impacto de los visitantes. La actual tasa de 35 dólares neozelandeses para la conservación de los visitantes internacionales y el turismo (IVL) se introdujo en julio de 2019 para apoyar el patrimonio natural y la infraestructura del país.
La tasa fija debe ser pagada por los visitantes internacionales que solicitan una NZeTA (Autoridad Electrónica de Viajes de Nueva Zelanda) o una visa de turista. Los visitantes de Australia y muchas islas del Pacífico están exentos.
Se ha utilizado para financiar proyectos que van desde la creación de hábitats y la erradicación de plagas hasta el desarrollo de actividades turísticas sostenibles y el mantenimiento de rutas ciclistas.
Related
Sin embargo, el Gobierno afirma que los ingresos que genera, unos 80 millones de dólares neozelandeses (44,8 millones de euros), no bastan para abordar los problemas a los que se enfrentan el turismo y la conservación en el país.
Por ello, sostiene que el aumento es razonable y añade que equipara a Nueva Zelanda con las tasas de otros países. La tasa de 100 dólares neozelandeses (56 euros) es muy superior a la de destinos como Bali, que cobra 150.000 IDR (9 euros).
Sin embargo, está en línea con destinos europeos populares, donde se cobra una tasa por noche. Por ejemplo, en Barcelona, los visitantes tendrán que pagar hasta 7,50 euros por noche a partir de octubre, un total de 52,50 euros por semana.
¿Disuadirá el impuesto turístico a los visitantes?
En comparación con otros destinos ecológicamente delicados, el impuesto de Nueva Zelanda seguirá siendo relativamente bajo. En agosto, las islas Galápagos aumentaron su tasa para visitantes a 200 dólares (184 euros), frente a los 100 dólares (92 euros).
"Un impuesto de 100 dólares supondría en general menos del 3% del gasto total de un visitante internacional durante su estancia en Nueva Zelanda, lo que significa que es poco probable que tenga un impacto significativo en el número de visitantes", afirma el ministro de Turismo y Hostelería, Matt Doocey.
Sin embargo, algunos organismos turísticos temen que el aumento disuada a los visitantes. Los aeropuertos del país argumentan que será "perjudicial para la economía", mientras que la asociación turística Tourism Industry Aotearoa (TIA) lo ha calificado de "barrera que hace increíblemente caro visitar Nueva Zelanda".
La asociación señala que la subida de impuestos entrará en vigor al mismo tiempo que las tasas del visado para visitantes neozelandeses suben un 60%, con lo que el coste total para entrar en el país ascenderá a 500 dólares neozelandeses (280 euros).
La asociación advierte de que esto supone más del doble de lo que cuesta visitar Canadá y un 66% más que Australia.