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Yolanda Robles Gil, un regalo preciado para la comunidad tijuanense

 Yolanda Robles Gil, un regalo preciado para la comunidad tijuanense
Yolanda Robles Gil, un regalo preciado para la comunidad tijuanense

“La maravillosa envoltura de sus regalos era también una maravillosa envoltura para nuestras emociones y sentimientos”, escribió Delia, una amiga de “Yolzi”, como le decían de cariño quienes la conocían y cuyas vidas tocó con profundo amor y significado.
Yolanda Robles Gil, psicóloga de profesión, y una persona sumamente apreciada por la comunidad tijuanense, falleció el pasado domingo 19 de marzo a los 84 años.
Ella era propietaria de la tienda de ropa para mujeres y envoltura de regalos “Yolzi”, ubicada en la colonia Cacho, misma que abrió hace 33 años, siendo uno de negocios pioneros en la región en dicho rubro.

De voz dulce y ánimo jovial, “Yolzi” nació el 28 de junio de 1938 en la Ciudad de México, pero se crió en Mexicali, donde más tarde conocería a su esposo, el Dr. Guillermo Figueroa quien en su momento fuera director de Instituto Psiquiátrico de Mexicali, ejerciendo ambos sus profesiones.
Tras unos años y buscando mejores oportunidades de trabajo, Yolanda se movería con su familia a Tijuana.
Al establecerse en la ciudad y con el afán de superarse debido a su mente revolucionaria, decidió convertirse en emprendedora y abrir su local. Una amiga suya la impulsó a traerse ropa desde Los Ángeles y Guadalajara para venderla, fue así como el concepto se fue transformando, trayendo novedades y accesorios constantemente a la tienda a lo largo de los años.
Con su entusiasmo, Yolanda logró una conexión y una empatía inmediata con sus clientes a los que consideraba como allegados debido a la estrecha relación que mantenía con ellos.

En la comunidad fue una mujer de fe muy apegada a la iglesia católica donde atendió a grupos de matrimonio, orientándolos gracias a su formación como psicóloga.
“Yolzi” también se dedicó a apoyar a personas con adicciones, acompañando a grupos de Alcohólicos Anónimos para dar pláticas, y fue cercana a las fundaciones que combatían el cáncer.
Otra de sus amistades cercanas, Chapis Diez, dijo:
Te voy a extrañar, aunque no hayas sido una madre biológica, pero jamás olvidaré ese momento especial cuando me recibiste en la iglesia dándome la bendición y tus bellas palabras y consejos de vida.
En entrevista para San Diego Red, su nieta, Andrea Calva, compartió:
Era alegre, muy libre, disfrutaba todo, tenía un espíritu activista y buscaba renovarse en el contexto. Su enseñanza fue vivir al máximo, disfrutar de la vida, ser auténticos, y tener humildad para dejar la soberbia a un lado y fluir en amor.
Por su parte, la reconocida dentista, activista y presidenta de la fundación Manos Entrelazadas, Adriana Milanés, publicó una fotografía en Facebook donde brindaba por “Yolzi”:
Va por ti, por tu apasionante vida, por siempre estar alegre, por tus enseñanzas y apoyarme en mis locuras y hacerme parte de las tuyas. Te quiero mucho.
Uno de los momentos que Yolanda disfrutaba más era recibir en casa a su familia. Cocinarles era su pasión, la manera de manifestarle amor a los demás y de ser buena anfitriona.

De acuerdo con Andrea, su abuela consideraba a su familia un muégano debido a la dulce unión que los caracterizaba, predicando un mensaje de amor y aceptación del uno al otro.

Su hogar fue un recinto de alegría, un centro de reunión para comidas, cenas, noches bohemias y de karaoke, donde todos se sentían cómodos, relajados y bien recibidos.
“La gente se acercaba mucho a ella por cómo los hacía sentir”, dijo Andrea, quien después indicó que Yolanda era amante de la lectura y manifestó interés en la política y la cultura.
Sobre su estilo de vestir único dijo:
Le gustaban las cosas exóticas, era una especie de casita de Frida Kahlo con decoraciones mexicanas de colores fuertes. En su vestimenta fue muy expresiva y extravagante, con accesorios, y collares, muy cargada.

“Yolzi” tuvo cuatro hijos: Guillermo, Héctor, Víctor y Zidé.
Su familia invitó a la comunidad tijuanense a despedirla este viernes 24 de marzo a las 6:30 pm en la Iglesia de San Francisco Javier, en la colonia Juárez, donde sugirieron a los asistentes vestir de blanco y, sí así lo desean, realizar un donativo a beneficio de pacientes con cáncer.

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