Por qué Yoko Ono se convirtió en la mujer más odiada de la historia del rock

Algunas semanas después de que se conociera la decisión deMeghan Markle y el Príncipe Harry de renunciar a la realeza británica, la prensa internacional no dudó en referirse a Markle como "la Yoko Ono de la corona". La comparación alude a uno de los mitos más grandes de la historia del rock: del mismo modo que Ono, supuestamente, separó a los Beatles, Markle fragmentó a la familia real. La expresión es conocida y utilizada para referirse a muchas otras figuras públicas, en su mayoría femeninas. Ser la "Yoko Ono" de alguien, en la sabiduría popular, significa ser la responsable de la ruptura de un grupo de personas.

Con el nacimiento del mito, la artista japonesa, que hoy cumple 87 años, se convirtió en la peor "villana" de la beatlemanía. Su figura, sin embargo, se resignificó ligeramente en los últimos años, con la lectura de críticos e historiadores del rock que reivindicaron su aporte artístico a la banda y relativizaron su protagonismo en las fricciones que atravesó el cuarteto antes de separarse.

El vínculo entre John y Yoko y el nacimiento del mito

Lennon y Ono se conocieron en 1966, dos años después de que los Beatles dejaran de tocar en vivo. La crisis que atravesaba la banda preexistió a la artista japonesa y estaba relacionada, en parte, con el desgaste de los miembros del grupo. Pero además, los músicos experimentaban un gran cambio en su dinámica de trabajo tras el fallecimiento de su manager, Brian Epstein, además de algunos problemas financieros.

Públicamente, la japonesa y el inglés comenzaron su noviazgo en 1968 y se casaron en una ceremonia muy particular, celebrada en Gibraltar un 20 de marzo de 1969. Los primeros años de la relación fueron intensos. Ono y Lennon pasaban mucho tiempo juntos y muy pronto comenzaron a colaborar artísticamente en la obra del otro. En una entrevista que el beatle dió a la BBC en diciembre de 1980 aseguró que la letra de "Imagine", probablemente su canción solista más conocida, era en buena medida de autoría de Ono: "En esa época yo era un poco más egoísta, un poco más machista, y en cierto modo, evité mencionar su contribución, pero todo sale de su libro Grapefruit y creo que hay que darle el reconocimiento que se merece", sostuvo. Ono, por su parte, se refirió a la canción en el documental John & Yoko: Above Us Only Sky: "A veces pienso que John y yo nos conocimos solo para hacer esta canción", dijo la artista.

El activismo de Yoko Ono

Más allá de su vínculo con John, la figura de Yoko Ono resultó sumamente controversial en la década del 60. A pesar de pertenecer al mismo circuito que artistas como Marcel Duchamp, Peggy Guggenheim y John Cage, a menudo su trabajo fue denostado por la crítica sin mayores argumentos. Como mujer con ascendencia asiática, Ono fue víctima de comentarios misóginos y xenófobos, que parecieron funcionar como cimiento para el mito de la ruptura de la banda. Su fuerte presencia en cada aparición pública pareció alimentar el estigma de "mujer manipuladora".

El empoderamiento femenino es un tema recurrente en la obra de Yoko: en 1964, con su performance Cut Piece, criticó la violencia contra la mujer y el frecuente lugar de "objeto" en el que la ubicaba la sociedad de entonces. La desigualdad entre hombres y mujeres todavía está entre las preocupaciones centrales de la artista. "Estoy consternada porque este mundo se ha vuelto cada vez más violento, porque no hay una total y suficiente comunicación entre hombres y mujeres", le dijo a la prensa mexicana en 2016. "Estoy preocupada e involucrada por encontrar la manera en la que podamos detener esto. Y la única forma en que esto puede ocurrir es con el poder de la mujer".

Por otro lado, la infancia y juventud de Yoko oscilaron entre Japón y Estados Unidos, por lo que su vida estuvo siempre marcada por el desarraigo. La guerra entre estos dos países y su identidad mixta, sumados al altísimo (y exótico) perfil que mantuvo durante la guerra también colaboraron a ubicarla como una outsider en la sociedad. El activismo que compartió con Lennon (y en el que ella fue una influencia decisiva, según las propias palabras del músico), con consignas pacifistas que perseguían el objetivo de incomodar a través del arte, también le valió algunas críticas por sus posiciones políticas.

50 years ago, John and I had the idea to do the "WAR IS OVER! (If you want it)" campaign.? ? The experience and the memory of war was deeply imbedded in both our minds, and had become the springboard for our efforts to speak out for world peace. We did the "Bed-In for Peace", unaware of the fact that we made our beds then, for life. Pairs of Acorns were sent to all heads of States of the world, asking them to be planted for Peace. "WAR IS OVER! (If you want it)" billboards were placed in main cities of several countries. We announced the birth of a Nutopian nation: a conceptual country anybody could join and be the ambassador of. Our white flag, and ordinary bed-sheet, symbolized a surrendering to Peace. "Give Peace A Chance" was our chant. "Imagine" was our anthem and a song of prayer. "Imagine all the people living life in peace." This was a song asking people to imagine, to visualize, and realize our future. It was especially important that it was asking people to use the power of their own minds to make things happen.? ? The days of one hero building a castle for all of us are over. Our world is getting too complex for that. Now we need each of us to be a hero. The human race realized its dreams and innermost desires by wishing together. Sometimes, we got sidetracked and listened to destructive powers within us. When you read the history of the last century, you wonder how we ever survived its violent events. We did. And I am sure we will. They say the darkest hour is just before the dawn.? ? The road to Peace has been longer than John and I hoped it would be, but sitting here today as I write this, I can still see it waiting for us just over the horizon. Waiting for us to realize it's already there.? ? love, yoko? ? Photo [R] Frank Barratt/Getty? ?

Una publicación compartida de Yoko Ono (@yokoonoofficial) el 17 Dic, 2019 a las 9:04 PST

La reivindicación de su figura, ¿un mito que se diluye?

Si bien el mito persiste, en los últimos años fueron varios los críticos e historiadores del rock que comenzaron a poner en valor la figura de Ono y a cuestionar el histórico prejuicio alrededor de su nombre. En Yoko Ono y el mito que merece morir, la ensayista Lindsay Zodlan publicó enla New York Magazine una contundente defensa de la figura de la japonesa.

En 2014 tuvo una aparición pública muy celebrada, cuando en la gala de los Grammys bailó al ritmo de Daft Punk, Pharrel Williams y Stevie Wonder. En la cobertura, se vio a la artista japonesa bailando, rodeada de otras figuras de la música como Beyoncé y las redes sociales parecieron mostrar que las nuevas generaciones podían comenzar a deconstruir el mito.

En 2017, finalmente, la National Music Publishers Association (NMPA) le dió a Yoko crédito como co-compositora por Imagine, y lo anunció con un evento en el que el CEO David Israelite mostró aquel video en el que Lennon respaldaba la participación de su mujer en la composición de la canción. Tres décadas después de que el músico lo dijera públicamente, Ono recibía el reconocimiento pendiente. Un año después, con el estreno del documental John & Yoko: Above Us Only Sky, su figura terminó de reivindicarse como una parte esencial del universo utópico y activista de Lennon.