¿Y si pudiera comprar un riñón?

Un enfermo con falla renal necesita desesperadamente un trasplante. ¿Pero dónde conseguir un riñón? Las largas listas, la insuficiencia o incompatibilidad de donadores y las cuestiones médicas en sí vuelven a la espera una angustia, a veces un paréntesis doloroso y desesperanzado. Y a veces el trasplante nunca llega y el paciente fallece.

Pero, ¿y si pudiera comprar un riñón? Esa posibilidad, que algunos pacientes con recursos económicos no ven con malos ojos, es en realidad una puerta cerrada: la ley en Estados Unidos prohíbe la venta de órganos desde hace décadas.

Pero recientemente algunos han comenzado a repensar esa prohibición, no sin una fuerte controversia.

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Médicos trabajan en una cirugía de donación y trasplante de riñón. (AP)

Como lo relata el periódico The Washington Post, médicos, donadores y pacientes han recientemente expresado sus argumentos en apoyo a una flexibilización de las leyes que rigen los trasplantes en Estados Unidos para que más personas puedan donar en vida un riñón (actualmente la mayoría de los riñones disponibles provienen de donadores fallecidos) con el incentivo del dinero.

Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Florida incluyó una encuesta a donadores potenciales. 68% de los encuestados dijo que donaría un riñón a cualquier persona y cuando se les preguntó cuál sería su posición si le pagaran 50,000 dólares, el 63% indicó que eso los haría considerar aún más la posibilidad de donar.

Incluso, el 26% de quienes respondieron en la encuesta que no estaban dispuestos a donarle un riñón a nadie indicó que los 50,000 dólares les harían reconsiderar el asunto.

Y también se detectaron opiniones contrarias: un 8% de quienes dijeron que donarían un riñón a cualquier persona dijo estar menos dispuesto a hacerlo de existir dinero de por medio.

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En 2015, Neil Resman y su esposa pidieron con un mensaje en su auto un donador altruista para el riñón que él necesitaba. (AP)

Pero aunque se ha dicho que incrementar la disponibilidad de riñones a través de la compensación económica a los donantes reduciría la espera de muchos pacientes necesitados de trasplante, otras voces alertan de sus aspectos negativos.

Una de las razones por las que en 1984 se prohibió el pagar por la donación de un órgano fue prevenir que personas de escasos recursos fueran motivo de explotación por parte de pacientes adinerados. La noción de que pueda existir un mercado de órganos es, para muchos, inaceptable porque los compradores posiblemente verían a los donantes como meros recursos a disposición y deshumanizarían todo el sistema al convertirlo en un asunto de mera oferta y demanda.

La idea de un mercado de partes humanas perturba a muchos en la medicina real por sus connotaciones éticas y prácticas.

Por ejemplo, la National Kidney Foundation rechaza de tajo la noción de permitir el pago a cambio de la donación de órganos y señala en su sitio web que “ofrecer beneficios económicos directa o indirectamente a cambio de la donación de un órgano es inconsistente con nuestros valores como sociedad” y reafirma el temor de que legalizar ese componente económico propiciaría un estado de coerción de los ricos hacia los pobres para participar en la donación.

Pero hay opiniones en todo, como expresó hace unos meses Tina Rosenberg en The New York Times. Al comentar que Irán es el único país que permite la compensación económica a donadores –un sistema que ella misma indica que tiene problemas– mencionó cómo varios médicos y académicos se han comenzado a preguntar si esa puerta puede abrirse en Estados Unidos de alguna manera.

Por ejemplo, permitiendo si no el pago directo sí cubrir los costos que muchos donadores deben asumir, como son tiempo de recuperación en el hospital, pérdida de salarios, gastos en cuidado infantil y demás.

No se trataría de un pago pero sí habría un elemento económico en el asunto, aunque la diferencia con un intercambio monetario es tenue, difícil de despejar.

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Kim Yarbrough (izquierda) yTricia Meyer, quien le donó un riñón, en su primer encuentro tras el trasplante. (AP)

Pero científicos de estatura, como el premio Nobel de Economía Alvin Roth han defendido la idea de que se reembolsen los gastos y otros lastres económicos para quien quiera donar, y con ello se amplíe la disponibilidad de órganos para trasplantes, como narró la radio pública NPR.

Otra opción es lo que podría llamarse una donación recíproca donde personas que son incompatibles para donar un riñón a un ser querido lo donan a un extraño a cambio de que un extraño sí compatible le done uno a su familiar. Una suerte de trueque de buena voluntad.

Con todo, aunque existe el debate, el consenso es mayoritariamente por mantener la prohibición de 1984 y no habría, por lo que se ve, iniciativas o esfuerzos legales de relevancia para una reforma legal en ese sentido.

Y aunque muchos expresan su genuina preocupación por el dolor y la muerte que pende sobre miles y miles de personas que están a la espera de un órgano, otros afirman que permitir el pago por donaciones de órganos sería abrir una caja de pandora.

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