Xàvea: lo divino del Mediterráneo

Los colores del mar son tan vivaces como una paleta impresionista y un brillo invisible ilumina el espacio. Podremos elegir entre la playa de grava, la del arenal o las calas donde el mar y el cielo se besan; o andar por las calles estrechas del pueblo viejo que se adornan en verano por las fiestas de San Juan. Nos observa el perfil del Montgó, esa montaña que predice la lluvia si las nubes se posan encima. Cuando estés en Xàvea (en español Jávea), habrás llegado a uno de los paraísos de la Comunidad Valenciana en España.

Durante los últimos años del siglo XIX, el pintor de la luz, Joaquín Sorolla y Bastida, descubrió los enormes contrastes de Jávea: paisajes montañosos que la naturaleza trazó entre los Cabos de San Antonio y la Nao, y el agua clara del mediterráneo cuyos colores se difuminan entre el turquesa y el añil. Fue a partir de 1900 que su obra se viralizó con la exitosa serie de niños bañistas desnudos; y los cuadros recreando escenas locales, como “Rocas de Jávea y el bote blanco” (Colección Carmen Thyssen- Bornemisa), o “El baño”, (Museo neoyorkino Metropolitano de Arte). Fue a partir de estas pinturas que recibió el encargo de la Hispanic Society de Nueva York, para tapizar las paredes con temáticas de cada una de las regiones españolas. Así se entiende, que la escultura del pintor valenciano, con la paleta y el pincel en ristre, actualmente se encuentre en el paseo marítimo de la Grava en Jávea.

Entre playa y montaña, restos de murallas históricas, reservas naturales para perdernos en el esplendor de una naturaleza colorida y salvaje, festejos populares, festivales de música, fiesta de Moros y Cristianos; el tiempo transcurre plácidamente, sin aspavientos. El área de tiendas propicia llevarse una chulada o un objeto valioso, y la rica y variada gastronomía luce la afamada y saludable dieta mediterránea. Hay que probar la deliciosa crema de alioli verde, que sabe a gloria untándola en el pan. Y hasta se presenta la oportunidad de presumir en el restaurante BonAmb, con 2 estrellas Michelin y 3 Soles Repsol, para disfrutar la alta cocina del chef Alberto Ferruz.

Duanes de Mar (Aduanas del Mar en español), es la Calzada que da acceso al paseo marítimo que segrega historia. Muy juntas, las casas de pescadores encaladas, con ventanas y puertas pintadas de azul, reflejan el sol que se filtra a través de las nubes.

Dos siglos atrás, cohabitaban con los almacenes donde se acopiaba la exportable pasa javiera, hasta su salida desde el puerto. En medio de las terrazas y chiringuitos que abren a medio día y cierran tarde en verano, la Casa del Cable rememora la conexión telegráfica submarina que unía a Jávea con las Islas Baleares, un interesante museo que fascinará a los amantes de la historia de las comunicaciones.

Un curioso templo consagrado a Nuestra Señora de Loreto, que sustituyó a la antigua capilla que existía desde 1914, se inauguró en 1967, en el numero 9 de la Calle Pío X, incrustada en medio del trazado de las viviendas tradicionales. Merece la pena visitarla, porque el techo es una obra maestra fabricada en madera de pino rojo que imita la armazón del interior de un barco.

Me he perdido entre el silencio de las calles y he encontrado sitios maravillosos. En el pueblo viejo, siguiendo la ruta de las iglesias: Sant Bertomeu (1513), la Capilla de Santa Anna (1502) o el Convento de Las Agustinas (1946); las casas góticas de arquitectura civil, los restos de la antigua muralla, el Mercado Municipal de Abastos, el Museo Arqueológico, el Ayuntamiento, la Casa Bolufer, símbolo de la pujanza burguesa del siglo XIX, en años donde el comercio de la pasa era uno de los productos característicos de una Jávea, eminentemente agrícola. El turismo a día de hoy es el principal renglón económico, y un generador de riqueza.

Existe una buena oferta hotelera para alojarse, y el Parador de turismo ha sido y sigue siéndolo, su principal emblema. Inaugurado en 1965, se edificó desde la primera piedra, al contrario de sus congéneres, que han sido adaptados en edificios monumentales, como palacios o castillos españoles. Decidí sin embargo, contactar con el Grupo Mervi, por lo interesante de su modelo de negocio.

Me han facilitado mimetizarme con los javienses; he estado toda una semana viviendo como un local, y a la vez, como si estuviese en mi propia casa. Este equipo multidisciplinar y multilingüe puede atender a sus clientes hasta en ocho lenguas: inglés, español, alemán, ruso, armenio, italiano, holandés y francés. Trabajan con variadas tipologías de inmuebles, tanto para alquiler turístico de temporada como vivienda habitual, y cuentan además con servicio de búsqueda de inmuebles para compraventa. Contacto: mcampo@mervi.es.

Jávea es la torre de Babel de la Comunidad autónoma de Valencia; se habla valenciano y español, pero además, residen personas de más de 80 nacionalidades. El municipio pertenece a la Comarca de la Marina Alta valenciana, un área que se identifica en España como la Costa Blanca, debido a la iluminación natural que se percibe en la atmósfera, y a la blancura de sus edificaciones.

Otro de sus atractivos es la diversidad de deportes náuticos que se pueden practicar, entre ellos, el paddle surf, esquí acuático, motos de agua, buceo, vela, alquileres de kayak, bicicletas acuáticas o excursiones en barco, el piragüismo o el submarinismo.

Las extraordinarias calas de Jávea son un privilegio, un reclamo turístico al alcance de los aventureros y amantes del agua. Una de ellas, es la Cueva del Llop Mari, cuyo nombre se origina del catalán (Cueva de los Leones Marinos), y a la que se llega por tierra o por mar. Tan espectacular como la anterior, es la Cova dels Òrguens, una reserva natural, localizada en la ladera del Cabo de la Nao. Se puede llegar a este paraíso a bordo de tablas o kayaks. Visitar una de las cuevas marinas mas encantadoras de esta zona, permanecer bajo majestuosos acantilados, rodeados de las aguas cristalinas y matizadas del mar mediterráneo, es todo un lujo, que te podrás dar, solicitando los servicios de especialistas.