Wrexham AFC: el club galés con billetera y sueños hollywoodenses que sueña en grande
A 11.000 kilómetros de la Provincia de Buenos Aires se encuentra una ciudad galesa (recibió ese status hace apenas dos años, en 2022, como parte de las celebraciones del Jubileo de Platino de la ex Reina británica Isabel II), llamada Wrexham. Un lugar pintoresco, con poco más de 60.000 habitantes, la gran mayoría de ellos hinchas del club de fútbol homónimo de la ciudad: Wrexham AFC. Una institución con una historia fascinante, que el último fin de semana consiguió su segundo ascenso consecutivo, por lo que a partir de la temporada 2024-25 formará parte de la League One, la tercera categoría del fútbol de Inglaterra.
Sus propietarios son las estrellas de Hollywood Ryan Reynolds y Rob McElhenney. Ambos decidieron invertir aproximadamente 2 millones de libras esterlinas para comprar a los ‘Dragones Rojos’ a fines de 2020, con una aprobación del 98% por parte de los socios. “Este es el tercer club más antiguo del planeta y no vemos por qué no puede tener un atractivo mundial. Nuestra intención es convertirnos en parte de su historia, no que Wrexham se convierta en parte de la nuestra”, confesó el protagonista de Deadpool al confirmarse la compra. Y con ellos al mando, a pesar de ser dos personas totalmente ajenas al mundo del fútbol, el club renació de las cenizas y sueña en grande. Cada vez más.
Sí, Wrexham AFC es el tercer club más longevo del mundo, como comentó Reynolds. Así lo afirman en su página oficial, donde también se enorgullecen de dejar en claro que son la institución futbolera más antigua de Gales. Se fundó en 1864 y, a lo largo de sus 159 años de historia, ganó 23 Copas de Gales y participó casi siempre -a excepción de dos temporadas entre 1894 y 1896-, de competencias inglesas. Entre sus logros más destacados se puede mencionar el ascenso a la segunda división de aquel país en 1978, el triunfo ante Arsenal en la tercera ronda de la FA Cup 1992-93, y hasta incluso la participación en la Recopa de Europa 1976, en la que alcanzó los cuartos de final tras ser invitado por sus éxitos en las Copas de Gales.
El reciente ascenso a la League One se concretó el pasado sábado 13 de abril, dos fechas antes de que culmine el campeonato de la League Two (la cuarta categoría del fútbol inglés). Fue luego de la goleada 6 a 0 frente a Forest Green Rovers con un doblete del capitán y figura del equipo, Paul Mullin, y sendas anotaciones de Elliot Lee, Ryan Barnett, Jack Marriott y Ryan Inniss en contra. El histórico encuentro se disputó en el Racecourse Ground, casa de Wrexham AFC y, a su vez, el estadio más antiguo del mundo entre los que aún se utilizan. Casa del fútbol si las hay.
Resumen de Wrexham AFC 6 vs. Forest Green Rovers 0
El recinto, sede del primer partido como local de la selección de Gales (derrota 2 a 0 frente a Escocia, el 5 de marzo de 1877), existe incluso desde antes que el club. En esos terrenos había un hipódromo y en él se registraron carreras de caballos hace 400 años. Historia pura. Wrexham disputó todos sus partidos como local allí entre 1864 y 2024, con la excepción de un período de dos años, entre 1881 y 1883, cuando los aumentos de alquiler obligaron al equipo a mudar su localía. En 2022, tras años de disputa, el club compró de manera definitiva el estadio y STōK Cold Brew Coffee adquirió los Derechos de Denominación, por lo que el escenario pasó a llamarse “STōK Cae Ras”.
En la actualidad, el conjunto galés tiene un plantel de jerarquía, considerablemente superior a la media de la Ligue Two. Arthur Okonkwo fue elegido como el mejor arquero de la temporada, Elliot Lee suma nada menos que 20 goles producidos, y James McClean y Jacob Mendy ya fueron convocados por las selecciones mayores de Irlanda y Gambia, respectivamente, gracias a sus grandes rendimientos. Mullin, por su parte, es la gran estrella: se mantiene como el máximo goleador del equipo en la temporada, con 25 tantos en 41 partidos disputados, que lo consolidan como el segundo futbolista en la tabla de artilleros del torneo, solo por detrás de Macaulay Langstaff (Notts County – 27).
Su arribo en 2021 causó revuelo. Fue la primera gran apuesta de Reynolds y McElhenney. Llegó con el pase en su poder luego de quedar libre en Cambridge United, cuando los ‘Dragones Rojos’ aún estaban en la National League, la 6° división de Inglaterra (categoría semiprofesional). Lo llamativo fue que, en la temporada anterior, había sido el máximo anotador de la League Two, además de conseguir el ascenso a la tercera categoría siendo una de las máximas figuras del equipo. Un golpe sobre la mesa que mejoró considerablemente el plantel.
“Paul Mullin debería ser inalcanzable para Wrexham. Si le ofrecemos todo lo que podemos, el presupuesto se irá al demonio por completo”, había anticipado Shaun Harvey, asesor principal de la dirigencia (recientemente oficializado como Director del área de Fútbol y, a su vez, como parte de la junta directiva), cuando los flamantes propietarios pusieron sobre la mesa el nombre del delantero inglés por pedido de los hinchas. Pero finalmente, el delantero aceptó. Y explicó los motivos en la serie ‘Bienvenidos a Wrexham’, producida justamente por Ryan Reynolds y Rob McElhenney: “En internet dicen que me pagan cantidades exorbitantes para este nivel, pero yo no creería nada de lo que comentan. Tengo un hijo pequeño que es muy apegado a mí y paso todo el tiempo que puedo con él. Para mí se trataba de estar cerca de mi familia. Alguien podría haberme ofrecido 60.000 a la semana para ir a China, pero no hubiera dejado a mi hijo”, afirmó.
Con la temporada 2022-23 al caer y con el objetivo ineludible de ascender para regresar a la Football League (fútbol profesional), hubo una renovación de plantel que incluyó la desvinculación de 11 futbolistas. Además, de la mano del flamante DT Phil Parkinson, llegaron nuevos refuerzos. Todos de renombre. Entre ellos, Elliot Lee (ex Luton Town) y Ben Foster, arquero con pasado en Manchester United y mundialista con Inglaterra en Brasil 2014, que llevaba seis meses sin club y estaba a punto de retirarse tras su desvinculación de Watford. ¿El resultado? Primer título en nueve años y ascenso con récord absoluto de puntos (111 en 46 partidos disputados). La película comenzaba a tener forma.
Para la temporada siguiente, la que aún está en curso, los fichajes fueron aún mejores. Los millonarios actores hollywoodenses cumplieron con los deberes y rompieron el chanchito para atraer a futbolistas de categorías superiores. La única compra fue la de James McClean, volante izquierdo irlandés que llegó por una cifra cercana a los €290.000, tras descender del Championship a la Ligue One con Wigan. El resto de las figuras, que a la postre no defraudaron, llegaron en condición de libres y, otros, a préstamo. Y muchos de ellos, como es el caso de Jack Marriott, George Evans, Will Boyle y Arthur Okonkwo (cedido desde Arsenal), fueron fundamentales en una temporada de ensueño en la que consiguieron el ascenso por segundo año consecutivo con dos jornadas de anticipación.
Wrexham necesitaba buenas noticias. Resultados positivos, festejos, títulos. Lo merecía. Por historia y arraigo inquebrantable de su gente. Tocó fondo y, durante años, le fue imposible levantarse. La pésima gestión de Alex Hamilton y Mark Guterman (ex presidente de Chester City, eterno rival de Wrexham, en una gestión para el olvido), propietarios del club entre 2002 y 2004, no solo lo privaron de éxitos, sino que también estuvieron muy cerca de hacerlo desaparecer. Años después, su plan de negocios salió a la luz: querían comprar el club, vender los terrenos del estadio para un desarrollo comercial y conseguir que la Agencia de Desarrollo de Gales, junto con las ganancias de la venta, financiara un nuevo estadio en las afueras de la ciudad.
Estuvieron a punto de conseguirlo, pero su gente lo impidió. El amor por el club, la camiseta y la ciudad, pudo más. Hamilton y Guterman, como dueños, le compraron el estadio a la cervecería Wolverhampton & Dudley y el mismo día se lo vendieron a la compañía Damen Limited, a nombre del propio Hamilton, con un contrato en el que el club debía pagar £30.000 al año en conceptos de alquiler. El público se opuso masivamente, los dueños renunciaron con una deuda de £884.552 con el sector público por falta de pago de impuestos, y Wrexham entró en administración.
Tras años en el anonimato del fútbol semiprofesional, en 2014, los hinchas evitaron nuevamente la desaparición del equipo de sus amores juntando £127.000 en un día. Y tomaron el mando del club a través de un fideicomiso, aunque los problemas económicos persistieron a pesar de la creación de un fondo común con más de 2.000 socios. Hasta que Hollywood tocó la puerta. Y al igual que en las mejores películas, como no podía ser de otra manera, el ave Fénix resurgió de las cenizas.
Una nueva inyección financiera cambió por completo la trayectoria de la institución. Las dos caras de las Sociedades Anónimas Deportivas, muy habituales en el fútbol inglés, en su máxima expresión. Un fracaso rotundo bajo el mandato de dos empresarios que únicamente pretendían sacar el mayor rédito económico posible a fines personales, sea como sea; y un éxito inobjetable con la gestión de otros dos hombres de negocios que, por lo menos hasta el momento, velan por el bien del club mientras los ingresos llueven por todos los costados.
La serie de Star+ ‘Bienvenidos a Wrexham’ puso el nombre del club –y de la ciudad- en boca de todos y trajo consigo millones y millones de libras: la venta de merchandising aumentó en un 600%, la asistencia a los partidos creció en más de 100.000 espectadores, la transferencia de los Derechos de Denominación del estadio (Naming Rights) se concretó con un acuerdo plurianual que ronda las £11.100.000 y, entre otras cosas, empresas multinacionales como TikTok (en 2022-23), United Airlines y HP (2023-24) se convirtieron en patrocinadores principales.
Tráiler oficial de la serie ‘Bienvenidos a Wrexham’
Las cosas como son: el éxito habla por sí solo y los números mandan. La algarabía que vive el norte de Gales por el presente de Wrexham va de la mano no solo con la gestión administrativa, sino principalmente con los resultados deportivos. Fueron dos años de ascenso meteórico, lo que augura un futuro auspicioso y prometedor. Pero a medida que la expectativa crece, la complejidad de las divisiones superiores exigirá cada vez más calidad, por lo que será necesaria una renovación del plantel año tras año para seguir rompiendo barreras. Se dice que Hollywood es una fábrica de sueños. Y los ‘Dragones Rojos’ se aferran a eso. ¿Con quién animarse a soñar si no es con dos líderes que vienen de allí y que, por sobre todas las cosas, ya saben lo que es triunfar?