Acompañados por el padre Adrián Santarelli, de la parroquia Santo Tomás Moro, ubicada en la localidad bonaerense de Vicente López, 53 fieles viajaron a Israel el jueves pasado para realizar una peregrinación a Tierra Santa. Sin embargo, la actividad se vio interrumpida por los ataques del grupo Hamas que dejaron más de 1000 muertos.

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Ignacio Lariguet, de 52 años, que vive en el partido de Tigre, junto a su esposa Gimena, forma parte de ese grupo de peregrinos. “Nos hospedamos en Nazareth y de ahí estuvimos recorriendo Galilea. Esto es al norte, estuvimos en Caná, en Cafarnaúm y allí recorrimos todas las distintas partes de peregrinaje”, detalló en diálogo con LA NACIÓN.

“Desde que llegamos la manera de movernos era salir desde Nazareth, recorrer durante el día y volver a dormir al mismo hotel”, describió. Y contó: “Llegamos y a los dos días empezamos a escuchar sobre los ataques, pero nosotros estábamos al norte, entonces pudimos seguir con el itinerario de la peregrinación porque todavía estábamos lejos de los bombardeos y de donde había sido el ataque”.

Al principio, el grupo se quedó un día más de lo previsto en Nazareth para ver cómo evoluciona la situación, pero finalmente decidieron viajar a Jerusalén para continuar con el recorrido.

Algunas de las actividades que estaban planeadas debieron cancelarse porque los organizadores, asesorados por gente de la zona, consideraba que eran salidas de riesgo. “Belén, que está en Palestina, se tuvo que dar de baja. Esa parte de la peregrinación no se pudo hacer porque es muy peligroso”, dijo Lariguet.

“Tierra Santa se volvió un destino altamente frecuentado, pero en este contexto, los lugares estaban casi vacíos, muchos establecimientos están cerrados”, describió.

Durante su estadía en Jerusalén, donde se encuentra hoy, espera un vuelo para poder volver a casa. Allí, una vez escucharon sirenas. “Nos explicaron que las sirenas las prenden cuando viene algún ataque de cohetes, de misiles. Automáticamente, todo el sistema que tienen de defensa los hace explotar en el aire, así que eso fue lo que escuchamos”, detalló.

El grupo de peregrinos ahora espera para poder volver a Buenos Aires, pero la lista de espera es larga y los aviones todavía no llegaron. “Nos comentaron que está viniendo un avión Hércules de la Fuerza Aérea para hacer un puente aéreo con Roma y después mandar a los argentinos a Buenos Aires en vuelos de Aerolíneas”, afirmó Lariguet.

“En el transcurso de un par de días supongo que eso ya estará funcionando y nos da un poquito de certidumbre porque estamos viendo que la mayoría de los vuelos de línea fueron cancelados”, indicó. Y contó: “Algunos compañeros pudieron embarcar en vuelos de línea, pero eso ya es casi imposible porque ahora está todo saturado”.

Mensaje

El padre Santarelli envió un mensaje a su comunidad para mantener a todos informados sobre el estatus de los peregrinos y reveló: “Estoy hablando con Cancillería y nos dicen que el jueves llegan aviones Hércules para sacar a los evacuados. Primero, van a sacar a un grupo de niños y adolescentes, luego a los que están más graves y así van a ir haciendo. Calculan que serán tres vuelos diarios y pueden salir 70 personas por cada vuelo. Son aproximadamente 800 las que están necesitadas de salir, así que calculan que en el fin de semana van a poder lograrlo”.

“Acá ya quedamos 23, 24 conmigo, así que calculamos que seremos evacuados a Roma y desde allí iremos saliendo para la Argentina en vuelos de Aerolíneas”, dijo el sacerdote.

“Tenemos una sensación de intranquilidad por la incertidumbre de no saber cuándo vamos a volver, de no saber si esto va a pasar a mayores, de que esto se ponga realmente feo en los lugares donde hoy hay tranquilidad. Queremos volver a casa lo antes posible”, expresó Lariguet.

“Siempre rezamos por la paz, uno busca eso, nos invitan a rezar por la paz. Pero es un tema distante, un tema lejano. Y por ahí en estos días acá empezamos a experimentar esto sintiéndolo, viendo la falta de paz en este lugar”, añadió. Y detalló: “De repente nos encontramos rezando por la paz con gente de todos lados, en idiomas que no entendemos, pero claramente todos con el mismo propósito”.

“La verdad que eso es muy fuerte. Ojalá que esas oraciones sean escuchadas y que esto se acabe pronto, sin más muertes”, concluyó.