Voluntarios de Argelia salvan a unos 300 flamencos en riesgo por la sequía

Un voluntario observa a unos flamencos muertos por deshidratación en un lago seco en la región de Ain Mlilam, en el noreste de Argelia, el 19 de julio de 2024 (-)
Un voluntario observa a unos flamencos muertos por deshidratación en un lago seco en la región de Ain Mlilam, en el noreste de Argelia, el 19 de julio de 2024 (-)

Un grupo de voluntarios argelinos lograron salvar a unos 300 polluelos de flamenco en riesgo de morir por la desecación del lago salino en el que nacieron, en Oum El Bouaghi, en el este de Argelia, constató AFP.

Miles de flamencos migran cada año para anidar en el lago Tinsilt, a 450 km al noreste de Argel, que constituye una de las mayores zonas húmedas del país, con más de 20 km cuadrados.

"Hace apenas un mes, había agua aquí", explica a AFP Mourad Ajroud, uno de los voluntarios, mostrando una zona seca.

Aquí y allá se ven esqueletos de aves muertas, en una extensión de tierra cuarteada antaño verde y poblada por miles de flamencos.

La desaparición de la laguna a causa de las altas temperaturas llevó a los flamencos adultos a irse, dejando allí los huevos, aún sin eclosionar, y a sus polluelos, muchos de los cuales no sobrevivieron. Decenas murieron de hambre, de sed, o víctimas de lobos o de la caza furtiva.

Tinsilt forma parte de los 50 sitios "Ramsar" --zonas húmedas de importancia internacional-- que hay en Argelia.

El año pasado, en el lago Telamine, en Orán (oeste), también clasificado como "Ramsar", murieron un centenar de flamencos a causa de la contaminación de las aguas residuales, según activistas ecologistas.

Un grupo de voluntarios decidió transportar a los polluelos rescatados en Tinsilt a otra zona húmeda, cerca de Ain M'lila, a unos 50 kilómetros de allí.

Varios vecinos de la zona prestaron sus vehículos para trasladar a 283 flamencos al lago Mahidiya.

Los voluntarios efectúan "patrullas por la mañana y por la tarde para seguir a los polluelos hasta que se recuperan y son capaces de volar, para que puedan volver al año que viene a la marisma y que la vida vuelva a la normalidad", dijo a AFP Tarek Kawajlia, un fotógrafo aficionado de unos 50 años, que ideó la iniciativa.

Horas después de que los polluelos llegaran a su nuevo hábitat, algunas aves adultas se unieron a ellos.

"La operación fue un éxito y los padres se reunieron con sus pequeños en una escena magnífica", comentó en Facebook Tarek, que lleva tiempo constatando que el lago salado iba disminuyendo y que las aves se estaban yendo.

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