No, la erupción de Cumbre Vieja y la del Etna no están relacionadas

Mapa del mundo en el que se muestran las diferentes placas tectónicas. Cada punto rojo es un
Mapa del mundo en el que se muestran las diferentes placas tectónicas. Cada punto rojo es un "punto caliente" geológico. (Imagen Creative Commons vista en Wikipedia).

Hace apenas una semana, el continente europeo no tenía ningún volcán en fase activa. A día de hoy tenemos dos, el de Cumbre Vieja en La Palma, que copa el espacio informativo en nuestro país por razones obvias, y el viejo conocido Etna en Sicilia, que solamente este siglo ha entrado en erupción once veces, incluyendo la de este mes de septiembre.

Inevitablemente, eso ha hecho temer que por cercanía, la enorme cima del Teide en la vecina isla de Tenerife pudiera “contagiarse” y entrar en actividad siguiendo la cadena de acontecimientos. Tal y como comentaba mi compañero Javier Peláez hace unos días, tras conversación con el geólogo y divulgador Nahum Chazarra, tal cosa es imposible.

Si os fijáis en el mapa superior, en el que aparecen delimitadas las placas tectónicas y las principales zonas de subducción (obsérvese la cadena “serrada” que delimita el sur de Italia, justo donde se encuentra el Etna) veréis que también aparecen de tanto en tanto unos puntos rojos de gran tamaño, y que uno de ellos se encuentra de hecho al oeste del archipiélago canario, muy cerca de la isla de La Palma.

En las zonas de subducción, es decir en aquellos puntos del planeta en el que una placa tectónica se entierra bajo otra con la que choca en su movimiento sobre el manto, es el propio desplazamiento hacia abajo de una de las placas la que desaloja parte del magma de la zona hacia arriba, creando volcanes muy activos y con numerosas erupciones magmáticas, justo como el Etna.

El caso del volcán de la Palma, que recordemos que se encuentra a más de 3.000 kilómetros en línea recta de Sicilia, la lava asciende desde el manto ígneo hacia las alturas, atravesando la corteza, formando una especie de plumas (o columnas) que avanzan por convección desde el límite entre el núcleo y el manto. Simplificando mucho, esto es lo que los vulcanólogos llaman un punto caliente, y aunque más adelante veremos que el caso canario se complica, dejémoslo estar por el momento.

Si volvéis a mirar el mapa, veréis que las canarias están bastante lejos del límite entre las placas africana y sudamericana, punto en el que se encuentra la dorsal mesoatlántica que divide al océano Atlántico por su mitad, y cuyas estribaciones septentrionales dieron lugar a Islandia (tierra famosa así mismo por su actividad geológica).

Primer cráter del volcán islandés Eyjafjallajökull . (Imagen creative commons vista en Wikimedia).
Primer cráter del volcán islandés Eyjafjallajökull . (Imagen creative commons vista en Wikimedia).

Así pues, bajo ningún concepto podemos relacionar el mecanismo que provoca las múltiples erupciones del Etna, o la del famoso (e impronunciable) Eyjafjallajökull islandés que detuvo el tráfico aéreo en toda Europa en 2010 (debidas ambas a la interacción fronteriza entre placas) con lo que estamos observando ahora en Cumbre Vieja, La Palma.

En realidad, el caso islandés es más complejo que eso. Los geólogos creen que debe haber algo más, además de la situación en plena doral mesoatlántica, que explique la intensa actividad volcánica que sufre esta isla, y esa es la razón por la que también veréis una marca de punto caliente sobre Islandia en el mapa. Podríamos decir que aquel volcán tuvo un poco de Etna y un poco de Cumbre Vieja en su origen.

Pero volvamos con las Islas Canarias, ya como he dicho, lo comentado anteriormente es una simplificación con fines didácticos. Parece ser que los geólogos llevan años debatiendo (apasionadamente según me comenta Nahum Chazarra en conversación telefónica) sobre el origen del archipiélago, ya que los modelos “son muy confusos”. (De hecho la web del gobierno de Canarias habla de hasta cuatro teorías barajadas).

En palabras de Nahum: “no parece que las Canarias se hayan formado por un modelo de punto caliente, donde una parte del manto anómalamente caliente sube, pincha la placa oceánica y provoca que el material escape formando islas sobre la placa oceánica, como por ejemplo pasó en Hawái. De modo que los geólogos no tenemos muy claro todavía ni el proceso por el que se formaron las islas canarias, ni el que gobierna la actual situación geológica”.

Confiemos en que la vulcanología siga avanzando (es una comunidad activa que se traslada allá donde surge un evento magmático) y que en los próximos años pueda resolverse el puzzle canario, que como recalca Nahum “es muy complejo”.

Imagen del volcán Etna en Sicilia. (Imagen creative commons vista en Pixabay).
Imagen del volcán Etna en Sicilia. (Imagen creative commons vista en Pixabay).

Lo que sí tiene claro es que lo visto en La Palma no tiene nada que ver con el Etna, ya que como os comenté anteriormente, este es un volcán arquetípico de zona de subducción, razón por la que no veréis en el mapa que abre este post, ningún punto rojo en el área geográfica que ocupa Sicilia y el resto de Italia.

Entonces, aunque la conexión Cumbre Vieja-Etna sea es imposible ¿no pueden dos volcanes sincronizarse y entrar en erupción a la vez? Nahum me contesta lo siguiente: “En estos momentos se está debatiendo el tema, porque parece que es posible que dos volcanes que se encuentren relativamente cerca, y dentro de un contexto de subducción, puedan aportar canales comunes a la masa ascendente de magma, lo cual podría hacerles entrar en erupción simultáneamente. No obstante el asunto es bastante controvertido, todo hay que decirlo”.

De las palabras de Nahum se desprende que la actividad que vemos ahora en el volcán de La Palma no puede influir en el comportamiento del Teide, porque como hemos dicho ya, las Canarias se encuentran en el interior de una placa oceánica y no sobre una zona de subducción.

¿Qué tendría que pasar entonces para que el Etna, Cumbre Vieja, El Teide y los volcanes islandeses comenzaran a arrojar lava a la vez? La respuesta de Nahum es clara: “Esperemos que tal cosa no suceda, porque solo se me ocurre una explicación para esa concatenación de volcanes tan distantes y distintos, y es que sucediera una catástrofe de dimensiones planetarias capaz de alterar el manto en una zona muy grande, abriendo la posibilidad de que este escapara por puntos muy alejados entre sí. Una de las cosas que se me ocurren, o casi la única, es a través de un gran impacto de un asteroide que fuese capaz de generar esa alteración y por lo tanto de crear una zona volcánica muy amplia”.

Esperemos no tener que ver nunca nada así, porque de hecho podría ser lo último que viéramos.

Mi agradecimiento a Nahum Chazarra por sus impresiones. Confieso que he aprendido mucho sobre el tema y que me ha parecido de lo más interesante.

Vídeo | Un selfie desolador de un bombero enseña la llegada inevitable de la lava de la erupción de La Palma al pueblo

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