¿Quiere vivir más tiempo? Intente ser más como el ‘Tigger’ de Winnie the Pooh que como ‘Eeyore’

“El cielo finalmente cayó. Siempre supe que así sería”. - Eeyore

“No se trata de lo rápido que corres o lo alto que subes, sino de lo bien que rebotas”. - Tigger

Ninguno de nosotros vive en el mundo ficticio de Winnie the Pooh, pero me atrevo a decir que todos podemos afirmar que conocemos a un Eeyore y a un Tigger. Forman parte de nuestras familias o se sientan a nuestro lado en la oficina; su actitud es una lente que tiñe sus vidas y, a veces, si se lo permitimos, las nuestras. Independientemente de las circunstancias, se puede pronosticar su actitud ante cualquier situación.

Hace poco me acordé de estos dos personajes cuando leí sobre un nuevo estudio que subraya lo que la mayoría de nosotros sospecha desde hace tiempo: los que ven el vaso medio lleno tienen ventaja.

Pero antes de continuar, permítanme que les refresque la memoria sobre el pesimista y el optimista más famosos de la literatura. Eeyore es un burro que vive en una casa rústica de madera en el Bosque de los Cien Acres, un lugar apropiadamente llamad “El lugar sombrío de Eeyore: pantanoso y triste”. Describe a sus compañeros de residencia como “sin cerebro, algunos de ellos”. En resumen, Eeyore es lo que mis hijos llamarían una esponja divertida.

Tigger, en cambio, va por la vida dando saltos. Lleno de energía y confianza, emprende proyectos que están muy por encima de su nivel. El caos suele ser el resultado, pero es difícil echárselo en cara. Es una prueba de que un poco de alegría, aunque fuera de lugar, puede compensar algunas deficiencias.

Me acordé del burro gris y del tigre naranja al leer un estudio de Harvard que analizaba los datos de casi 160,000 mujeres durante 25 años. Sus investigadores descubrieron que las optimistas tenían más probabilidades de vivir más tiempo —más de 90 años— y que cuanto más sea como Tigger, más años añadirá a su vida.

De hecho, los autores del estudio calcularon que el optimismo estaba relacionado con un aumento del 5.4% de la vida media, es decir, 4.4 años más de media. Dicho de otro modo, las mujeres más optimistas tenían 10% más de posibilidades de vivir más allá de 90 años que el grupo menos optimista. Esto es así en todos los grupos raciales y étnicos.

“Nuestros resultados”, concluyeron los investigadores, “sugieren que el impacto del optimismo puede ser comparable al del ejercicio”. Lo cual significa que hay que ser positivo cuando uno se pone los zapatos.

Por supuesto, este no es el primer estudio que identifica esta relación. Hace años, informé sobre un proyecto de observación que vinculó el optimismo con una mejor salud cardíaca entre los hispanos. Otro estudio realizado en 2019 descubrió que la probabilidad de una “longevidad excepcional” aumentaba hasta un 15% con una visión positiva de la vida, y un artículo del American Journal of Preventive Medicine citaba una investigación que indicaba que el optimismo se traducía en un mejor envejecimiento. En otras palabras, ver el lado bueno de las cosas no solo significa más años, sino también años más saludables.

Con tantas pruebas, cabría esperar que más personas practicaran rasgos similares a los de Tigger. En cambio, encuentro un número creciente de Eeyore. No puedo decir que me sorprenda. Mantenerse positivo no es poca cosa, incluso en las mejores circunstancias, y los últimos dos años y medio han sido cualquier cosa menos eso.

La pandemia del COVID-19 ha amenazado nuestra forma de vida. La política se ha convertido en odio partidista y ahora, para colmo, la inflación ha hecho que las necesidades básicas parezcan lujos. Estamos arrastrando la cola de burro y masticando cardos con desgano.

Pero... ¿tiene que ser así? ¿Hay alguna manera de ver el vaso medio lleno cuando el mundo se ha hundido en el lodo? ¿Podemos ajustar nuestra actitud, individual y colectivamente, por la fuerza de la voluntad?

Dígame lo que piensa.

Yo, creo que sí. Espero que sí. Y no solo porque pueda ayudarnos a vivir más tiempo y con más salud. Al final, esperar un futuro más brillante es una profecía autocumplida. También lo es lo contrario.

Ana Veciana-Suárez escribe sobre temas familiares y sociales. Envíele un correo electrónico a avecianasuarez@gmail.com o visite su sitio web anavecianasuarez.com. Siga a @AnaVeciana.