‘Vivir en Hialeah y ser gay es traumático‘: Reina el miedo entre hispanos LGBTQ ante leyes de DeSantis

Llegó a su fin el Mes del Orgullo Gay, y aunque a Geily Ward le hubiese gustado llevar a sus hijos de cuatro y nueve años a alguna de las fiestas despampanantes en el sur de Florida o al colorido desfile de Ocean Drive, prefirieron permanecer encerrados en casa.

Tiene pánico, un pánico que se siente en algunos de los que visitan las instalaciones del bar Palace, de los que suben a la tarima del club Azúcar, de los que se desnudan en las arenas de Haulover Beach, de los que ordenan en las cantinas de Twist, de los que asisten a consultas médicas de rutina o a las aulas de high school. Ese pánico, para ellos, lleva el rostro del gobernador Ron DeSantis.

“Me da miedo”, dice Ward, de 30 años, quien vino con su familia desde Cuba en la niñez. “Siento que podría aparecer alguien y comenzar a tirotear a todo el mundo”.

Geily Ward enseña en casa a sus hijos cómo empezó Pride.
Geily Ward enseña en casa a sus hijos cómo empezó Pride.

No es descabellado lo que piensa Ward, ni es la única que lo contempla. La lista de proyectos de ley y propuestas anti-LGBTQ+ del rival republicano de Donald Trump ha logrado crear un ambiente de temor en un estado donde en 2021 los delitos de odio basados en la orientación sexual representaron el 28.4 por ciento de todos los delitos de odio, según la oficina de la Fiscal General de Florida, y en un país donde entre junio de 2022 y abril de 2023 se documentaron al menos 356 incidentes anti-LGBTQ+, de acuerdo con un nuevo reporte de la Liga Antidifamación (ADL) y GLAAD.

Incluso cuando varias de estas leyes en contra de personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y artistas drag queens han sido rechazadas en juicios federales, ¿qué se siente vivir en un lugar donde constantemente los políticos y las noticias cuestionan e intentan prohibir la identidad?

“Yo vivo con temor”, responde Ward. “Hace poco me corté el pelo, pero estaba insegura de verme muy masculina. Tampoco voy de la mano con mi esposa. Constantemente te repiten que está mal. Y el cambio que yo he visto en los últimos tiempos ha sido tremendo”.

Escapar de Miami por la homofobia

Si Ward pudiera irse de la Florida para siempre, lo haría sin pensarlo dos veces. Le es imposible porque comparte la custodia de su hija mayor. Lo que pudo lograr fue mudarse a Stuart para escapar de lo que para ella como mujer lesbiana significó crecer en una familia cubana y vivir en Hialeah, la ciudad con el mayor número de cubanos en el Condado Miami-Dade, y que aportó el 78% de sus votos a DeSantis cuando el pasado año se reeligió como gobernador de la Florida

“Traté de escapar de la cultura del machismo”, asegura Ward. “Miami es Hialeah en mi mente, y en Hialeah yo no podía ser yo”.

Ingrid Verdés, cubana de 39 años, puede dar fe de lo mismo: crecer en Hialeah y en un hogar cubano le resultó un infierno. Recuerda, con pesar, cómo sus padres le dejaron de hablar o la encerraron en la casa cuando comunicó por primera vez que era lesbiana. “Mi mamá me dijo una vez que no la abrazara, porque no sabía en qué podía pensar cuando la abrazaba”, recordó con tristeza.

Ingrid Verdés y su pareja Chábeli Castaño
Ingrid Verdés y su pareja Chábeli Castaño

Verdés, quien ahora vive con su novia cubana Chábeli Castaño en Miami Beach, recuerda cómo en la oficina donde trabajaba en Hialeah limpiaban la mesa con vinagre tras terminar su jornada laboral. “Además, siempre llegaba un cliente gay y, cuando se iba, echaban un desinfectante. No les importaba que yo estuviera delante”, dice.

“Vivir en Hialeah y ser gay es algo muy traumático”, asegura Verdés. “El cubano suele ser muy homofóbico”.

Pero, obviamente, este malestar no lo han sentido solo en la también llamada Ciudad del Progreso. El pasado año, en su actual vecindario, una doctora se molestó cuando dijo que Castaño era su pareja. “No me quería dar la medicina para la presión. Se puso brava cuando le dije que era ella mi novia”, sostiene Verdés. “En los últimos tiempos las cosas han empeorado. Cuando la gente ve a un político apoyando lo que piensa, se siente respaldado. Y cualquier persona que sea gay vive hoy con miedo”.

Los latinos, doblemente afectados por las políticas de DeSantis

Restricciones en el uso de baños para personas transgénero; cruzada contra las presentaciones de drags; prohibiciones a los maestros para hablar de orientación sexual o identidad de género; prohibiciones a la atención sanitaria de reafirmación de género. Suman más de 20 los proyectos ley en contra de la comunidad LGBTQ+ por parte de DeSantis, quien declaró que todo lo que hacía era en función de la seguridad de los niños, no solo como gobernador, sino también como padre.

“Muchos de estos proyectos de ley están dirigidos aparentemente a proteger a los niños y jóvenes, pero no están pensando en los de la comunidad queer”, afirma la psicóloga de Miami Melissa Cruz, quien en su consulta en Buxani Counseling Care ha visto un aumento de casos de individuos o familias en busca de ayuda por salud mental.

“Estos niños y jóvenes están en alto riesgo de encontrarse con ansiedad, depresión, autolesiones, enfrentando bullying en las escuelas y aterrorizados de reconocer su identidad”, advierte.

Cruz cree firmemente que las leyes impulsadas por DeSantis y sus aliados afectan en particular a la comunidad latina, que hoy suman 5 millones en el estado de la Florida. No solo se enfrentan a diario a los discursos de odio relacionados con el género, sino también a leyes antiinmigrantes que los ubica en una zona de vulnerabilidad.

“Más del 25% de la población de Florida es hispana y estamos afectados por la brecha salarial, la discriminación y la inmigración. Estas leyes han venido a agregar otra capa de dificultad”, apunta Cruz. “El machismo y el marianismo, la religión, el trauma de la inmigración y la violencia en la comunidad ponen a los latinos en riesgo de homofobia y crímenes de odio”.

Joe Saunders, director político sénior de Equality Florida, organización en favor de los derechos gay en Florida, considera que Ron DeSantis está utilizando la misma estrategia para atacar a los inmigrantes que para atacar a la comunidad LGBTQ+.

“Florida es uno de los estados más diversos del país. Somos la puerta de entrada a América Central y del Sur, deberíamos ser un líder en la lucha para reformar nuestro sistema de inmigración roto”, sostiene. “En cambio, este año tenemos un peligroso proyecto de ley que demoniza a los inmigrantes y solicitantes de asilo. Hay muchos solicitantes de asilo LGBTQ+ que han huido de regímenes autoritarios que les amenazan con la violencia. Los ataques a las comunidades de inmigrantes son un ataque a la comunidad LGBTQ+”.

El secretario de prensa y portavoz de DeSantis, Jeremy Redfern, accedió en un primer momento a responder algunas preguntas de El Nuevo Herald relacionadas con el tema. Tras ser enviadas, se negó a dar declaraciones e indicó que dichas preguntas eran “extremadamente tendenciosas”.

Drag Story Hour: un hasta pronto a su audiencia en Miami

Angel Elektra y su pareja Shay D’ Pines
Angel Elektra y su pareja Shay D’ Pines

Hace pocos días Drag Story Hour, un proyecto de cuentacuentos dedicado a leer libros a los niños en bibliotecas, escuelas y librerías a través del arte del drag, con 28 sedes en todo Estados Unidos, anunció que ponía fin a sus actividades en Miami por cuestiones de seguridad física.

La última de las presentaciones que hicieron los puertorriqueños Angel Elektra y Shay D’ Pines, el matrimonio que trajo la iniciativa a Florida, tuvo lugar en las instalaciones del Pérez Art Museum, pero la situación se ha vuelto sumamente difícil para ellos y otros miembros del proyecto desde que su vida corriera peligro tras un aumento del asedio luego de que DeSantis impulsara leyes como la “Ley de Protección de los Niños”, que prohíbe que menores de 18 años puedan presenciar espectáculos drag.

Jonathan Hamilt, director ejecutivo de Drag Story Hour, asegura que “el récord de seis proyectos de ley expresamente anti-LGBTQ+ en Florida lo ha convertido en un lugar inseguro para que nuestros directores vivan y lleven a cabo eventos”.

Angel Electra lee cuentos a los niños como parte de Drag Story Hour
Angel Electra lee cuentos a los niños como parte de Drag Story Hour

“Hemos tenido un aumento en la cantidad de amenazas de muerte, amenazas físicas y un aumento en las dificultades de la vida diaria para nuestros narradores drag”, sostuvo.

Aunque muchas familias, profesores, bibliotecarios y locales han expresado tristeza por la puesta en pausa del proyecto, lo cierto es que era necesario tomar precauciones en un contexto violento que incluso excede las fronteras de Florida. Entre junio de 2022 y abril de 2023, se reportaron 138 incidentes a las afueras de espectáculos drag, como concentraciones de manifestantes armados, según el informe de GLAAD.

“La demonización de las personas LGBTQ+ se ha convertido en el centro de la legislación en Florida y ha impactado nuestro trabajo”, afirma Hamilt. “En lugar de abordar las amenazas reales en todo el país, como la devastadora epidemia de violencia armada, los políticos de derecha están difundiendo peligrosas teorías de conspiración e incitando a la violencia contra, los artistas drag y las comunidades LGBTQ+”.

‘Si paso meses sin mis hormonas, puedo morir’

De acuerdo con un estudio de The Williams Institute, un 56% de padres de niños y jóvenes de la comunidad LGBTQ+ encuestados consideraron la posibilidad de mudarse fuera de Florida y un 16.5% ya han tomado medidas para hacerlo. Más de un entrevistado para este reportaje también aseguró que hay muchas personas o familias mudándose del estado ante la avalancha de leyes de índole conservadora.

Ryan Papciak, director de Servicios de Salud Mental de SunServe, una agencia de servicios sociales destinados a ayudar a la comunidad LGBTIQ+ en el sur de la Florida, afirma que “definitivamente es un momento muy aterrador” para todos.

“Es injusto que los jóvenes trans y los jóvenes LGBTQ+ estén siendo utilizados casi como peones políticos”, sostiene.

Según Papciak, en las consultas que ofrece SunServe también están registrando un gran aumento en el número de personas, principalmente jóvenes, que acuden en busca de recursos y ayuda, preocupados por el acceso a la atención de afirmación de género.

“Los adultos incluso vienen y dicen, necesito huir del estado, necesito salir de Florida debido a la situación actual”, cuenta Papciak. “Atiendo a una persona que está huyendo a Baltimore, Maryland, en las próximas semanas. Se están mudando allí porque tienen miedo acerca de su cuidado de afirmación de género”.

No pocas son las personas que temen a que sus proveedores médicos se resistan a recetar sus tratamientos hormonales, más aún desde que el aspirante a la presidencia de Estados Unidos firmara el proyecto de ley SB 1580, que permitirá a los proveedores y las aseguradoras negar atención a un paciente sobre la base de creencias religiosas, morales o éticas, y aprueba que los empleadores discriminen en el momento de la contratación por dichos motivos.

El activista cubanoamericano Morgan MayFaire, director de TransSocial, una de las más grandes organizaciones de la Florida enfocada en facilitar recursos y ayuda a las personas trans y miembros de la comunidad LGBTIQ+, cree que este es un tema de vida o muerte.

“Ya he pasado por varias operaciones y no puedo vivir sin mis hormonas. Si yo paso meses sin mis hormonas, puedo caer en un coma y morir”, dice. “DeSantis quiere forzar estas leyes, que seguramente van a ser negadas en las cortes, pero mientras tanto la comunidad está sufriendo muchísimo. Está empezando aquí, pero es como un virus que está corriendo por el país entero”.

Jessica Lam, reconocida activista transgénero de raíces cubanas radicada en Hialeah, cuenta que ahorra todo lo posible las pastillas hormonales que desde hace años toma.

Jessica Lam y su pequeña nieta
Jessica Lam y su pequeña nieta

“Mi doctor me ha llamado y me ha dicho que no puede dar hormonas”, dice Lam. “Ellos tienen miedo por su licencia, mi doctor no quiere prescribir esas pastillas”. Efectivamente, varios de los doctores contactados se negaron a dar entrevistas por temor a represalias.

Lam, de 53 años, ha pensado en lo que sucedería si sus hormonas algún día llegan a faltarle: “Me voy a deprimir, mi salud se va a afectar”, dice la activista, quien ha valorado tratar de conseguir sus medicamentos en el mercado negro.

‘No están protegiendo a los niños, los están oprimiendo’

Desde que con su cruzada “antiprogresista” DeSantis anunciara una ley que sus opositores han apodado “Don’t say gay”, Geily Ward ha hecho todo lo que ha podido para educar a sus hijos desde casa.

“Como madre he comprado libros que explican qué fue Stonewall, cómo empezó Pride. La niña tiene muchas preguntas, los niños no entienden el odio”, recalcó, en referencia a la rebelión en Nueva York que en 1969 marcó el despegue de la lucha por los derechos civiles de la comunidad gay.

También ha notado cómo este año se han reducido en las escuelas las actividades de socialización en las que usualmente participaban los padres.

“He notado cambios en la escuela”, dice. “Imagino que las maestras no quieran sentir que cometieron un error y puedan perder sus trabajos”.

Jessica Lam, quien trabaja como vicedirectora e instructora de la Asociación Internacional de Certificación Transgénero, suele impartir sus clases y conferencias varias veces al año como miembro de la organización Safe Schools South Florida. En sus clases imparte lecciones que abordan los cuatro componentes de la sexualidad: la designación de género que te dan cuando naces, la identidad de género, la expresión de género y la atracción sexual.

Jessica lam en una de sus conferencias sobre sexualidad
Jessica lam en una de sus conferencias sobre sexualidad

No obstante, este año no ha recibido propuestas para sus habituales clases, y algunas escuelas comenzaron a restringir los contenidos.

“Ya yo, como maestra, no puedo enseñar en las conferencias los cuatro componentes de sexualidad, no puedo hablar sobre esto a las maestras y psicólogos de la escuela. La administración de la escuela tiene que ver mi presentación primero. Tienen que aprobarlo. Todo esto desde hace un año para acá”, dijo Lam.

La docente y presidenta del sindicato de maestros del Condado Miami-Dade, Karla Hernández-Mats, cree que estos ataques a la educación están dirigidos a crear guerras culturales para dividir a la comunidad.

“Que ahora de repente digan que los maestros están enseñando cosas indebidas es un tema de guerra cultural, porque quieren dividir a la familia y poner a personas en contra de lo que es la educación”, afirmó.

Según Hernández-Mats, muchos maestros temen ante este panorama. “Están actuando con mucha cautela, porque no quieren que algo suceda con sus licencias, o ser acusados de algo que no es cierto”.

Incluso admitió que algunos docentes han abandonado la profesión, a pesar de que hay más de 5,000 puestos de maestros vacantes en Florida.

Lam, por su parte, cree que cuando le “dices a un padre que lo que estás haciendo es para proteger los niños, a cualquiera le podría parecer bien. Pero no están protegiéndolos, los están oprimiendo”.

También advierte que este no es un asunto por el que tengan que preocuparse solamente los residentes del estado de la Florida, sino del país entero: “Si DeSantis sale presidente de los Estados Unidos, ¿entonces qué? ¿Crees que lo que está pasando en la Florida no va a pasar en todas partes?”