Los visores de PlayStation son un avance para los videojugadores, pero no para el metaverso

El periodista de The New York Times Brian Chen prueba el nuevo PlayStation VR2 de Sony en Oakland, California, el 14 de febrero de 2023. (Jason Henry/The New York Times)
El periodista de The New York Times Brian Chen prueba el nuevo PlayStation VR2 de Sony en Oakland, California, el 14 de febrero de 2023. (Jason Henry/The New York Times)

Ah, el “metaverso”. ¿Alguna vez se hará realidad la fantasía en la que nuestras reuniones laborales y sociales se lleven a cabo principalmente en la realidad virtual?

Como crítico de tecnología que ha usado casi todos los visores de realidad virtual lanzados en los últimos siete años, me he estado haciendo ilusiones durante mucho tiempo. Y basándome en mis pruebas del primer gran lanzamiento de hardware de este año en la categoría “metaverso” —el PlayStation VR2 de Sony, que llegará el miércoles 22 de febrero— he llegado a la conclusión de que la realidad virtual (VR, por su sigla en inglés) tiene aún mucho camino por recorrer antes de convertirse en una presencia masiva para el trabajo y el entretenimiento.

Para ser claros, el PlayStation VR2, que tiene un precio de 550 dólares, es una de las mejores piezas de hardware VR que se pueden comprar. Los visores blancos y curvilíneos se conectan a la consola PlayStation 5, la cual está equipada con una poderosa computadora para ejecutar juegos en alta resolución sin problemas; en contraste, los dispositivos VR de Meta, incluidos su Oculus Quest 2 de 400 dólares y el Quest Pro de 1500 dólares, funcionan de forma inalámbrica y tienen chips informáticos más lentos integrados en los visores.

Además, a diferencia de Meta, Sony se inclina por usar los visores de realidad virtual solo para videojuegos. Es una sabia decisión porque, hasta ahora, los juegos son las aplicaciones VR más populares y las aplicaciones de productividad para realizar videollamadas a través de visores no han cobrado impulso.

Sin embargo, nada de esto es suficiente para hacer que la VR sea algo más que un nicho, incluso en un momento en el que más marcas, como Apple, se preparan para ingresar a la industria. Eso se debe a que muchos de los problemas que la gente ha experimentado con los visores VR desde el inicio —incluida su estética desagradable y sus precios altos— continúan presentes en los visores PlayStation VR2. Habiendo dicho esto, podría recomendárselos a los entusiastas, pero no a los que juegan videojuegos de manera ocasional.

A continuación, lo que pienso de la realidad virtual y el metaverso tras una semana de pruebas con el PlayStation VR2.

El periodista de The New York Times Brian Chen prueba el nuevo PlayStation VR2 de Sony en Oakland, California, el 14 de febrero de 2023. (Jason Henry/The New York Times)
El periodista de The New York Times Brian Chen prueba el nuevo PlayStation VR2 de Sony en Oakland, California, el 14 de febrero de 2023. (Jason Henry/The New York Times)

La realidad virtual aún no ha encontrado una aplicación verdaderamente genial.

¿Por qué habríamos de utilizar la realidad virtual para hacer videollamadas, ver películas o jugar videojuegos cuando los métodos existentes ya funcionan bien? Esta es la pregunta perenne que rodea al metaverso. A pesar de mostrar avances en la tecnología, los nuevos visores de PlayStation no ofrecen una respuesta clara.

El nuevo juego más interesante que probé fue “Horizon Call of the Mountain”, una serie derivada VR del exitoso título de PlayStation 4 “Horizon Zero Dawn”, un juego de rol posapocalíptico. En el juego VR, controlas al personaje desde una perspectiva en primera persona y puedes mover los brazos para correr y escalar montañas; también puedes mover las manos para tomar una flecha de un carcaj y dispararla con un arco.

Es un juego divertido con gráficos impresionantes que sin duda muestran la fuerza del hardware, pero al final sigo prefiriendo la jugabilidad y la historia más profunda del “Horizon Zero Dawn” original, el cual completé hace años en la PlayStation 4.

Por lo demás, la mayoría de los juegos VR que probé y que acompañan el lanzamiento del dispositivo son relativamente viejos y poco interesantes. Entre ellos están “Star Wars: Tales From the Galaxy’s Edge”; “Tetris Effect: Connected”; y “Moss”, los cuales ya se habían lanzado previamente para el viejo Quest 2 y la primera generación del PlayStation VR.

En general, los gráficos y los movimientos en los nuevos visores de PlayStation se vieron más claros y fluidos que en los productos VR de Meta. Aun así, la mayoría de las veces, me encontré preguntándome por qué un juego debería jugarse en la VR en lugar de en un televisor.

En el juego de “La guerra de las galaxias”, en el que asumes el papel de un mecánico de androides, disparar un “blaster” hacia un enemigo habría sido igual de sencillo con un control de videojuegos. Lo mismo podría decirse de “Moss”, en el que controlas a un ratón blanco en un entorno 3D. “Tetris Effect: Connected” tiene piezas giratorias conocidas como tetrominós, igual que en cualquier juego tradicional de Tetris creado en las últimas décadas. Es decir, no percibí un beneficio claro de jugar esto en un entorno inmersivo.

Entre otros juegos que pronto estarán disponibles para PlayStation VR2, los cuales no pude probar, se encuentran títulos importantes como “Gran Turismo 7” y “Resident Evil Village”. Pertenecen a franquicias populares, pero ambos títulos ya fueron lanzados para consolas tradicionales en los últimos dos años.

Quizás los juegos sean en la actualidad la mejor aplicación en VR, pero si quieres videojuegos nuevos y emocionantes, la combinación consola y televisor sigue siendo la mejor opción.

Los visores todavía se ven y se sienten raros.

Desde que los hardware de realidad virtual comenzaron a llegar al mercado hace unos siete años, los visores han perdido algo de peso. Con 566 gramos, el PlayStation VR2 es 28 gramos más liviano que el Meta Quest Pro. Sin embargo, todos los visores siguen siendo demasiado pesados. En mi experiencia, no los puedo usar por más de 30 minutos antes de comenzar a sentir tensión en el cuello.

Para ilustrar mejor la situación: en un momento en el que estaba jugando “Star Wars: Tales From the Galaxy’s Edge” y me incliné para recoger una herramienta del piso de una estación espacial virtual, el PlayStation VR2 se me cayó de la cara y golpeó el suelo. El cable conectado a la consola también hizo que el dispositivo se sintiera más incómodo que los visores inalámbricos, además de crear un riesgo de tropiezo en la sala de estar.

Y al igual que los visores previos, el PlayStation VR2 se ve bastante ridículo. Mi esposa no pudo resistirse y grabó videos para burlarse de mí en el momento que usaba unos visores que me hacían parecer un personaje de la película “Tron”.

En cuanto al espacio que ocupa, Sony incluye una estación de carga para sostener los controles de movimiento, lo cual es práctico. Pero junto con los visores, el producto ocupa un espacio precioso en una sala de estar y, a diferencia de una computadora portátil o un teléfono inteligente, los visores VR hacen que una habitación ordenada se vea desordenada instantáneamente. Me temo que, para las personas solteras, tener a la vista los visores podría anular las posibilidades de una segunda cita.

El metaverso es solitario.

Para que el concepto de metaverso tenga éxito, debemos poder conectarnos con nuestros seres queridos en ese espacio. En su estado actual, la realidad virtual sigue siendo una experiencia mayoritariamente solitaria. Cuando usas los visores de PlayStation, bloqueas tu visión del mundo real. Lo que haces en el juego se muestra en el televisor en el que esté conectado la PlayStation. Eso permite que otros en el lugar sigan tus acciones, pero no es una experiencia muy social.

Eso plantea otro problema: para que otros amigos puedan jugar contigo en el metaverso, deben comprar los mismos visores y la tecnología sigue siendo costosa.

Cuando la tecnología de consumo se torna masiva, por lo general se vuelve más barata y accesible. A pesar de estar en el mercado durante la mayor parte de la última década, la realidad virtual va en la dirección opuesta. A 550 dólares, el PlayStation VR2 cuesta 150 dólares más que su predecesor y eso sin contar los 500 dólares que debes pagar para tener una PlayStation 5.

Sony no es la única compañía que ha incrementado los precios. El año pasado, Meta aumentó el precio de su visor más vendido, el Quest 2, de 300 a 400 dólares. Se espera que el visor de Apple, que podría lanzarse este año, sea un dispositivo prémium que podría costar miles de dólares, según los informes.

En conclusión, es posible que algún día —cuando la tecnología sea más barata, tenga aplicaciones realmente geniales y no haga que las personas se vean como bichos raros— todos pasemos el rato en el metaverso. Por ahora seguiré reuniéndome con la gente, tanto en línea como en persona, a la vieja usanza.

c.2023 The New York Times Company