Virgen de Medjugorje: argentinos y otros miles de fieles vuelven a peregrinar hacia el santuario tras un singular mensaje
Esta historia arranca hace casi 43 años, en un monte cercano a la aldea de 400 habitantes que era entonces Medjugorje, en Bosnia y Herzegovina, cuando todavía regía el comunismo en la región. Seis chicos de entre 7 y 17 años dijeron haber visto una aparición de la Virgen María, vestida como reina de la paz, que los exhortaba a orar por la paz. No fue sencillo que les creyeran en ese contexto, pero tres de aquellos niños sostienen que continúan recibiendo esas visitas, una vez por día. Y aunque al comienzo la Iglesia Católica puso en duda la credibilidad de esas apariciones, años después Medjugorje se convirtió en un lugar de oración, peregrinación y conversión. En 2019, el papa Francisco autorizó las peregrinaciones a Medjugorje, pero sin hacer un reconocimiento de las apariciones.
Hace un mes, un documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe emitido por el Vaticano, impulsado por el fiel colaborador del Papa y “guardián de la fe”, el también argentino Víctor Manuel “Tucho” Fernández, apuntó que la Iglesia Católica no se va a pronunciar en este y en otros casos (es un documento general) sobre los mensajes particulares que reciban los fieles, sino que simplemente indicará cuando esos mensajes sean contrarios a las enseñanzas de la Biblia y a la doctrina de la Iglesia.
De hecho, así como por muchos años la devoción a la Virgen de Medjugorje tuvo cierta resistencia en los caminos oficiales de la Iglesia, hoy el santuario de los Balcanes cuenta con un vicario enviado por Francisco para certificar que se trata de un lugar para peregrinar y rezar por la paz. Y ante el surgimiento de algún mensaje que pueda resultar contradictorio, se explica, es al vicario a quién hay que escuchar.
Pasado mañana se cumple un nuevo aniversario de las primeras apariciones de esta virgen, que no es otra cosa que una advocación de la Virgen María. Como sucede anualmente, miles de personas peregrinan hacia el Monte de las Apariciones, entre ellos, muchos argentinos. Sin embargo, este es un aniversario particular. Como todos los años se está rezando una novena, que se inició el 16 de junio; sin embargo, expresan los fieles, ese día en su aparición diaria a los videntes –según ellos contaron– la Virgen les pidió que rezaran especialmente por la paz “en medio de un fuerte olor a guerra que se percibe a nivel mundial”, explica el padre Adrián Santarelli, fundador de la Comunidad de Belén, párroco de Santo Tomás Moro, en Vicente López, y uno de los primeros impulsores de la devoción a Medjugorje en el país.
“Ante este pedido de la Virgen de subir al monte y rezar especialmente por la paz, mucha gente decidió viajar literalmente hacia allí. Pero muchos otros, al no estar tan cerca, estamos impulsando por estos días encuentros diarios de oración con el compromiso de trabajar por la paz. Porque la paz no es un estado, es una tarea, un trabajo que Jesús nos encomendó”, apunta el padre Adrián.
La primera vez que el sacerdote escuchó sobre la Virgen de Medjugorje fue en 1987, cuando una joven croata de 20 años le contó lo que había escuchado. Ella decidió viajar a visitar a su familia y a conocer el santuario. “Fue y, cuando preguntó por los videntes, le indicaron dónde estaban reunidos. Se acercó y ellos la recibieron. Gente muy sencilla, la invitaron a participar de la oración y estuvo con ellos en el momento del día en que reciben la aparición. Estaban rezando el rosario y, en un momento determinado, los seis entraron en éxtasis y recibieron una visión de ese día. Cuando vieron llegar a la joven, le dijeron que el día anterior la Virgen les había anunciado que iban a recibir una visita de muy lejos. Cuando ella volvió, trajo el mensaje a la Argentina y lo mismo pasó con otros; poco tiempo después empezó a crecer la devoción”, explica el padre Adrián, que viajó por primera vez en 1994. “En esos años, estalló la Guerra de los Balcanes y la Virgen les había anticipado a los chicos que había que rezar por la paz”, detalla.
Desde entonces, después del conflicto bélico casi todos los años el padre Adrián viajó a Medjugorje y llevó a muchos argentinos, incluso impulsó a sacerdotes y a laicos a viajar y conocer.
“Los chicos que recibieron las visiones hoy tienen en promedio unos 60 años, están casados, llevan una vida normal y corriente, no se hicieron religiosos, solo que reciben esa visión. Actualmente, solo tres reciben las visiones; a los otros tres ya les fueron revelados los diez secretos que la Virgen les quería dar a conocer. Cuando eso ocurre, dejan de recibir las visiones”, explica Carlos Lorenzo, que es un empresario jubilado, impulsor de las Marchas por la Vida y el referente de los grupos de oración del Centro Medjugorje en la Argentina.
“Desde la primera vez que visité Medjugorje, sentí algo muy especial. Por supuesto que uno no ve las apariciones, solo ves a una persona que está recibiéndola y cuenta. Pero yo viví una experiencia de transformación y decidí compartirla. Desde entonces, trabajo para impulsar, difundir y que más personas conozcan”, expresa.
Así fue que Lorenzo decidió impulsar la construcción de una capilla, San Ignacio Peregrino Nuestra Señora de la Paz, para esta virgen en el partido de Malvinas Argentinas, a la que todavía se denomina oficialmente “cuasi parroquia”, situada en Los Eucaliptus 331, en Villa de Mayo. Tuvo que esperar varios años para entronizar la imagen. Pero finalmente, ante la enorme convocatoria que genera todos los años el santuario de Bosnia y Herzegovina, el Vaticano decidió reconocerlo como un sitio de auténtica conversión, reconciliación y movilización hacia la fe; después se instaló la vicaría para seguir de cerca lo que ocurría y en 2019 se autorizó la peregrinación hacia Medjugorje.
“El Vaticano reconoce que es un lugar de fe y de conversión. Reconoció la autenticidad de las primeras visiones, pero también pone una advertencia porque de Medjugorje salieron profecías apocalípticas que no tenían ningún aval, impulsadas por personas que visitaron el santuario, pero no tienen ningún respaldo”, aclara el padre Adrián.
En la Argentina el movimiento de fieles devotos de Medjugorje continúa creciendo. A fines de julio, en el Colegio Máximo de San Miguel se realizará un congreso internacional de fieles. Lorenzo es uno de los organizadores. También en 2013, una semana antes de que el entonces cardenal de Buenos Aires Jorge Bergoglio viajara a Roma, se realizaron diferentes encuentros por la visita de Iván, quien fue uno de los niños videntes.
Lo primero que hicieron los organizadores después de buscarlo en Ezeiza, cuenta el padre Adrián, fue decirle: “Te vamos a llevar a los dos santuarios más importantes de la Argentina”. Y lo llevaron a conocer las canchas de Boca y de River. “Más allá de eso, fue muy interesante”, recuerda. En ese momento, se consultó a Bergoglio si se podría hacer una misa en la Catedral, con la participación de Iván. Pero la respuesta fue que, al no estar todavía avalado en ese momento por la Iglesia Católica, no iba a ser posible. Aunque, si lo querían hacer en un lugar público, no necesitaban pedir permiso. La única advertencia fue que no usaran la palabra vidente, sino “uno de los niños de Medjugorje”, ya que en el contexto local la palabra vidente tiene otras connotaciones.
Así fue como se hicieron encuentros en el Luna Park y en la cancha de Argentinos Juniors, con una convocatoria de unas 11.000 personas, indican los organizadores.
Por estos días, la devoción a la Virgen de Medjugorje está más a flor de piel que nunca por este particular llamado a rezar por la paz mundial, que habría hecho para que más gente se movilice hacia el Monte de las Apariciones, en sentido literal y figurado, durante el rezo de la novena.