'Viernes Botanero', la tradición de la Liga MX: ofrecer futbol aburrido el día más divertido

Viernes Botanero: partido entre Mazatlán y Puebla de agosto pasado. (Alex Ávila/Jam Media/Getty Images)
Viernes Botanero: partido entre Mazatlán y Puebla de agosto pasado. (Alex Ávila/Jam Media/Getty Images)

La Liga MX prepara una nueva edición con el arranque del Clausura 2024 (será con el 'Viernes Botanero'). En esta ocasión, el torneo empezará una semana después de lo habitual, para dar más descanso a los clubes que jugaron la fase final. Esa espera pareció no gustar a muchos aficionados, que ya piden el regreso del futbol mexicano. Y así pasará aunque no sean los mejores partidos los que vayan a verse en este comienzo. Y ya no resulta raro, porque los viernes suelen albergar partidos de poco nivel.

Se le ha llamado 'Viernes Botanero' porque fue la forma en la que TV Azteca la llamó a los partidos del día viernes. En teoría, el plan suena bien: un partido en la noche para quienes van saliendo del trabajo o se preparan para salir de fiesta. Y nada mejor para preparar el resto de la jornada: lo que bien empieza bien acaba. Pero pronto se vio que el futbol de los viernes sería protagonizado, mayormente, por clubes de la parte baja de la tabla.

Monarcas Morelia era una excepción porque había torneos en los que podía andar muy bien. Además de que, por alguna extraña razón, en sus partidos solían pasar cosas muy entretenidas aunque no fuera necesariamente dentro del campo. Y vale recordar que al menos hasta 2020 valía la pena seguir a los equipos de los últimos lugares porque tenían la presión de no descender. Entonces algo tenía que pasar en sus partidos, había emoción de la forma en la que fuera. No era inútil verlos jugar, como ahora, a sabiendas de que su rendimiento no tendrá consecuencia alguna a nivel deportivo —y que tampoco parece importarles mucho la multa con la que compensan el descenso—.

El Clausura 2024 arrancará justamente con dos partidos que no entusiasman mucho y, por el contrario, abonan a la idea de que el viernes botanero se creó para arrumbar a los equipos menos interesantes del futbol mexicano: Querétaro vs. Toluca y Mazatlán vs. Atlético San Luis. Vaya, no es que se pida que América y Tigres jueguen en viernes y así den la bienvenida a un nuevo torneo, pero mínimo se podía esperar un mejor menú para alistar motores.

Esta constante de darle ese día a equipos con poco protagonismo, incluso aunque anden bien, ha llevado a generar chistes sobre que cada semana, en el viernes botanero, juegan exactamente los mismos equipos, como si fuera un bucle en el que siempre están involucrados Mazatlán, Querétaro, Puebla, Tijuana, Juárez y algún otro equipo poco llamativo. Obviamente las combinaciones son mucho más amplias, pero la sensación que queda es esa, de uniformidad, de monotonía, sin que nada rompa con el futbol aburrido que se ofrece en el día más divertido de la semana.

Y sí, hay jornadas en las que los equipos interesantes visitan ese inframundo del viernes botanero. Pero, como para no deshonrar la tradición, el otro partido que le acompaña suele ser exactamente el que usted está imaginando entre dos rivales antes mencionados. Y la atmósfera termina por llevar el desánimo a la tristeza: estadios vacíos, narradores que cuando no son Martinoli y García poco se interesan en hacer pasable el partido.

Todo se junta para hacer de la experiencia algo olvidable y necesario al mismo tiempo. Porque sí, el viernes botanero podrá ser todo lo que se quiera, pero es futbol y en viernes por la noche. Una pantalla verde con personas pateando un balón de fondo no le viene mal a nadie, aunque sea agradecería que fueran más amables con la elección o que los elegidos dieran un poco más de sí mismos.

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