Las voces del "Apruebo" y el "Rechazo" a una nueva Constitución en Chile

Santiago de Chile, 22 de oct (EFE).- "Apruebo" o "Rechazo": son las opciones que aparecerán en las papeleta de los chilenos el domingo. Para los que marcarán la primera, una nueva Constitución es la vía para "construir un Chile mejor", mientras que sus detractores creen que lo último que necesita el país es "una hoja en blanco".

Cerca de 14,7 millones de personas decidirán en las urnas si quieren reemplazar la actual Carta Magna, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y cuestionada por otorgarle un papel secundario al Estado.

Las encuestas dan por ganador el "Apruebo", aunque se muestran más igualadas en la otra cuestión que se preguntará a los chilenos: si el eventual nuevo texto debe ser redactado por un órgano integrado solo por ciudadanos electos para ese fin o compuesto también por parlamentarios.

El plebiscito, aplazado en abril por la pandemia, busca descomprimir las protestas de 2019, las más graves desde el retorno a la democracia, con una treintena de muertos y miles de heridos.

Con una sociedad desencantada con sus políticos y una crisis social sin líderes visibles, las organizaciones civiles son los principales protagonistas del proceso.

"BLINDAR LOS DERECHOS BÁSICOS"

Considerada "ilegítima" por su origen dictatorial y la fuente de las desigualdades del país, sanitarios, feministas, indígenas y jubilados creen que solo con una nueva Constitución se podrán "blindar los derechos básicos".

"Es muy importante que establezcamos en el nuevo texto que lo primero no es la libertad individual", dijo a Efe Francisca Crispi, del Colegio Médico de Chile, una de las organizaciones más críticas con la gestión gubernamental de la pandemia.

"En la medida en que protejamos los principios de la seguridad social avanzaremos hacia un sistema menos segregador", añadió.

El sistema chileno de pensiones, pionero en establecer la capitalización individual, es otro punto fundamental del debate.

"Para los que cotizaron entre 30 y 35 años, la pensión promedio es de 220.000 pesos (280 dólares), es decir un tercio más bajo que el ingreso mínimo. Eso es lo que explica el estallido, los jóvenes ven a sus viejos con pensiones miserables", explicó a Efe el vocero de la Coordinadora No+AFP, Luis Mesina.

"Es el plebiscito más importante de la historia de Chile", admitió por su parte Salvador Millaleo, consejero del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y una de las voces más autorizadas del país sobre temas indígenas.

Para el abogado, Chile tiene una oportunidad "única" para resarcir a los pueblos originarios, que representan al menos el 10 % de la población total, y reconocerlos en una nueva Ley Fundamental.

Las multitudinarias marchas de los últimos meses no se entienden sin el poderoso movimiento feminista, que consiguió uno de sus mayores logros: la posibilidad de que Chile tenga su primera Constitución redactada de manera paritaria, de ganar la "Convención Constituyente"

"Debemos garantizar el derechos de las mujeres a una vida libre de violencia, así como los derechos sexuales y reproductivo", señaló a Efe Carolina Jiménez, del Observatorio contra el Acoso.

"RECHAZAR PARA REFORMAR"

Entre los defensores del "Rechazo" existe, sin embargo, la idea de que el plebiscito es "innecesario" porque los problemas que sufre el país "se pueden solucionar con leyes".

Para el empresariado, el proceso constituyente genera además "incertidumbre" y desincentiva la inversión, en momentos en que la economía acusa los efectos de las protestas y la pandemia, con una caída del PIB del 14,1 % en el segundo trimestre, la mayor desde 1986.

Si vence el cambio constitucional, la elección de los constituyentes se realizará en abril y la nueva Constitución -que debe redactarse en un máximo de un año- se ratificará en un nuevo plebiscito, por lo que esta no estará vigente hasta 2022.

"El Congreso actual tiene las condiciones habilitantes para hacer las reformas de forma más eficiente, más rápida, más oportuna y con menos incertidumbre", indicó el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Juan Sutil.

En la mima línea se pronunció el presidente de la fundación Nuevos Líderes, Rodrigo Eitel, para quien los años de mayor crecimiento de Chile han tenido lugar bajo el amparo de la actual Constitución, reformada más de 40 veces.

La convocatoria del plebiscito, agregó a Efe, "fue absolutamente ilegítima, producida por la presión de grupos que salieron a quemar y destruir, haciéndonos creer que nuestra democracia se moría".

A igual que en Brasil, los evangélicos han estado muy presentes en el debate político de Chile, donde temen que se instale un Estado "socialista" con la redacción de una nueva Ley Fundamental.

En declaraciones a Efe, el Concilio Nacional de Iglesias Evangélicas denunció que es "mentira" que la ciudadanía vaya a participar en el proceso: "No nos vengan a decir que va a ser la señora Juanita o el panadero los que van a redactar la nueva Constitución. Ya hemos visto que antiguos parlamentarios están deseosos de participar", aseguró su vocero, Walter Vega.

El denominado "conflicto mapuche", que enfrenta a comunidades indígenas con latifundistas el sur de Chile, también estuvo presente durante la campaña, que para la Asociación por la Paz y Reconciliación en La Araucanía (APRA) estuvo "cargada de falsas expectativas".

"Hay muchas cosas que no se van a cumplir. Gran parte del conflicto que tenemos acá (en el sur del país) es por expectativas populistas", alertó el vicepresidente de APRA, Justo Gutiérrez.

Sebastián Silva y María M. Mur

(c) Agencia EFE