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El contrato donde una niña promete a su padre llegar virgen al matrimonio

El “sí quiero” de una chica de 17 años a su padre que no te dejará indiferente (boca abierta) La vida se ve de diferentes maneras dependiendo de la ventana por la que se mire. Sus cristales pueden necesitar una pasadita, o no, o quizás no haya más que aire entre lo de allí afuera y lo de aquí dentro. Puede incluso que las cortinas estén echadas. No hay verdades absolutas en la vida que las personas quieren vivir, aunque se juzgue con facilidad lo que percibimos como diferente. A Hannah Lee Powers no le importa lo que piensen de ella. A sus 17 años de edad firmó el primer contrato de su vida y se enfundó un anillo vestida de blanco. Aún no pasó por el altar, pero dio el ‘sí quiero’ a su padre, Beauchamp. Su compromiso quedó por escrito y formó parte de una celebración muy poco convencional en los tiempos que corren. Hannah prometió que llegaría virgen al matrimonio. La suya no fue ni de lejos una fiesta de ‘Quinceañera’, sino el ‘Baile Puritano’, una celebración en la que las hijas que desean participar prometen lealtad a su padre hasta el momento en que aparezca el hombre de su vida. Hannah y su progenitor son de Luisiana y pertenecen a la iglesia bautista. También forman parte activa del Movimiento Puritano de América, la organización que está detrás de este concepto para muchos innovador y para otros arcaico. La promesa de su abstinencia quedó retratada en Barcroft TV y sirvió, según la adolescente, para fortalecer la relación y el compromiso con su padre y con Dios. “La Biblia dice que tener sexo antes del matrimonio es un pecado y yo lo creo. Hago este Baile Puritano porque es algo que le quiero decir a todo el mundo. Se puede o no aceptar lo que yo hago. Puedes pensar que es extraño, pero es lo que quiero hacer porque quiero dejar claro en lo que yo creo. Quiero hacer una promesa a mí misma y a Dios de que llegaré pura al matrimonio”, afirmó Hannah al canal televisivo. La adolescente está completamente en desacuerdo con lo que hacen otras chicas de su edad, y no teme alzar la voz en ese sentido. “No necesito hacer todas esas cosas que hacen las otras chicas y que son consideradas como normales. No necesito tener sexo para sentirme querida”, prosiguió. La bofetada a lo convencional es total desde la ventana en que Hannah percibe las cosas, aunque se trate de una idea en la que hayan tenido mucho que ver su familia y la organización a la que pertenecen. Ella misma reconoció la influencia de sus familiares en su decisión. El Movimiento Puritano comenzó en Colorado Springs hace 20 años y desde entonces se extendió a 48 estados de EE.UU. y 17 países. Cada año organizan Bailes Puritanos que incluyen la ceremonia en la que las jóvenes prometen su abstinencia sexual. En esas fiestas, la chicas portan largos vestidos blancos que se asemejan a los de las novias en las bodas. Los padres reciben una llave que representa la castidad que eventualmente le cederán a su futuro esposo. Acto seguido, tanto el progenitor como la joven firman un contrato y ella recibe un anillo puritano en el mismo dedo en que llevaría el anillo de boda. “El que haya tomado esta decisión de manera pública supone un honor todavía mayor. Ella cree en una cosa y será recompensada por ello. Será duro, será juzgada y se reirán de ella, pero espero que aguante la presión”, afirmó su padre. Hannah tuvo varios novios en el pasado, pero ahora desea estrechar este tipo de relaciones para ir en busca de un potencial marido. “Mi primer novio duró unas dos semanas porque él quería más de lo que yo quería darle. Tengo mi moral y mis valores, y no las voy a perder por un chico. Las cosas más pequeñas pueden liderar a la tentación de ir a más y me quiero alejar lo máximo posible de esas tentaciones”, afirmó Hannah, quien lo último que quiere es vivir en lo que ella considera pecado. “No voy a decir que nunca haya besado a otro chico porque eso sería una mentira. Todo el mundo se desvía del camino de Dios pero si deseas darle un giro a tu vida, Dios siempre perdona”, agregó. Su discurso no pasó ni pasará desapercibido. ¿Exageración? ¿Una acción encomiable? Todo depende de la ventana en que cada uno perciba la realidad.