Víctimas de ataques con ácido vuelven a sonreír gracias a esta doctora

Alexandra Rada (segunda a la derecha), junto a mujeres agredidas con ácido, durante uno de los talleres donde hacen collares en su fundación. (Cortesía)
Alexandra Rada (segunda a la derecha), junto a mujeres agredidas con ácido, durante uno de los talleres donde hacen collares en su fundación. (Cortesía)

Claudia Cano – Bogotá, Colombia

Más de 16 cirugías ha tenido que afrontar Natalia Ponce luego que un hombre identificado como Jonathan Vega llegara hasta su apartamento y a su salida le arrojara ácido sulfúrico. El rostro desfigurado de Natalia, quien debió usar una mascara para ocultar la atrocidad cometida por su agresor, se convirtió posteriormente en la imagen de las mujeres atacadas con el compuesto químico corrosivo en Colombia. Ella, tras una fuerte campaña, logró el aumento de las penas de 12 a entre 20 y 30 años de prisión. Según el presidente Juan Manuel Santos, en los últimos seis años, 628 personas han sido víctimas de ataques con agentes químicos, así lo anunció al promulgar la ley “Natalia Ponce” en 2016.

En marzo de este año la colombiana recibió de manos de Melania Trump, primera dama de Estados Unidos, el premio internacional como mujer valiente, un hecho que ocurrió exactamente tres años después de vivir su tragedia. El de Natalia es el caso más sonado en Colombia, pero como ella, cientos de mujeres luchan día a día por salir adelante con las secuelas de un abuso cometido en la mayoría de los casos por sus ex parejas.

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Para Alexandra Rada todos tenemos motivos para vernos bien. Esta otra colombiana graduada como médico cirujano especialista en obesidad, dedicada a embellecer a las mujeres mediante su técnicas de medicina estética, es tal vez la antítesis de la historia de Natalia Ponce, pero un día Alexandra decidió ponerse en los zapatos del otro y ese otro son las mujeres víctimas de agresiones con ácido.

“…hay cicatrices en el alma y hay necesidades del día a día que nadie, ni ninguna entidad del estado, se preocupa por solventar” (Alexandra Rada)

Dice que en uno de esos días donde su labor es combatir estéticamente la lucha contra las señales de la edad, tuvo la oportunidad de tener a una de las mujeres quemadas con ácido como paciente, quien acudió para mejorar su cicatrices y, como médico, dice, se vio en la obligación moral de ayudarle: “Me enteré que hay cicatrices en el alma y hay necesidades del día a día que nadie, ni ninguna entidad del estado, se preocupa por solventar, son mujeres que a veces quedan ciegas con cuatro hijos y sin ningún tipo de ingresos”, asegura Alexandra sobre lo que sintió ante esta visita.

La doctora reflexionó sobre este tema y decidió salir del consultorio para acudir al Congreso de la República y hacer que sus voces fueran escuchadas, paralelo a esto, abrió la fundación que lleva su nombre y creo para diez de ellas un taller de accesorios, incluso elaboran collares y pulseras quienes están ciegas. El fruto de la venta que genera esta microempresa, es para que puedan sobrellevar esos momentos difíciles.

La doctora Alexandra Rada (de vestido negro), junto a mujeres agredidas con ácido, a las que ha ayudado con su fundación. (Cortesía)
La doctora Alexandra Rada (de vestido negro), junto a mujeres agredidas con ácido, a las que ha ayudado con su fundación. (Cortesía)

“Ellas sienten que ahora tienen una mano que no las va a soltar y que aunque la fundación a veces no tiene ayuda económica, yo me dedico a solventar sus necesidades básicas”, y enfatiza: “Encontré en la clínica la verdadera belleza, aquella que nace del corazón”.

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A nivel médico y estético, en algunas de estas pacientes ha logrado mejorías hasta del 70% y esas cicatrices aunque dos de ellas no las han podido ver, las sienten con sus deditos al tocarse la piel, dice Alexandra emocionada al hablar de este tema. Asegura además, que algunas de ellas han sentido alivio en las retracciones que a veces no les permitía mover su cuello o abrir su boca debido a las quemaduras, allí también se ha visto el resultado.

“Encontré en la clínica la verdadera belleza, aquella que nace del corazón”

Dice esta médico que quien manda a quemar no es quien quema y en muchos casos, las investigaciones llevan a la cárcel al agresor pero no a quien ordenó la atrocidad. Muchas de estas investigaciones se cierran y el caso queda impune, por eso, más allá del aumento de las penas que se logró con la ley Natalia Ponce, pide a la Fiscalía no desfallecer en este tipo de casos.

A nuestra pregunta: ¿Crees que tu misión en la Tierra con el trabajo que adelantas con ellas, está cumplida?, responde: “No, falta mucho, no voy ni en la mitad, ellas son una población muy pequeña en medio de toda la gente que necesita colaboración”.

Ahora, la doctora Rada extiende su corazón a mujeres atacadas con arma blanca, agredidas con otro tipo de agentes químicos y dice que cuando comienzas a ayudar, es difícil detenerse.

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