Video muestra a Trump con una figura de la mafia que negaba conocer

Un video que acaba de salir a la luz parece contradecir las palabras de Donald Trump cuando afirmó que nunca conoció a un gran apostador al que le prohibieron la entrada a los casinos de Nueva Jersey por tener supuestos vínculos con el crimen organizado.

La famosa figura de la mafia, Robert LiButti, se puede ver de pie junto a Trump en la primera fila de un evento de “WrestleMania” que se celebró en el año 1988 en Atlantic City, Nueva Jersey. LiButti no estaba allí por casualidad, según indicó su hija, Edith Creamer, quien también asistió al evento. “Éramos sus invitados”, le confesó a Yahoo News en un mensaje de texto que envió esta semana.

El video llegó a Yahoo News a través de una fuente confidencial, quien lo encontró en los archivos online de World Wrestling Entertainment, la empresa que patrocina “WrestleMania”.

El video le brinda nuevos puntos de apoyo a las afirmaciones que indican que en el pasado Trump mantuvo una relación cercana con LiButti, a quien le prohibieron la entrada a los casinos del estado en 1991 debido a sus vínculos con el capo de la mafia John Gotti, que en aquel momento estaba al frente de la familia criminal Gambino. Por otra parte, ese mismo año la Comisión de Control de Casino de Nueva Jersey le impuso una multa de 650.000 dólares al hotel Trump Plaza por sus negocios con LiButti, quien jugó enormes sumas de dinero en el casino de la instalación. LiButti murió en 2014.

“No hay dudas de que la persona que está de pie junto a Donald Trump es Bob LiButti”, confirmó David Cay Johnston, escritor y antiguo periodista del New York Times y ganador del Premio Pulitzer quien, mientras trabajaba como reportero en el Philadelphia Inquirer, entrevistó al jugador a principios de la década de 1990. A petición de Yahoo News, Johnston revisó el vídeo del evento “WrestleMania IV” celebrado en el Centro de Convenciones de Atlantic City el 27 de marzo de 1988. “Hace un cuarto de siglo, mientras pasaba una tarde en la casa de Bob en Saddle River, me habló de esta pelea”, agregó Johnston. “Ese evento de ‘WrestleMania’ fue una de las numerosas veces en las que Trump estuvo cerca de Bob, quien era el mayor perdedor en sus casinos y, por tanto, su cliente más importante”.

En el video se puede ver a LiButti junto a Trump mientras el magnate de bienes raíces saluda al anunciador de ring y comentarista deportivo Bob Uecker y, más tarde, cuando Trump le da un beso en la mejilla a la invitada especial Vanna White. También se puede observar que LiButti se mantiene sentado durante las 3 horas y media que duró el evento, en un asiento en primera fila junto a Trump y su entonces esposa, Ivana.

Robert Libutti y Donald Trump en el evento de “WrestleMania” de 1988. (Yahoo News)

La portavoz de la campaña de Trump, Hope Hicks, respondió por correo electrónico refiriéndose al vídeo: “Obviamente, fue un evento multitudinario celebrado hace décadas. Durante ese período, el Sr. Trump asistió a muchos eventos similares junto a miles de personas”.

En el pasado, Trump le había restado importancia a su relación con LiButti. “Si me lo pusieran aquí delante, no sabría qué aspecto tiene”, le dijo a Johnston en 1991 cuando este le preguntó sobre LiButti en una entrevista para el Philadelphia Inquirer.

A principios de este año, cuando Yahoo News le preguntó otra vez por LiButti, Trump le respondió un correo electrónico al periodista en cuestión en el que afirmaba: “Durante varios años dirigí con éxito los casinos y conocí a grandes apostadores. Supongo que el Sr. LiButti era uno de ellos, pero no reconozco su nombre”.

El video podría plantear nuevos interrogantes sobre dos investigaciones que los reguladores de casinos llevaron a cabo de manera independiente y que dieron lugar a las colosales multas impuestas en 1991. En uno de esos casos, el hotel de Trump recibió una multa de 200.000 dólares por violar las leyes estatales contra la discriminación. Los investigadores descubrieron que el casino satisfacía a LiButti asegurándose de mantener a los afroamericanos y las mujeres alejadas de él en las mesas de juego. Esta demanda, según un funcionario estatal, era cumplida recurriendo al lenguaje “más vil”, que incluía insultos raciales y calumnias obscenas. No obstante, según muestran los archivos que revisó Yahoo News, en esa investigación del estado nunca se interrogó a Trump.

Una historia de Yahoo News publicada el pasado mes de marzo documentó los vínculos entre LiButti, un criador profesional de caballos, y Trump a finales de los años 80 y principios de los 90. Creamer, la hija de LiButti, dijo que el magnate de los casinos era un “mentiroso” y agregó: “me molesta que niegue conocer a mi padre”. De hecho, confirmó que su padre había jugado millones de dólares en el Trump Plaza, había volado con frecuencia en el helicóptero privado de Trump “Super Puma” y había acudido a fiestas a bordo de su yate.

Jack O’Donnell, ex presidente del Trump Plaza, comentó que Trump y LiButti incluso llegaron a hacer negocios. Durante un viaje a bordo del helicóptero privado de Trump, este acordó pagar 500.000 dólares por uno de los purasangres premiados de LiButti, un caballo de carreras que enseguida rebautizó con el nombre de “D.J. Trump”. Sin embargo, más tarde, cuando el caballo se quedó cojo, Trump “renegó” del acuerdo, contó O'Donnell.

Las dudas sobre sus negocios volvieron a cobrar fuerza en julio, cuando el nuevo libro de Johnston The Making of Donald Trump reveló que el magnate le hacía “regalos lujosos” a LiButti mientras intentaba seducir a Creamer, aunque por aquel entonces estaba casado. El cortejo del magnate a Creamer enfureció a LiButti, quien, según el relato de Johnston, amenazó a Trump diciéndole: “Donald, te arrancaré las p***s bolas de las piernas”.

El hotel y casino Trump Plaza en Atlantic City, Nueva Jersey. (Foto: Craig Allen/Getty Images)

En declaraciones judiciales y entrevistas con los reguladores de casinos, Trump ha negado sistemáticamente su vínculo con los mafiosos acusados, recurriendo a menudo a un lenguaje similar al que ya ha usado para referirse a LiButti. “Si estuviera sentado en esta habitación ahora mismo, no lo reconocería”, testificó Trump en una declaración de video por una demanda civil en 2013 cuando le preguntaron sobre Felix Sater, un emigrado ruso que fue condenado en el año 2000 por un caso federal de extorsión en relación a una estafa para capitalizar acciones fraudulentas que involucró a miembros de cuatro familias mafiosas de Nueva York. Como informó ABC News el pasado mes de diciembre, Trump y Sater fueron fotografiados juntos en 2005 y compartieron un escenario en una fiesta de lanzamiento del hotel Trump SoHo en 2007. Más tarde, Sater comenzó a trabajar para la Organización Trump y en su tarjeta de presentación se podía leer: “Asesor Principal de Donald Trump”.

A Trump nunca se le ha imputado un crimen ni se le ha retirado ninguna licencia de casino debido a las acusaciones de vínculos con figuras de la mafia. Sin embargo, sus tratos con LiButti se convirtieron en un talón de Aquiles especialmente sensible para el negocio del casino de Atlantic City de Trump. La presencia habitual de esta figura de la mafia en el Trump Plaza, catalogada por uno de los antiguos ejecutivos como el mayor cliente del casino, dio pie a múltiples investigaciones por parte de los reguladores de Nueva Jersey. También hizo que estas autoridades le impidieran definitivamente la entrada a LiButti a cualquier casino del estado, después de recibir una cinta encubierta de la policía estatal en la que LiButti se refirió varias veces a Gotti como “mi jefe”.

En uno de los casos de 1991, la Comisión de Control de Casino de Nueva Jersey multó al Trump Plaza con 450.000 dólares al descubrir que el hotel le había dado a LiButti autos de lujo, como Ferraris, Bentleys y Rolls-Royces, por valor de 1,6 millones de dólares. Más tarde los cambió por dinero en efectivo. Se trató de una violación de las leyes del estado, que en aquel momento prohibían ofrecer “incentivos” en metálico a los grandes apostadores. Entre los muchos regalos que el casino de Trump le dio a LiButti se encuentran: el pago de 104.338 dólares por cinco vacaciones en Europa y una en California, 279.978 dólares por entradas para el Super Bowl, peleas de boxeo y otros eventos deportivos y teatrales, 121.712 dólares en joyas y 40.020 dólares en champán, incluyendo 178 botellas de Cristal Rosé valoradas en 225 dólares cada una.

El caso de discriminación, que se llevó a cabo de forma independiente, se sustentó en las quejas presentadas por nueve afroamericanos y mujeres que trabajaban en el hotel. Según los documentos sobre el caso de la Comisión de Control de Casino, LiButti se enfurecía cada vez que perdía dinero en las mesas de craps, lanzaba dados y fichas de juego por el casino y una vez le quitó de las manos el jalador de dados al stickman y lo rompió a la mitad.

Donald Trump y Robert LiButti con Vanna White en el evento de “Wrestlemania” en 1988. (Yahoo News)

También dejó claro que “no quería que las mujeres, los afroamericanos u otras minorías supervisaran sus juegos o tuviesen relación alguna con estos”, según indica una declaración de la División de Control de Juego del Estado. Se refirió a una mujer que trabajaba en el Trump Plaza usando expresiones como “tonta del c**o” y “estúpida p**a” y a otra la llamó “zorra judía”. Sus insultos no terminaron ahí, también llamó “negro bastardo” a un crupier afroamericano.

Funcionarios del Estado indicaron que, en vez de retirar a algunos de sus empleados de las mesas de craps donde jugaba LiButti, el hotel debía haberlo expulsado del casino. Pero no lo hicieron porque era un cliente valioso, afirmaron los funcionarios.

“Sin duda, habría sido mucho mejor que el propio casino hubiera expulsado a LiButti en el momento en que cometió esos actos, pero no lo hicieron porque era un gran apostador, obviamente”, afirmó en una audiencia sobre el caso celebrada el 13 de marzo de 1991 Mitchel A. Schwefel, quien en aquel momento era fiscal general adjunto de Nueva Jersey a cargo de la investigación. “Si LiButti hubiera sido un cliente de cinco o diez dólares, lo habrían expulsado inmediatamente, sin rodeos. El problema es que el casino no quería deshacerse de un apostador de su envergadura”.

Los abogados de Trump enfrentaron de forma agresiva los cargos por discriminación, intentando desacreditar el testimonio de sus empleados, quienes presentaron sus quejas y argumentaron que se llevaba a cabo una “política informal” que implicaba separar a los afroamericanos y las mujeres de las mesas de craps donde jugaba LiButti.

Ivana Trump sentada entre Robert Libutti, a la izquierda, y Donald Trump en el evento de “Wrestlemania” en 1988.

“El Trump Plaza ha sido condenado basándose únicamente en un aura de discriminación”, dijo Brian Spector, el abogado del hotel de Trump. “Algo puede parecer discriminatorio, puede sentirse discriminatorio e incluso puede oler a discriminación, pero es necesario que exista una intención discriminatoria. Simplemente no se ha demostrado”.

Pero a la Comisión de Control de Casino no le convenció ese argumento y el 5 de junio de 1991 duplicó la multa recomendada por la División Estatal de Juego, de 100.000 dólares a 200.000 dólares, para reflejar lo que un comisionado afirmó era una ofensa de naturaleza “sumamente grave”.

Michael Isikoff

Corresponsal jefe de investigación

Yahoo News