El nacionalista Modi se asegura un tercer mandato histórico en India tras una década de popularidad y polarización
Diez años después de que se convirtiera en primer ministro, Narendra Modi se declaró este martes vencedor de las elecciones en India, aunque con una victoria más ajustada de lo esperado que le obligará a depender de sus aliados políticos.
Con el conteo aún en desarrollo, la alianza de partidos encabezada por Modi alcanzó el umbral de 272 escaños necesarios para formar un gobierno.
Pero el partido nacionalista hindú BJP del primer ministro perdió su mayoría absoluta parlamentaria y se prevé que finalice las elecciones con 240 de los 543 escaños existentes, muchos menos que el objetivo de 400 escaños que se fijó durante la campaña electoral.
La coalición de oposición INDIA ha tenido un desempeño mucho mejor del esperado, consiguiendo 193 escaños hasta el momento en todo el país, con un resultado particularmente fuerte en el sur.
Los resultados preliminares de esta elección, que arrancó el 19 de abril y se extendió hasta el 1 de junio, le dan a Modi un tercer mandato en el que tendrá que depender de sus aliados.
Pero, ¿cómo Modi logró convertirse en el líder más popular que ha tenido India en décadas?
En el distrito electoral de Modi, ubicado dentro de la ciudad de Varanasi, en el noreste de India, Shiv Johri Patel se gana la vida tejiendo sari, un vestido tradicional indio.
Admite que tiene muchas preocupaciones, pero agrega que desde hace tiempo tenía claro a quién le daría su voto.
"Modi ha hecho un gran trabajo. Bajo ningún otro gobierno los pobres obtuvieron tantas prestaciones sociales", afirma.
Patel añade que a sus hijos les cuesta encontrar trabajo y que lo estafaron para quitarle un pago de asistencia social que le otorgó el gobierno federal, pero no culpa al primer ministro.
"No me importa si me dan lo que me deben, igual votaré por él", le dice a la BBC.
Con 73 años, Modi sigue siendo una figura muy popular pero igual de polarizadora, tanto en India como en el extranjero.
Sus partidarios afirman que es un líder sólido y eficiente que ha cumplido sus promesas.
Sus críticos alegan que su gobierno ha debilitado las instituciones federales y ha tomado medidas contra la disidencia y la libertad de prensa.
También lo acusan de menospreciar a la minoría musulmana en el país, que, según dicen, se siente amenazada bajo su gobierno.
"Modi tiene grandes admiradores y críticos. O te gusta o no te gusta", explica el analista político Ravindra Reshme.
Las encuestas de opinión pusieron a Modi cómodamente por delante de sus rivales, pero se han equivocado varias veces en el pasado. Esta vez, parece que se volvieron a equivocar. Modi no ha obtenido el abrumador respaldo que se esperaba.
Marca Modi
Pese a que no obtendrá la supermayoría que esperaba, Modi es el mayor atractivo de su partido.
En India, su rostro se puede ver en todas partes: en paradas de autobús, vallas publicitarias y anuncios en periódicos, y en mítines electorales televisados.
Cuando el país organizó la cumbre del G20 el año pasado, Nueva Delhi estaba inundada de carteles en los que aparecía dando la bienvenida a líderes mundiales.
El organizador del evento y su presidencia suelen rotarse cada año, pero la campaña publicitaria parecía mostrar que India había obtenido la presidencia gracias a los esfuerzos de Modi.
"Modi lo convirtió en un megaevento. En muchos sentidos, entiende de qué se trata un evento y cómo debe usarse", le dijo a la BBC Santosh Desaim, un experto en campañas publicitarias.
Modi y su equipo tienen un excelente conocimiento de lo que significa tener una marca y contar con el control narrativo.
Es muy visible, pero es raro que los periodistas o los ciudadanos comunes puedan hacerle preguntas difíciles.
Desde que se convirtió en primer ministro no ha dado una conferencia de prensa en India, mientras que las entrevistas que concede son escasas y pocas veces se le cuestiona.
RK Upadhya, un analista político, explica que para convertirse en primer ministro, Modi tuvo que superar la imagen que los medios de comunicación daban de él como "el responsable de los disturbios de Gujarat".
Posteriormente, un panel designado por la Corte Suprema no encontró evidencia de que Modi fuera cómplice de la violencia de 2002 cuando era gobernante del estado.
Más de 1.000 personas murieron, en su mayoría musulmanes.
Upadhya explica que luego de eso quiso mostrarles a los medios de comunicación que no los necesitaba y que podía conseguir el apoyo del pueblo sin ayuda de ellos.
Y eso hizo. Hoy es el político con más seguidores en Instagram en todo el mundo y tiene 97,5 millones de seguidores en X.
Su base no es sólo digital: también comparte sus reflexiones en un programa de radio que se transmite mensualmente.
Casi todas sus interacciones públicas parecen cuidadosamente coreografiadas.
Durante la última década, se han publicado fotos de él inaugurando un inmenso número de proyectos, en reuniones con sus partidarios, practicando snorkel e incluso meditando en una cueva tras la campaña electoral de 2019.
Modi, que nunca pierde la oportunidad de conectarse directamente con la gente, se ha acercado a los indios más jóvenes y les ha entregado premios a personas muy populares e influyentes.
En un evento reciente en el estado de Kerala, dijo un par de frases en malayalam, el idioma local, lo que provocó una gran oleada de aplausos.
El analista político Sandeep Shastri asegura que hay mucho simbolismo en muchas de las cosas que hace Modi y que los medios transmiten.
"El lugar que elige para pasar vacaciones, los festivales a los que asiste", añade Shastri.
Las visitas al extranjero, incluidas las de rutina, son ampliamente transmitidas por los medios nacionales y celebradas en casa.
Da discursos en medio de enormes congregaciones en el extranjero encabezadas por la diáspora y esas imágenes se reproducen repetidamente en la televisión nacional como prueba de su popularidad mundial.
Política divisiva
Pero en Varanasi, no todo el mundo está tan contento.
Poco ha cambiado en las últimas décadas en Lohta, un barrio de mayoría musulmana en el que vimos desagües y una infraestructura en ruinas.
Nawab Khan, que vive en Lohta, afirma que los tejedores como él se han empobrecido en los últimos 10 años.
"La única forma de prosperar es ser partidario del BJP (...) Aquellos que compran saris se han vuelto más ricos, y los que los fabrican (que son predominantemente musulmanes) se han vuelto más pobres", alega.
Dileep Patel, un miembro del BJP, rechaza las persistentes acusaciones de que los musulmanes están siendo marginados o de que el gobierno los discrimina.
Asegura que los planes de asistencia social se distribuyen de manera justa.
Además, culpa a los opositores de "asustar a nuestros hermanos y hermanas musulmanes" antes de que Modi llegara al poder en 2014.
"Desde entonces, no tienen miedo y su confianza en el BJP aumenta día a día", prosigue.
No obstante, en los últimos 10 años ha habido numerosos ataques contra musulmanes por parte de grupos de derecha, muchos de ellos mortales, y el discurso de odio antimusulmán se ha disparado.
"Cuando India y Pakistán fueron divididos, nuestros antepasados rechazaron el llamado de Muhammad Ali Jinnah (fundador de Pakistán) y se quedaron en este país. Nosotros también hemos dado nuestra sangre para construir este país. Sin embargo, nos tratan como ciudadanos de segunda clase", señala Athar Jamal Lari, quien compite contra Modi en Varanasi.
Y en las últimas semanas, parte de ese sentimiento pareció resurgir en plena campaña del BJP. El propio Modi ha sido acusado de utilizar un lenguaje divisivo e islamófobo, especialmente en mítines electorales, aunque él lo niega.
Crecimiento desigual
No son sólo los residentes de Lohta, el barrio predominantemente musulmán de Varanasi, los que sienten que están recibiendo un trato injusto.
Los habitantes de otros sectores del distrito electoral del primer ministro todavía están esperando ver algún cambio positivo.
En el pueblo de Chetavani, a sólo unos kilómetros de Kakrahiya, nos encontramos con decenas de personas que viven en chozas polvorientas.
"Los funcionarios locales nos desalojaron de nuestras casas y nos trajeron aquí. Aquí ni siquiera podemos conseguir agua potable", dice Rajinder, de 26 años.
Aun así, afirma que seguirá votando por Modi.
Al igual que Shiv Johri Patel, el tejedor de saris, mucha gente aquí vive enojada con los funcionarios locales, pero no con el primer ministro.
A primera vista, Kakrahiya es muy diferente: tiene un aire de relativa prosperidad y hay agua corriente.
"Ahora tenemos baños, bombonas de gas y casas", explica Chiraunji, sentada en la cocina de su casa a medio construir. Afirma que admira a Modi.
Le dieron un cilindro de gas para cocinar gratis gracias a un plan del gobierno, pero dice que no puede llenarlo con frecuencia.
Según los analistas, uno de los mayores desafíos de Modi es generar empleos de calidad para la floreciente población joven de India.
Una oposición dividida
A Modi le ha ayudado la ausencia de una oposición fuerte y coherente que lo desafíe a nivel nacional.
Cuando parecía vulnerable, no supieron aprovecharlo.
Su gobierno ha sido criticado por su gestión durante la pandemia de covid y la oposición también lo acusa de capitalismo de amigos, alegando que favorece a algunas grandes familias empresariales.
Sin embargo, sus oponentes en gran medida no han logrado acertar sus golpes, y estas controversias no parecen importarles a sus muchos seguidores.
"Gran parte de la gestión de la imagen de Modi consiste en asegurarse de que nunca se le asocie con un resultado negativo que pueda atribuirse a otra persona o a otros factores", indica Sircar.
Los seguidores de Modi lo elogian porque "nunca descansa".
Sus incesantes programas y su constante cobertura mediática consolidan la impresión de que siempre está trabajando.
Shastri asegura que cuando Modi llegó al poder en 2014, el gobierno anterior era visto como "ineficaz".
Sin embargo, Sircar señala que un gran desafío al que se enfrenta el BJP es que depende en gran medida de un pequeño número de estados principalmente en el norte de India.
Modi ha estado trabajando duro para lograr avances en el sur: en el período previo a las elecciones, visitó los estados de Tamil Nadu y Kerala varias veces y celebró grandes mítines.
Pero en los últimos meses, la oposición se ha mostrado más unida y coherente en sus mensajes.
Y esto parece haber tenido un impacto en los resultados de una elección crucial.
Información adicional de Anshul Verma y Zubair Ahmed
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