El viaje de Milei a España expone las crecientes tensiones en la derecha de España

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene durante un pleno en la Asamblea de Madrid, a 23 de mayo de 2024, en Madrid
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, interviene durante un pleno en la Asamblea de Madrid, a 23 de mayo de 2024, en Madrid - Créditos: @Eduardo Parra - Europa Press

MADRID.- Hay personalidades que llenan una habitación, incluso cuando no están presentes. Ocurre este jueves con el presidente de Argentina, Javier Milei, que centró la mayoría de debates en la sesión de control al gobierno de Isabel Díaz Ayuso que en la Asamblea regional de Madrid.

Como si sintiera que le quitan algo suyo, la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, advirtió a la presidenta de la Comunidad de Madrid, del conservador Partido Popular (PP), sobre la recepción que ofrecerá el viernes al líder sudamericano: “Como Milei se entere de que ha aumentado el gasto público y de que paga a los medios subvencionados, va a entrar en Sol con una motosierra”.

Juan Lobato, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Madrid, cuestionó a Ayuso que le vaya a conceder a Milei una medalla en nombre de la Comunidad de Madrid. “¡No lo hace en mi nombre ni en el de millones de madrileños que creemos en el respeto y la buena política, que es lo contrario a lo que Milei y usted hacen, que es odio constante!”, exclama.

La baronesa conservadora lo escuchó todo sonriente y feliz, sin puro, igual que si fuera Hannibal Smith a punto de decir “me encanta que los planes salgan bien” en un capítulo del Equipo A, porque acaba de dar un paso más en su estrategia de ocupar la agenda política nacional y absorber a los votantes de Vox.

El presidente de Argentina, Javier Milei, durante el acto 'Viva 24' de VOX, en el Palacio de Vistalegre, a 19 de mayo de 2024, en Madrid
El presidente de Argentina, Javier Milei, durante el acto 'Viva 24' de VOX, en el Palacio de Vistalegre, a 19 de mayo de 2024, en Madrid - Créditos: @Carlos Luján - Europa Press

“Milei va a visitar el sábado al canciller [Olaf] Scholz. ¿Les suena? Es socialista. ¿Está en la ultraderecha?”, arrancó Ayuso, pese a que no habrá un encuentro bilateral entre el líder alemán y el argentino, precisamente porque un portavoz del Gobierno germano criticó las repetidas referencias del líder argentino al presidente de España, Pedro Sánchez. “Si el presidente de Argentina realiza visitas institucionales a gobiernos diferentes y no lo hace con aquel que ha provocado una crisis diplomática e insulta constantemente, no solo a Milei, sino a todos los gobiernos que no son de su signo... no tenemos las culpa”, añadió la presidenta de Madrid sobre el choque abierto porque Milei se refiriera a la mujer de Sánchez como una “corrupta”, o al propio presidente español como un “socialista arrogante”.

Y entonces Ayuso, que en ocasiones precedentes opinó que el ministro de Transportes, Óscar Puente, fue quien abrió el melón de las críticas cruzadas (sugirió que Milei podía haber consumido “sustancias”), remató: “Para nosotros es un honor recibir al presidente legítimo, elegido, él sí, por amplia mayoría en las urnas por el pueblo”.

No importan los precedentes de insultos a Sánchez de Milei, que apenas 72 horas antes de aterrizar en Madrid declaró este martes: “El cobarde mandó a todos sus ministros a insultarme”. “¿Quién es el cobarde?”, le preguntó el entrevistador. “Sánchez”, respondió. Da igual que la ministra de Sanidad, Mónica García, opine este jueves que el encuentro muestra “deslealtad institucional” por parte de Ayuso. Y mucho menos que Lobato le cuestione lo mismo este jueves en el Parlamento regional. La presidenta de Madrid tiene claro que la visita de Milei es una oportunidad para propagar su discurso contra Sánchez, y actúa en consecuencia.

“Tenemos un gobierno que nos insulta, difama desde viajes en el extranjero, que permite que se insulte constantemente a España y al Rey, y ustedes se callan, con sus socios y medio gobierno insultando al Rey de todos”, dijo Ayuso. “¿De qué lealtades y de qué instituciones nos están hablando?”, preguntó, mirando a Lobato. “¡Que nos traen a inmigrantes para repartir favores y los tratan como fardos!”, se queja. Y remató: “Deslealtad es lo que hacen ustedes cada día”.

El presidente Javier Milei junto Santiago Abascal, titular del  partido Vox de España
El presidente Javier Milei junto Santiago Abascal, titular del partido Vox de España

No hay nada, por lo tanto, casual en la recepción. La llegada de Milei no es solo una nueva oportunidad para confrontar con Sánchez. Presente en la convención ultra que promovió Vox en Madrid en mayo, darle una medalla autonómica en medio de su choque con Sánchez (lo que Ayuso justifica porque España “es un país fuertemente descentralizado”), supone un reclamo para los votantes del partido de extrema derecha, a los que la baronesa lleva años intentando atraer. Y no ha sido tarea fácil.

Para sorpresa de muchos estrategas de la política madrileña, Vox resistió el primer tsunami Ayuso: subió en votos y escaños entre las elecciones de 2019 y las de 2021. El primer síntoma de flaqueza llegó en la primavera de 2023: Vox no solo perdió representación en las autonómicas de aquel año, sino que dejó de ser decisivo para las políticas del gobierno de la baronesa. Un momento de debilidad que Ayuso intenta explotar con denuedo desde entonces. Lo ha hecho de nuevo este jueves, cuando acusó a Monasterio de “mentir” y dudó de la utilidad de su partido. Un mensaje que ya lanzó la semana pasada con toda contundencia.

“No sé qué sentido tiene Vox, no sé para qué están ahí”, dijo en el pleno anterior Ayuso. “Con la que está cayendo en España, con el momento que estamos viviendo, esa campaña demostrada, continua, contra nosotros... ¿de qué sirve? ¿Les sirve a ustedes de algo?”. Siete días después, a aquella acusación se une que uno de los grandes símbolos de Vox, Milei, se acerque a Ayuso en una visita institucional: toda una andanada en la línea de flotación del partido ultra.

Por Juan José Mateo