Viaje al cielo desde el infierno: narrativas migrantes de la travesía

Cuartoscuro
Cuartoscuro

Igual que los rieles paralelos por los que transita “la Bestia” —el tren que traslada a los migrantes rumbo a la frontera de México y Estados Unidos— en la crisis migratoria avanzan dos líneas paralelas que, aunque corren cercanas, nunca convergen y no lo harán jamás.

Primer Riel

En este riel avanza la profunda deshumanización que sufren los migrantes. Por un lado, convertidos en moneda de cambio por políticos, gobiernos y partidos de todos los colores y naciones en la defensa de sus posiciones (racistas, nacionalistas o supuestamente solidarias) y por el otro, tratados como vil mercancía por el crimen organizado, las maras, los coyotes y los traficantes de personas.

A la indiferencia real y a la manipulación simbólica barajada por todos los políticos y gobernantes, de aquí y de allá, se suma la manipulación mercantil ejecutada por los criminales que borran el rostro y biografía de personas que tratan como objetos hasta que ya no les sirven o se niegan a servirles. No importa nada, ni que sean niños, mujeres o ancianos.

La narrativa hiperpolarizada agudizada por Trump le sirve como carnada para su base electoral racista. Ha despertado a los demonios de la supremacía blanca. Su sonsonete “build the wall”, las amenazas tarifarias a México, los recortes de la ayuda económica a los países centroamericanos y un sinfín de medidas coercitivas han tenido sus ecos y reverberaciones políticas, legales, humanitarias, burocráticas, estadísticas, presupuestales y hasta policiacas en todos los países involucrados.

Esto ha puesto los reflectores del mundo en una situación grave, no nueva y siempre despiadada. Las prácticas crueles no son marca registrada del bando republicano. Ya Obama se ganó la etiqueta de “deportador en jefe” 1 o Bill Clinton inició la vigente y muy letal estrategia de Prevention Through Deterrance, que le deja al salvaje desierto la sucia tarea de segar miles de vidas. 2

Estas políticas agresivas contra los migrantes del sur de la frontera han sido una constante cíclica desde el siglo XIX hasta nuestros días, momentos que han incluido deportaciones masivas o esterilizaciones indiscriminadas a mujeres de origen mayoritariamente mexicano.

Pero no todo es Trump o Crenshaw o De Santis, al problema dentro de los Estados Unidos habría que añadir a una población supuestamente liberal e incluyente que en su gran mayoría no tiene la menor idea ni interés en saber quiénes son estos migrantes, de donde vienen, cuál es su cultura, su lengua y sobre todo su aportación a Estados Unidos. Se limitan a usarlos como proyectiles para juzgar y condenar a su detestado expresidente.

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Segundo Riel

En este riel avanzan las personas con sus ilusiones, esperanzas, temores y sufrimientos. Avanzan con sus pasos, con sus voces. Cientos de miles de migrantes centroamericanos y mexicanos que forman un concierto coral al que hay que poner atención, escuchar con interés y abrazar con empatía.

Las escenas presentadas y las voces que iremos escuchando han sido recogidas en proyectos realizados por el equipo de consultores e investigadores de LEXIA, mediante entrevistas a profundidad e inmersiones etnográficas llevadas a cabo en una decena de proyectos en todos los países pertenecientes a este circuito migratorio trasnacional.

El principal descubrimiento estructural para comprender estas narrativas es la convivencia de un objetivo estratégico puramente racional – acceder a mejores condiciones de vida – con una fundamentación abiertamente “irracional” expresada en código religioso.

El propósito es racional, pues en general vivirán mejor en Estados Unidos (más prósperos y seguros) e “irracional” al blandir una fe que les protege subjetivamente de los peligros y las consecuencias.

En este código religioso el Cielo es Estados Unidos; el trayecto el Purgatorio; México, Guatemala, El Salvador y Honduras, el Infierno.

Este texto hace un recorrido dantesco que inicia en el pretendido cielo y termina en el desgarrador infierno.

EL CIELO

Freddy tiene 17 años y vive en una aldea, renta una casa de madera y lámina. Es el segundo de tres hijos con la tarea de mantener económicamente a su mamá, su hermana, su suegra, su esposa y su hijo.

Eduardo, su hermano mayor, se lanzó en búsqueda de aquella tierra prometida. A pesar de la incertidumbre del trayecto y los peligros de sobra conocidos, lo logró. Los primeros meses “usó el dinero para cubrir deudas”, pagar la cuota del Coyote y ayudar en los gastos de la casa.

Al cabo de unos meses, la “vida soñada” se integró a la cotidianidad de Eduardo cuando se unió a un equipo de futbol. Compró una playera y unos “tacos” y los hizo parte de la “vida real” cuando lo subió a Facebook. Las imágenes del partido eran incontrovertibles. En ese momento Fredy supo que su hermano Eduardo había triunfado.

Estados Unidos representa un lugar idealizado por los migrantes, donde esperan tener mejores oportunidades económicas, horizonte de desarrollo para sus familias y un espacio de seguridad física protegido por las leyes.

Allá la gente ve a Estados Unidos y piensan que está a todo dar. 3

Las redes sociales y las comunicaciones instantáneas dan credibilidad a la expectativa sobre el destino. Facebook funciona como “fact checking” para corroborar la veracidad de lo que sucede en la “tierra prometida”.

Cuando veo las fotos con los paisajes, pienso ¿si él pudo por qué yo no?

Además de estas confirmaciones cotidianas existen las verificaciones biográficas, las historias de familia que confirman la pertinencia de intentarlo.

Mi tío, él se fue por lo de la guerra (…) le ha servido mucho porque ahora sus hijos son ingenieros y un doctor, con el salario de un ingeniero de allá, no se va a comparar uno de acá.

Este “fact checking” no solo se da en las redes sociales o la comunicación transfronteriza, también salta a la vista en las propias calles y barrios de las comunidades emisoras.

Cuando uno camina por la aldea y ve una casa grande y bonita uno dice: “esa casa viene de Estados Unidos”.

Las contribuciones de los migrantes indocumentados a la economía de Estados Unidos es enorme. No solo mantienen bajos los salarios de algunas ocupaciones beneficiando directamente a empresas y profesionistas independientes, sino que aportan más del doble de contribuciones fiscales de lo que reciben en materia de servicios del gobierno. 4 Ha quedado totalmente demostrado que son más “givers” que “takers”. Son las manos que están construyendo -en sentido real y figurado a los Estados Unidos.

Aquí hay mucho trabajo y se paga bien. Es una bendición que haya trabajo, a eso vino uno.

El reencuentro familiar es también una motivación relevante. Las tribulaciones de la migración producen familias fragmentadas y las subsecuentes heridas emocionales. A partir del inicio de la administración Trump destaca un agudo repunte de familias (ya no individuos aislados) buscando instalarse en los Estados Unidos. 5

Los encuentros familiares son momentos de intensa emocionalidad siempre acechados por la incertidumbre.

Sacar a mi hija, andarla paseando a todos lados a donde ella quiera ir, comprarle ropa, llevarla al mall. A todos los lugares que no le di y no sé hasta cuándo.

Otro factor muy atractivo para las mujeres migrantes es que en Estados Unidos suelen encontrar la posibilidad de ser protegidas por las leyes y la policía en casos de violencia doméstica, lo que es muy extraño en sus lugares de origen.

¡Allá cual esperanza! Olvídese, antes te friegan más ellos. Acá si les llamas sí vienen, y si los agarran, los castigan.

Las voces recogidas hasta el momento nos pintan la cara amable y deseable del proceso migratorio. Pero este proceso no es un lecho de rosas. Llegar allá no es ni fácil ni instantáneo.

Eso es lo que pasa, que aquí se mira tan bonito, entonces ellos piensan en estar aquí y no en el sufrimiento del camino.

Paradójicamente, ser detenido por la patrulla fronteriza y las autoridades estadounidenses es un respiro en numerosas ocasiones y un motivo de tranquilidad. Es como llegar a la antesala.

Pero cuando lo agarra migración uno siente que ya nada, nada le va a pasar, es algo tan bonito
Ya estando del otro lado, ya es como salir del agua y respirar.

Esto no obvia el hecho de que la patrulla fronteriza usa diversos métodos inhumanos para hacer la vida difícil a los migrantes. En este rubro se puede incluir la práctica de separación de padres e hijos, los recortes de fondos a programas de soporte psicológico y enseñanza del inglés a los detenidos, las jaulas para niños, etc. Un método no tan publicitado, pero sí sufrido por los migrantes es “la hielera”, un espacio de detención.

Migración últimamente se ha portado mal con el inmigrante, lo ha tratado muy mal, a él lo dejaron 15 días metido en una hielera, lo sacaron de ahí y lo mandaron de regreso para acá, pero antes de eso lo hicieron sufrir mucho.

Es un freezer donde la temperatura está baja, baja. Le hacen castigar por cruzar el país ilegalmente. Para que a la próxima ya no vuelvan a cruzar o para que ellos cuenten la experiencia.

Sin dejar de observar el evidente maltrato, hay que señalar que este es constreñido por leyes, protocolos de actuación, presencia de defensores de derechos humanos y periodistas vigilantes. Esto amortigua abusos y sufrimientos, no comparables a la indefensión extrema vivida durante el trayecto.

Usted siente que ya está segura, se le ha acabado el miedo, todo el sufrimiento que ha quedado atrás, uno dice “aquí ya no me van a matar, aquí ya no me va a pasar nada, aquí estoy a salvo”, mientras que atrás tienes la vida vendida.

Un claro ejemplo de interpretaciones diferentes de un mismo hecho legal es que el detenido al recibir un citatorio para acudir a la corte, lo resignifica como la recepción de un “permiso” para estar en los Estados Unidos. No lo es legalmente, pero para efectos prácticos, así se experimenta.

Ya todos estuvimos más tranquilos cuando lo agarraron y le dieron el “permiso”.
… y luego cayó “la hoja” 15 días después que habíamos regresado de la corte, cayó diciendo que no nos presentáramos en esa fecha, que esperáramos otra carta que va a caer más después y gracias a Dios lo alargaron hasta el 27 de diciembre.

El hecho de que Estados Unidos se conduzca con base en leyes y protocolos suaviza la experiencia de la deportación.

Para regresarte es fácil, no pagas pasaje ni nada, nada más vas a migración, y sabe qué, soy de tal parte, y no tengo dinero, ni he comido; presta para acá, ahí está tu comida, te mandamos a México, a donde están todos los indocumentados de todo el mundo y ya, a tu casa.

EL PURGATORIO

Son las 4 pm cuando me presento en la casa de Yamileth. Tiene 16 años y su expresión parece de alguien mayor. “…Me deportaron hace 3 años, lo voy a volver a intentar, pero esta vez yo escogeré al coyote”, aunque su voz es firme, lo dice como si fuera un secreto.

Yamileth y su familia viven en una colonia mara donde abundan los asaltos y robos a mano armada. El asesinato de su tío favorito -frente a su casa- fue uno de los detonadores del primer intento, cuando viajó sola, pero con la bendición de su mamá.

“¿Qué fue lo más difícil del trayecto?” pregunté. Sin dudar me contestó: “México”. Continuaba la entrevista cuando se detuvo y con la mirada en la pared dijo “…entonces mi coyote me llevó a un cuarto oscuro, no sabía que estaba lleno de hombres, todos me violaron”.

El rostro de Yamileth ahora parece tener 8 años. A un costado su mamá contiene el llanto, pero el cuerpo actúa y la rodea con los brazos temblando. Se acaba de enterar.

El trayecto hacia los Estados Unidos es una metáfora del purgatorio, ese lugar intermedio entre el cielo y el infierno donde lo único seguro es que la persona requiere purgar sus pecados para poder acceder a la esfera superior.

Dicen que cuando uno sufre después llega a merecer, no es sólo sufrir en la vida ni sólo gozar. Hay que sufrir para merecer.
Si dios vino a sufrir por nosotros, ¿qué no vamos a sufrir nosotros mismos?

En esta fase de la ruta migratoria, el discurso religioso es más intenso y omnipresente.

Con la fe en dios y la fe en la virgen como le digo, en eso tienen la fe puesta. Eso es todo, para uno en el camino.

No es para todos, hay quienes lo intentan una y otra vez y no pasan, tienen que aceptar que dios no tenía esos planes para esa persona.
Si no tenemos a Dios no tenemos a nadie, por el simple hecho de decir “me encomiendo a Dios o gracias a Dios que pasó tal cosa”, respetando las religiones sea cristiano, evangélico, la religión que tengan, Dios es muy importante para venirte aquí, a tener confianza en un camino.

La crisis migratoria y humanitaria del viaje de menores no acompañados rumbo a la frontera se destapó en 2015 con el gran aumento de 40,000. 6 Que los padres de familia manden o den anuencia a sus niños y adolescentes para irse solos, lo explica su fe. En su corazón, sus hijos no van solos, van con Dios y la virgen.

Sí, yo sentía que me los protegía, que la virgencita me los venía protegiendo en el camino. Sí, yo sabía que nada me les iba a pasar.

Pero como uno tiene fe en Dios, que Dios los va a cubrir con su manto bendito y todo eso, entonces uno dice “se lo encargo a Dios”.

Sólo el código religioso del arrepentimiento es el que en ocasiones puede disuadir a los padres de mandar a sus menores no acompañados.

Sí, me arrepentí de haberlo mandado traer, cuando estaba ahí en el camino me arrepentí y me dije solo por tenerlo aquí lo voy a perder, es una desesperación que uno no halla qué hacer, ahí solo dios con ellos.

La fe es una armadura para enfrentar múltiples riesgos y peligros. Nadie se va engañado, saben que por delante tienen el desierto, los carteles, las autoridades extorsionadoras, las violaciones, las carencias y privaciones.

Mira, tienes fe en llegar. Aunque cuando uno sale dice: bueno, llego o muero, son dos opciones, vienes dispuesto a todo por estar acá.

Las pruebas de fe más grandes y experiencias de corte bíblico más estrujantes se viven en la travesía del desierto. Quienes se aventuran a pasar por ahí ponen en todo momento en peligro sus vidas. 7

Murió de sed, murió de hambre, murió de dolor. Porque no tiene para dónde darle. El desierto no tiene fin…
En el trayecto hay personas que se mueren deshidratadas… Varias veces encuentran personas muertas, así deshidratadas o de hambre por el camino que tienen que pasar.

El desierto es un exterminador natural, por eso buscar a la autoridad es el recurso a la sobrevivencia.

Me dijo “mami yo ya no puedo caminar, mis pies se me van echando sangre, si no me agarra migración me voy a morir, mis pies ya están reventados, yo mejor aquí me quedo”. Cuando me dijo aquí me quedo, le dije no, entréguese a migración que ahí va a estar más segura.
Si migración no la halla, si migración no pasa por donde está usted… usted ahí murió.

El viaje al Norte encuentra en México una fase amenazante. Es también en sí mismo un infierno.

Del viaje lo más duro es pasar por México, porque uno tiene que pasar el infierno para llegar allá.
Ya en México es el problema de últimamente con el tráfico de personas de órganos y todo eso. Muchas veces matan a las personas y más adelante se van creando más riesgos: violaciones… que las extorsiones, y sí, es un gran riesgo irse allá…

Aquí es justo realizar un matiz, ya que los migrantes a su paso por el territorio mexicano también encuentran gestos solidarios y humanos a cargo de personas comunes y corrientes que les ofrecen apoyo, comida o simplemente una sonrisa empática. Destaca especialmente la labor de organizaciones de la sociedad civil y algunas iglesias que les proporcionan albergue, consejo y defensoría de derechos humanos.

La frontera sur de México había sido muy porosa, pero debido a las presiones ejercidas por la administración Trump y Biden, las cosas se han complicado para los migrantes desde este punto del trayecto.

Lamentablemente que en México es otro país que no sé por qué se ha puesto muy racista, no quiere dejar pasar el inmigrante.
En México ahora desde la frontera desde Honduras está militarizado y todo eso, para que los niños no puedan salir, ya no la dejaron y no pudo llegar al destino que traía.

La violencia e inseguridad comandada por el crimen organizado que asuela a la sociedad mexicana se ceba también con los migrantes, quienes son muy vulnerables a secuestros, extorsiones y trata de personas.

En Piedras Negras lo agarraron los Zetas. Dice mi sobrino que había muchachas bonitas chiquillas que venían de El Salvador, solas esas niñas también y llegaron esos hombres, se metieron a esa casa, checaron a las muchachas y a las dos más bonitas se las llevaron, ya no supieron nada de ellas.

Pedían 2,500 dólares, pero para un compañero no quisieron pagar y eso nosotros lo vimos, se los cortaron delante de nosotros, todavía con el teléfono ahí diciéndole, escuchando los gritos los familiares y lo que hizo un hermano de él es ponerse a llorar, pero ya era demasiado tarde.

Ultimadamente los matan, ¿por qué? Porque ellos piden una suma de dinero y yo digo algo, que si yo los tuviera ¿para qué me voy a arriesgar para ir para allá?

El trayecto en La Bestia no está libre de peligros.

… Existen extorsiones, también en las vías del tren han encontrado restos de cuerpos que los arrojan, muchas veces que van en el tren y caen, muchas veces no sobreviven y muchas veces quedan demasiado dañados.

En los estudios realizados por LEXIA y GAUSSC (Nexos, 2011) 8 sobre la identidad del mexicano, descubrimos que para la mayoría de los mexicanos “su patria es su familia”, por lo que es comprensible esperar que la recepción y trato a los migrantes centroamericanos no sea especialmente bien recibida por la mayoría de la población. De hecho, existe una mirada distorsionada, pues en México percibimos que nosotros tratamos mejor a los migrantes centroamericanos que como Estados Unidos trata a los migrantes mexicanos, 9 lo cual no concuerda con la realidad recogida en los testimonios de los migrantes.

Merece una mención especial la gravedad del caso en materia de violaciones, principalmente a mujeres. Lo que explica que en muchas ocasiones se prefiera mandar niñas menores -no tan atractivas sexualmente- o el que empiecen a tomar anticonceptivos al iniciar el trayecto ante la enorme probabilidad de sufrir agresiones sexuales. El mecanismo de defensa es guardar silencio o cerrar los ojos para que el corazón no sienta.

No sé bien lo que le pasó porque no quiere hablar, solo se pone a llorar, por eso mejor no le pregunto.
A veces es mejor no saber. Antes el tabú era decirnos cómo nacían los bebés, ahora el tabú es hablar del viaje o de las experiencias, no se los cuentas para no asustarlos.

EL INFIERNO

“…Métete rápido, acaban de matar a balazos a mi vecino, dicen que no pagó la renta”, me susurró Andy mientras se le quebraba la voz.

A los 13 años sólo juega con su hermano menor. Su papá -conductor de mototaxi- les permite una hora de juego en silencio, no más allá del pasaje frente a su casa.

“… por eso tenemos que hacer como que no vivimos aquí, porque a los niños también los levantan…”. La colindancia del vecindario con el basurero de la ciudad hace que los malos olores, las ratas y los asesinatos sean cotidianos.

Al terminar la entrevista, Andy me advierte: “te vas rápido y bajas la mirada, no veas a nadie, si los miras a los ojos significa que los estás retando”. La colonia es reconocida por la venta de armas, droga y el ajuste de cuentas, por ello, anularse es sinónimo de supervivencia.

La descomposición de la economía, la seguridad y la ausencia de estado de derecho en los países centroamericanos y lamentablemente también en amplias regiones de México se convierten en un verdadero infierno para las personas.

Toda la situación en América Latina está más agudizada en Centroamérica con este problema de la pobreza, de las maras, la gente está como loca por quererse venir por acá para poder subsistir y salir adelante.

Los motivos económicos siguen siendo relevantes, aunque como veremos más adelante, una cosa es la miseria y otro los peligros de vejaciones y muerte violenta.

Tengo que arriesgarme. Si me muero de hambre aquí, mejor me muero de hambre para allá, pero queriendo luchar, luchando para salir adelante, dejar un patrimonio para mi familia.

Mi familia tuvo que irse porque la situación de desempleo en este país es preocupante, uno tiene que ver la manera de sacar a sus hijos adelante y no teníamos más opciones.

Mis sobrinos se fueron a Estados Unidos con mi hermano porque no tenían futuro, no hay empleo y la situación económica era muy difícil para ellos aquí en Guatemala.

Los niveles de violencia sufridos por estos migrantes están en los primeros lugares de la lista en todo el planeta. Es tan duro lo que viven en sus ciudades y comunidades, que es muy comprensible la decisión de embarcarse en travesías tan riesgosas como impredecibles.

De todos los hondureños que van solo la mitad van a llegar vivos, ahora también se suman los salvadoreños, la gente está temerosa por la delincuencia en los países y ¡los gobiernos no hacen nada!

He tenido muchas amistades que nos han matado, un primo mío hace dos años y me lo mataron, tengo mucha pérdida así que me han matado, yo cuando regreso me da miedo

Eran felices ahí en su rancho, y lo mataron, y a un señor que vivía con él -era mudito- a su esposa la balacearon, le quebraron el codo, todo eso, la llevaron al hospital. Ella no veló, ni enterró, ni los nueve días, nada, sacaron todo lo que pudieron y se fueron. Perdieron tierras, animales, todo lo que estaba ahí en una noche, para amanecer en un día, le digo se viene por eso, si no se sale lo matan ahí, en El Salvador.

La presencia ubicua y amenazante de las maras ha provocado un verdadero éxodo de refugiados de la violencia.

Hay mucho pandillero, mucha gente que matan allá, allá no puede decir nada de la vecina, no puede hablar nada de un hombre que ande mal vestido, traiga tatuaje, la gente ya piensa mal de usted, si usted dice algo que no parece, al otro día ya no amanece.

¿Entonces qué es lo que pasa ahora? Y lo vamos a ver los salvadoreños, si ya tiene 15 años ya está bueno para las pandillas… ¿Qué es lo que haces como padre de familia?

Mi hijo se fue ilegal porque los mareros lo querían reclutar, cuando los jóvenes se niegan a ingresar a las maras los mataban cruelmente y yo no quería perderlo.

Esta violencia se ensaña con las mujeres. 10 Es impresionante y creciente el número de mujeres que migran solas o con sus hijos huyendo de la violencia machista. A la impunidad estructural se suma el grado extremo de crueldad y sadismo con que los crímenes son perpetrados. A la violencia intrafamiliar se suma la macabra actuación de las maras que emprenden mutilaciones de órganos sexuales, estrangulamiento y violaciones delante de sus hijos. Hay dos factores que están llevando a este sadismo a grados tan extremos: la práctica macabra de usar a las mujeres como terreno de guerra para marcar quien domina, y la absoluta impunidad y desinterés de los gobiernos para proteger a las mujeres de la violencia doméstica y de género que tiene plagada a Latinoamérica de feminicidios, y que coloca a Honduras y El Salvador entre los cinco países más peligrosos del mundo para las mujeres.

Mi prima se fue ilegal porque el marido que tenía se metió a la delincuencia y cuando lo metieron preso amenazaba a mi prima con matarla si no iba a verlo al presidio cada vez que él quería y le exigía que le dejara el niño durmiendo en la cárcel. Ella tuvo que irse y pidió asilo político.

La violencia no ha cesado nada; vamos a ver qué pasa porque a ella ya la habían amenazado, habían querido abusar de ella y por eso la mandé traer.

Ayudé a mi hija para que se fuera para allá porque la amenazaron de muerte aquí en Honduras y no tuvimos otra opción.

Conclusión

El fenómeno de migración de centroamericanos y mexicanos a Estados Unidos convive en dos dimensiones contradictorias que claramente no se tocan una a la otra. Los migrantes se han convertido en moneda de cambio, en carne de cañón, en carroña para los buitres electoreros y “algo” más a ser traficado por parte de las bandas criminales.

No se les reconoce como seres humanos con derechos, con problemas de salud, con carencias insuperables, con un sufrimiento profundo por la desigualdad social que los ha hundido en la pobreza, la falta de oportunidad, la miseria y la inseguridad física.

Miles y miles de ellos en realidad entran dentro de la figura de refugiados. Personas que huyen del conflicto y la persecución. Su condición y su protección están definidas por el derecho internacional, y no deben ser expulsadas o retornadas a situaciones en las que sus vidas y libertades corran riesgo.

Más allá de la aguda politización del fenómeno, lo humano es atender las necesidades de las personas que dejan su lugar de origen hacia un nuevo destino, desesperados por la falta de oportunidades económicas, el deseo de reunificar una familia o el cada vez más grave fenómeno de una violencia cruda, brutal y desalmada.

Que su voz, sus risas, sus llantos, sus gritos de auxilio no se estrellen en los muros de exclusión ni en el ensordecedor ruido mediático de los mercenarios del caos y del conflicto.

Hay que ir a la raíz y solucionarlo humanamente. Lo humano es que el Infierno deje de serlo. Solo reconstruyendo naciones con desarrollo económico, instituciones democráticas bajo el imperio de ley será posible contener el éxodo. De otro modo la ola migrante seguirá creciendo y será arrolladora, impulsada por las fuerzas incontenibles de la razón y la fe.

* Guido Lara es Fundador de LEXIA y Adriana Arizpe es consultora asociada.

 

1 Durante sus 8 años en el poder, la administración Obama deportó a más de 3 millones de personas.

2 El objetivo explícito ha sido redireccionar el tráfico de migrantes a las zonas desérticas con condiciones más agrestes. La medida ha aumentado en más de 300% las muertes de migrantes desde 1998 y cuadruplicó las posibilidades de morir en el camino. El antropólogo Jason de León en su libro “Land of open graves” estima que por cada uno de los 375 cadáveres que la policía migratoria recoge en la arena, el número de multiplica entre cinco y diez veces porque muchos cuerpos se descomponen y desaparecen dadas las condiciones climáticas en el desierto. * De León, J. (2015). The land of open graves: living and dying on the migrant trail. USA: University of California Press.

3 Las voces aquí recogidas (en letras cursivas a la largo del texto) provienen de migrantes y sus familias localizados en 5 países de este circuito transnacional: Honduras, El Salvador, Guatemala, México y Estados Unidos.

4 Considering the fiscal contributions of immigrant households in the United States (2016). USA: Institute for Immigration Research.

5 El interés de los migrantes por cruzar la frontera unidos en familia ha repuntado agudamente pese a las políticas del gobierno de Trump.* Dickerson, C. (2019). Border at ‘Breaking Point’ as More Than 76,000 Unauthorized Migrants Cross in a Month. New York Times. Disponible aquí.

6 El número de niños que cruzan la frontera solos, incremento drásticamente a partir del año 2014. * Child and young migrants. (2019). USA: Migration Data Portal. Disponible aquí.

7 En este reportaje multimedia se ilustra de manera rotunda y clara la crueldad de esta estrategia. Varjacques, L., & Ma, J. (2019). To stop border crossings, the U.S. made the journey deadlier. USA. Disponible aquí.

8 El mexicano ahorita: retrato de un liberal salvaje (2011). México: Nexos.

9 De acuerdo con el estudio Migración: apreciaciones hacia adentro y hacia afuera de la frontera el 62% de las personas encuestadas afirmaron que México debería ser más estricto en el cruce fronterizo de los migrantes mientras que, el 38% que el país debe ayudar al desarrollo de los países centroamericanos (Centro de Opinión Pública Laureate México, 2019, p. 15). Disponible aquí.

10 ‘Someone Is Always Trying to Kill You’ by Sonia Nazario. Disponible aquí.