Un veterano diplomático iraní frente a un empresario de EE.UU. con aura de gran negociador
Teherán, 11 abr (EFE).- Irán y Estados Unidos celebran el sábado conversaciones acerca del programa nuclear iraní con dos representantes aparentemente opuestos: un veterano diplomático iraní frente a un empresario estadounidense con aura de gran negociador.
El ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, representará a su país en las negociaciones en Omán y frente a él se encontrará el enviado especial de Estados Unidos para Oriente Medio, Steve Witkoff, en medio de las dudas de si se reunirán ya que Washington asegura que serán directas y que Teherán insiste en que se producirán de manera indirecta con mediadores.
Araqchí cuenta con una amplia experiencia diplomática y una reputación de moderado dentro de la República Islámica, mientras que las credenciales de Witkoff residen en ser amigo íntimo del presidente estadounidense Donald Trump, con quien juega al golf, y tener un aura de gran negociador.
Araqchí, veterano negociador
De hecho, Araqchí fue uno de los principales negociadores del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y otras potencias, y que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones económicas.
Su contraparte en esas negociaciones, la estadounidense Wendy Sherman le definió en sus memorias como “firme, decidido, tranquilo” y un experto en la cuestión nuclear.
Nacido en una familia de comerciantes, conservadora y religiosa en Teherán en 1962, Araqchí luchó como voluntario en la guerra contra Irak entre 1980 y 1988, una experiencia que marcó su visión del mundo y que ha usado para defender el programa de misiles iraní.
Tras la guerra estudió Ciencias Políticas en la Universidad Islámica Azad de Teherán y obtuvo un doctorado en Políticas y Gobierno en la Universidad de Kent en 1996.
Tras ello se unió al Ministerio de Exteriores iraní como analista y poco a poco fue ascendiendo en la jerarquía del departamento y ejerció como embajador en Finlandia y Japón a principios de los 2000.
El exministro de Exteriores Javad Zarif lo eligió como su adjunto en las negociaciones nucleares que culminaron en el acuerdo de 2015 y que Trump abandonó en 2018 de manera unilateral para reimponer sanciones contra el país persa.
Witkoff, “supernegociador’’ de Trump
Araqchí tendrá enfrente a Witkoff, un hombre que carece de experiencia diplomática pero que se ha convertido en una suerte de “superenviado” de Trump al cargo de las negociaciones de paz en Ucrania y la cartera del conflicto en Oriente Medio.
Desde la Casa Blanca definen a Witkoff como “uno de los mayores negociadores del mundo”, y eso y la gran afinidad con el presidente le han convertido en una especie de ‘supernegociador’ para Trump.
El mandatario le atribuyó el éxito del alto el fuego entre Israel y Hamás y el intercambio de prisioneros con Rusia en febrero, en unas negociaciones que según él le permitieron crear una “amistad” con el presidente ruso, Vladimir Putin, con quien habría pasado “mucho tiempo”.
Judío de 69 años nacido en el Bronx, Witkoff construyó su fortuna inmobiliaria en gran medida identificando propiedades infravaloradas y obteniendo capital de los mismos inversores una y otra vez, con lo que ha logrado un patrimonio de al menos mil millones de dólares.
En las últimas semanas, Witkoff ha afirmado que “hay posibilidades reales” de establecer un programa de verificación para garantizar que Irán no desarrolla armas nucleares, en un tono más conciliador que otras figuras de la Administración de Trump.
Ese tono le acerca a Araqchí, quien tiene reputación de moderado y tranquilo.
La semana pasada Araqchí publicó un mensaje en X en el que aseguraba que su país no desarrollará armas atómicas a pesar de que Trump abandonó el pacto nuclear. Witkoff respondió a ese mensaje con un “genial”, que borró a los pocos minutos.
Jaime León
(c) Agencia EFE