Venezolanos siguen desafiando a la peligrosa selva del Darién, "una pesadilla" en su camino a EE.UU.

El llanto de niños migrantes retumba en la selva, que acompañados de sus padres viven momentos de desesperación, enfrentan inclemencias del tiempo y hasta al crimen organizado. "Mi hijo me pedía ya no caminar", cuenta una madre que anhela llegar a EE.UU.