El Vaticano por primera vez sancionó canónicamente a un cura “troll” y le prohíbe participar en redes sociales

El sacerdote español Francisco J. Delgado, durante una de sus transmisiones en YouTube
El sacerdote español Francisco J. Delgado, durante una de sus transmisiones en YouTube - Créditos: @captura

ROMA.- Por primera vez en su historia, el Vaticano sancionó canónicamente a un cura “troll” -es decir, que solía publicar mensajes instigadores y llenos de odio o difamaba en las redes sociales-, y lo conminó a llamarse a silencio. La sanción llegó a través del arzobispado de Toledo, que tiene a cargo al cura puesto en el banquillo.

Se trata del sacerdote español Francisco J. Delgado, que había saltado a la fama en febrero pasado al desearle la muerte al papa Francisco en una tertulia difundida a través de YouTube, pero que no fue sancionado por esto, sino por haber atacado a una víctima y testigo protegido de una investigación que el Vaticano está haciendo sobre los abusos cometidos por el cuestionado grupo religioso católico peruano conservador Sodalicio de Vida Cristiana, según pudo confirmar LA NACION de fuentes vaticanas.

Fue el propio Delgado -que vive en Virginia, Estados Unidos, pero es de la diócesis de Toledo- quien dio la noticia de su sanción en X. “Por orden directa de mi arzobispo, me veo obligado a interrumpir la actividad en todas mis redes y a suspender mi participación en medios de comunicación”, anunció. “En esta ocasión no lo hago por mi propia voluntad. No me queda más remedio que defenderme de una calumnia de la que espero algún día poder dar detalles”, agregó.

“Obviamente, a pesar de la persecución, sigo manteniendo mi propósito de ser fiel a la Iglesia de Cristo y a su jefe visible, que es el papa Francisco. Ofrezco todos los sufrimientos de esta situación por la conversión de aquellos que dañan a la Iglesia, desde fuera y desde dentro. ¡Viva Cristo Rey!”, concluyó, en su despedida de las redes sociales.

Enrique Escardó, víctima de abusos de Sodalicio, celebró en X esta medida punitiva, la primera que toma en este sentido el Vaticano. “Llega una buena noticia para mí. Este es el cura facho que me bloqueó y luego me difamó e insultó hace un par de meses en varios tuits y por varios días por ser víctima del Sodalicio”, escribió. “La historia llegó al Vaticano y me pidieron los detalles del caso porque la investigación al Sodalicio está abierta aún. Me dijeron que lo iban a sancionar”, explicó, al precisar que “a eso se sumó que días después le deseó la muerte al papa [Jorge] Bergoglio en su podcast. Pues aquí están las consecuencias”.

Escardó también destacó que “es la primera vez en la historia que la Iglesia católica sanciona a un cura por ‘troll’ y me siento orgulloso de que haya sido gracias a mí”.

Fuentes vaticanas consultadas por LA NACION confirmaron esta última frase y explicaron que Escardó es testigo protegido en la investigación especial sobre abusos de poder, sexuales y económicos que comenzó en julio pasado un equipo de investigadores de lujo, liderado por el arzobispo maltés, Charles Scicluna, máximo experto en abusos del Vaticano, y el sacerdote español Jordi Bertomeu, oficial de la sección disciplinar de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Scicluna y Bertomeu son muy conocidos por haber ido en misión especial a Chile en 2018 para justamente investigar el escándalo de abusos y, tras su informe, un “tsunami” sacudió a la jerarquía católica del país trasandino.

Los ataques de Delgado contra Escardó, en plena investigación del Vaticano, causaban interferencias y significaban obstrucción a la justicia. Por eso se decidió la sanción, que, a petición del Vaticano, fue comunicada al cura por el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, de quien depende.

El Sodalicio de Vida Cristiana es una organización católica peruana de derecha, fundada en 1971 en respuesta al auge de la Teología de la Liberación por un laico, Luis Fernando Figari. En 2015, apareció en Perú un libro llamado Mitad monjes, mitad soldados, que recopila los testimonios de 30 exintegrantes que denunciaron abusos físicos, psicológicos y sexuales cometidos por Figari y las otras cabezas del movimiento.

En 2008 se inició un proceso de beatificación a Germán Doig Klinge (1957-2001), que fue vicario general del SVC y segundo al mando después de Figari, proceso que fue luego cancelado porque salieron a la luz denuncias de abusos.

Tras haber decidido intervenir a este grupo en 2018, en julio del año pasado el papa Francisco decidió enviar al arzobispo Scicluna y a Bertomeu en misión especial a Perú para investigar a fondo los abusos sexuales, de poder e irregularidades económicas cometidas por este grupo muy influyente peruano, que habría blanqueado millones de dólares en paraísos fiscales.

Esta investigación determinó la dimisión, a principios de abril y mucho antes de cumplir los 75 años, del arzobispo de Piura, José Antonio Eguren, de 67 años, prelado vinculado al Sodalicio y a un escándalo por tierras en las que hasta hubo campesinos muertos.

En un mensaje grabado a mediados de abril, el papa Francisco, evidentemente informado acerca de la investigación en curso y que evidentemente invitó a Eguren a dar un paso al costado, aludió a esos turbios negociados y respaldó a los campesinos: “Yo sé lo que les pasa a ustedes. Defiendan la tierra, no se la dejen robar. Gracias por lo que hacen. Yo desde aquí rezo por ustedes y les estoy cercano. Con gusto les doy mi bendición en el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Coraje y adelante!”.