El Vaticano confirmó que el Papa le pidió al cardenal Zuppi conducir una misión para frenar la guerra en Ucrania

Francisco recibe a Volodimir Zelensky durante la visita del líder ucraniano a Roma y el Vaticano la semana pasada
Francisco recibe a Volodimir Zelensky durante la visita del líder ucraniano a Roma y el Vaticano la semana pasada - Créditos: @afp

ROMA.- Después de días de versiones encontradas, el Vaticano confirmó este sábado que será el cardenal italiano, Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y con gran experiencia en resolución de conflictos, el único enviado especial del papa Francisco para la difícil misión de intentar frenar la guerra en Ucrania.

“Puedo confirmar que el papa Francisco le encomendó al cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el encargo de conducir una misión, de acuerdo con la Secretaría de Estado, que pueda contribuir a aliviar las tensiones del conflicto en Ucrania, con la esperanza, nunca dejada de lado por el Santo Padre, de que esto pueda abrir caminos de paz”, declaró el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, al responder consultas de los periodistas acreditados ante el Vaticano.

“Los tiempos de dicha misión y sus modalidades están actualmente bajo estudio”, agregó Bruni, sin dar más detalles.

El Papa junto al presidente Volodimir Zelensky y el resto de la delegación ucraniana que visitó Roma y el Vaticano la semana pasada
El Papa junto al presidente Volodimir Zelensky y el resto de la delegación ucraniana que visitó Roma y el Vaticano la semana pasada

Desmintió, así, en parte, la noticia que había dado el jueves pasado el blog Il Sismografo, sitio especializado en cuestiones vaticanas, de la que informó La Nación, sobre dos enviados especiales del Papa a Kiev y a Moscú. Il Sismografo mencionó no sólo a Zuppi, sino también, al arzobispo Claudio Gugerotti, sucesor del cardenal argentino Leonardo Sandri al frente del Dicasterio para las Iglesias Orientales, un prelado con experiencia diplomática porque fue nuncio (embajador de la Santa Sede) en Armenia, Georgia, Bielorrusia y Ucrania.

Vista la repercusión que había tenido la noticia, ya el viernes Gugerotti había desmentido tajantemente haber sido involucrado en una misión de paz, en un comunicado. Como Zuppi, en cambio, se había mantenido en silencio, muchos comenzaron a especular en un único enviado especial del Papa, tal como, efectivamente, se confirmó este sábado.

El primero que había revelado la existencia de una “misión” -aún no pública, sino secreta-, para intentar frenar una guerra que cumplirá 15 meses y ha involucrado a todo el mundo, había sido el papa Francisco a fin de abril, al regresar de Hungría, país vecino de la “martirizada” Ucrania, desde el cual había hecho sendos llamados a “esfuerzos creativos” para buscar la paz.

“También ahora hay en curso una misión, pero aún no es pública. Cuándo será pública, lo diré”, dijo el Papa, en la habitual conferencia de prensa en el avión, enigmático. “Creo que la paz se hace siempre abriendo canales, nunca se puede hacer una paz con una cerrazón. Invito a todos a abrir relaciones, canales de amistad”, explicó.

Después de esa frase, si bien llegaron desmentidas tanto desde Kiev, como desde Moscú, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos del Papa, se manifestó “sorprendido” por ello y, en dos ocasiones, ratificó la existencia de dicha misión, que aparece de todos modos más que difícil en este momento.

Retirada y paz justa

Como el propio presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, le hizo saber al Papa y a su canciller, el arzobispo británico Paul Gallagher, cuando tuvieron una reunión cara a cara en el Vaticano, hace una semana, no habrá ninguna tregua hasta que las fuerzas rusas que invadieron la región del Donbass y, en 2014, la península de Crimea, se retiren de su territorio.

“Con todo el respeto por Su Santidad, no necesitamos mediadores entre Ucrania y el agresor, necesitamos una paz justa y nosotros deberemos hacer el resto”, afirmó Zelensky, cuando fue entrevistado por directores de medios italianos, poco después de su audiencia con el Papa.

“Le dije al Santo Padre que lo invitamos a él, como a otros líderes, a trabajar por una paz justa, en el formato de la fórmula de paz de diez puntos de Ucrania que presenté en el G-20 de noviembre pasado en Indonesia, que es muy concreto”, precisó, al explicar que el Vaticano podía justamente ayudar en el punto “humanitario”, que establece que deben regresar cerca de 20.000 niños ucranianos deportados a Rusia. “Le pedí al Papa que presione a Rusia en este tema”, indicó Zelensky, cuya fórmula de paz de diez puntos implica la integridad territorial de Ucrania y, por lo tanto, la retirada de Rusia no sólo de las zonas ocupadas del Donbass, sino también de la península de Crimea.

El Papa y el patriarca Kirill de Moscú conversan sobre la situación en Ucrania, en los primeros días de la invasión
El Papa y el patriarca Kirill de Moscú conversan sobre la situación en Ucrania, en los primeros días de la invasión

En otro reflejo de lo complejidad enorme de cualquier misión para una tregua, Zelensky también dijo una y otra vez, claramente, que es imposible negociar con Putin, porque no es confiable. Y que cualquier cese del fuego, tregua o congelamiento del conflicto en este momento -en el cual Ucrania sigue cosechando apoyos y armas-, implicaría para Rusia tiempo para rearmarse, para luego volver a atacar.

La “misión” del cardenal Zuppi, que junto a la comunidad católica de San Egidio, considerada una diplomacia paralela del Vaticano, tuvo un rol clave en las negociaciones para frenar la guerra civil de Mozambique en 1992, también será difícil porque, si bien se descuenta que sería recibido por Zelensky en Kiev, nadie sabe si pasaría lo mismo con Vladimir Putin en Moscú.

Desde que comenzó la agresión rusa a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, hasta ahora, pese a sus intentos, el Papa nunca logró comunicarse en forma directa con el presidente ruso. Nunca pudo hablar por teléfono con él, a diferencia con Zelensky .

No obstante, como él mismo destacó en diversas entrevistas, siempre se llevó bien con Aleksander Avdeev, el embajador ruso ante la Santa Sede que está por concluir su mandato, con quien en estos meses de guerra logró negociar algunos intercambios de prisioneros. En un gesto fuera de protocolo con el que dejó clara su disposición a hacer cualquier cosa para detener la guerra, el Papa había ido a ver al embajador Avdeev a su oficina al día siguiente del comienzo de la ofensiva. Habrá que ver si logrará, también, llevarse bien con Ivan Soltanovsky, el diplomático ya designado por el Kremlin como nuevo embajador ruso ante la Santa Sede.