La escandalosa fiesta en el Lago de los Ozarks que podría desatar un nuevo brote de COVID-19 y convertirse en una tragedia

Nadaron, rieron, convivieron como, literalmente, en los viejos tiempos. Y lo hicieron en masa: muchedumbres de bañistas arribaron el pasado fin de semana en el llamado Lago de los Ozarks, un embalse de agua en el centro del estado de Missouri, a unas 150 millas el oeste de la ciudad de San Luis.

La visión de enormes masas de gente sería lo usual en años pasados durante el pasado fin de semana largo del Día de los Caídos, uno de los principales festivos en Estados Unidos y el momento en que simbólicamente se abre el verano.

Una muchedumbre festeja en una piscina en el balneario Lago de los Ozarks, en Missouri, en desacato de las medidas de distanciamiento social para mitigar la epidemia de Covid-19. (Twitter/Lawler50)
Una muchedumbre festeja en una piscina en el balneario Lago de los Ozarks, en Missouri, en desacato de las medidas de distanciamiento social para mitigar la epidemia de Covid-19. (Twitter/Lawler50)

Pero en momentos en que la pandemia de covid-19 se ha cobrado ya casi 100,000 muertos con casi 1.7 millones de casos registrados, el país se ha estremecido al constatar como centenares de personas se agolpaban, con nulo distanciamiento social y desde luego con pocas prendas (la mascarilla no entre ellas) en abierto desafío a los lineamientos de mitigación de la enfermedad establecidos por las autoridades estatales.

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Calificativos como desafiante, irresponsable, frívolo, ignorante, inconsciente, temerario y demás podrían aplicarse a las personas que, desde Kansas y Missouri, se arremolinaron en playas, piscinas, restaurantes y bares para disfrutar de unos momentos de fiesta como si el covid-19 no existiera.

Pero existe y la muchedumbre fue tan grande que las autoridades de Kansas y Missouri, de acuerdo a un reporte de The New York Times, han urgido a los que se reunieron en el Lago de los Ozarks el pasado fin de semana a colocarse en cuarentena por dos semanas o hasta que den negativo en una prueba de detección del coronavirus.

Una fiesta en una gran piscina fue especialmente notoria, escandalosa y potencialmente muy infecciosa. Videos de lo que allí sucedió se han vuelto virales en Internet y causado consternación.

Ello es un vistazo a lo que podría pasar en el país si cunden las actitudes de desdén o minimización ante los riesgos de contagio del coronavirus, que aún son muy considerables, y con ello crece la ominosa posibilidad de que la epidemia repunte y se vuelva imperativo un nuevo ciclo de confinamiento, cierre de actividades económicas y, lo más rudo, más enfermos y fallecimientos.

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“Ahora, esas personas regresarán a su casa en San Luis y condados en Missouri y el Medio Oeste, elevando la preocupación por la posibilidad de más casos positivos, más hospitalizaciones y, trágicamente, más muertes”, dijo Lyda Krewson, alcaldesa de San Luis.

El hecho, según reportó NBC News, de que a los que asistieron a la fiesta en la piscina se les tomó previamente la temperatura y se les distribuyó desinfectante de manos fueron, paradójicamente, medidas más bien estériles.

Dado que el coronavirus se propaga de modo intenso a través de personas infectadas pero asintomáticas vuelve tales medidas intentos fútiles de prevenir contagios.

En el vecino estado de Kansas, las autoridades sanitarias estatales consideraron a lo sucedido en el Lago de los Ozarks como “un comportamiento temerario” y llamaron también a los allí presentes a ponerse en cuarentena.

Pero como es una recomendación, y no una orden que pueda hacerse cumplir por parte de las autoridades, es incierto cuántas de esas personas se pondrán en cuarentena. Máxime cuando su conducta sugiere que ellos no consideraban que se hubiesen expuesto al riesgo de contraer o contagiar el covid-19 o quizá pensaron que en todo caso nada les sucedería. Con esa mentalidad, luce dudoso que alguien opte luego por ponerse en cuarentena de modo voluntario por dos semanas.

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El dueño de uno de los bares donde se dio una muy concurrida fiesta en una piscina dijo a la televisora NBC News que se trató de que las personas no se reunieran en grandes grupos, pero que “no sabían quiénes estaban en esos grupos, quiénes eran familias. Esperábamos que lo hicieron ellos mismos”. Eso obviamente no sucedió, y presumiblemente era poco probable que sucediera de entrada.

Los operadores de esos sitios donde se reunieron muchedumbres tienen también su cuota de responsabilidad.

Missouri ha comenzado en días recientes un proceso de reapertura por fases, pero en el momento actual no estaban incluidos en los lineamientos al respecto participar en reuniones con gran cantidad de personas donde no es posible mantener el necesario distanciamiento social. Pese a ello, no habría sanciones para quienes se reunieron en esas muchedumbres.

El problema es que el castigo, individual o social, podría ser punzantes nuevos botes de coronavirus. Una situación de todo indeseable pero que, a la luz de esas masas de personas reunidas, es una posibilidad considerable e inquietante.