Cada vez urge más encontrar una mejor vacuna contra el dengue
El brote de dengue que se ha desatado en América Latina en los últimos tres meses es de una magnitud asombrosa: un millón de casos en Brasil en cuestión de semanas, un enorme repunte en Argentina, un estado de emergencia declarado en Perú y, ahora, otro, en Puerto Rico.
Es una advertencia de un panorama cambiante para la enfermedad. Los mosquitos que propagan el dengue proliferan en ciudades densamente pobladas con infraestructuras deficientes y en entornos más cálidos y húmedos, el tipo de hábitat que se está expandiendo rápidamente con el cambio climático.
Los gobiernos de América Latina han confirmado más de 3,5 millones de casos de dengue en los tres primeros meses de 2024, frente a los 4,5 millones de todo 2023. En lo que va de año se han producido más de 1000 muertes. La Organización Panamericana de la Salud advierte de que este puede ser el peor año para el dengue jamás registrado.
El panorama de las enfermedades, que cambia con rapidez, necesita soluciones nuevas, y los investigadores brasileños aportaron la única buena noticia de esta historia con el reciente anuncio de que una nueva vacuna contra el dengue, administrada en una sola inyección, había proporcionado una fuerte protección contra la enfermedad en un ensayo clínico.
Actualmente hay dos vacunas contra el dengue, pero una es un régimen costoso de dos inyecciones, mientras que la otra solo puede administrarse a personas que ya han tenido una infección por dengue.
La nueva vacuna de una sola inyección utiliza clases vivas y debilitadas de las cuatro cepas del virus del dengue, y ha sido creada por científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. El Instituto Butantan, instituto público de investigación de Sao Paulo, y Merck & Co.
Butantan fabricará la vacuna. Ya produce la mayoría de las vacunas que se usan en Brasil, y tiene capacidad para fabricar decenas de millones de dosis de esta nueva. El instituto tiene previsto presentar la vacuna contra el dengue a la agencia reguladora de Brasil para su aprobación en los próximos meses y podría empezar a producirla el año que viene.
Pero eso no servirá de nada en este brote, y para cuando la producción se ponga en marcha y se inicie el despliegue nacional, quizá tampoco sea suficiente para el siguiente; el dengue suele aparecer en ciclos de tres o cuatro años.
Y no será necesariamente de ayuda para el resto de América Latina: Butantan solo fabricará la vacuna para Brasil. Otros países de la región que luchan contra el dengue tendrán que comprarla a Merck, que no ha dicho cuánto piensa cobrar por la vacuna.
Y existe, por supuesto, demanda de una vacuna contra el dengue más allá del continente americano: los mosquitos están propagando la enfermedad a Croacia, Italia, California y otras regiones que no la habían visto antes. Los lugares acostumbrados a soportar brotes leves ahora se enfrentan a situaciones nunca antes vistas: Bangladés tuvo 300.000 casos el año pasado.
El dengue se conoce comúnmente con el nombre de fiebre quebrantahuesos, por el dolor insoportable que causa en las articulaciones. No todo el mundo experimenta ese dolor: tres cuartas partes de las personas infectadas por el dengue no presentan ningún síntoma, y entre los que sí los tienen, la mayoría de los casos se parecen solo a una gripe leve.
Pero casi el 5 por ciento de los enfermos evoluciona a lo que se denomina dengue grave. El plasma, el líquido rico en proteínas que componen la sangre, puede empezar a salirse de los vasos sanguíneos y provocar un shock o un fallo orgánico.
Cuando los pacientes con dengue grave son tratados con transfusiones de sangre y líquidos intravenosos, la tasa de mortalidad suele ser de entre el 2 por ciento y el 5 por ciento. Pero cuando no reciben tratamiento —porque no se dan cuenta de que es dengue y no buscan tratamiento con suficiente rapidez, o porque los centros de salud están desbordados— la tasa de mortalidad es del 15 por ciento.
En Brasil, el actual brote de dengue está afectando más a los niños; los menores de 5 años tienen la tasa de mortalidad más alta de todos los grupos de edad, seguidos de los que tienen entre 5 y 9 años. Los adolescentes de entre 10 y 14 años tienen el mayor número de casos confirmados, según el Instituto Oswaldo Cruz, un centro nacional de investigación en salud pública.
En enero, cuando las clínicas empezaron a verse desbordadas por pacientes con dengue, el gobierno brasileño compró todas las reservas mundiales de una vacuna japonesa contra el dengue llamada Qdenga. Las enfermeras de salud pública la están administrando a niños de 6 a 16 años, pero este año solo habrá vacunas suficientes para vacunar a 3,3 millones de los 220 millones de habitantes de Brasil.
Esta gran iniciativa nacional protegerá a unos cuantos millones de niños, pero no contribuirá en nada a su inmunidad de rebaño.
Qdenga no es barata: cuesta unos 115 dólares por dosis en Europa y 40 en Indonesia. Brasil paga 19 dólares por dosis, tras haber negociado un precio más bajo para su compra a gran escala.
c.2024 The New York Times Company