El vídeo de unos adolescentes que prueban Windows 95 por primera vez que te hará sentir como un dinosaurio

Windows 95 era el colmo de la comodidad. Acostumbrados a la pantalla negra de MS-DOS, a los comandos extralargos para ejecutar acciones sencillas o a los gráficos en ASCII, la llegada del primer sistema operativo realmente Windows (los anteriores solo eran programas que funcionaban por encima de DOS) supuso una revolución: para abrir un archivo solo hacía falta clickar sobre él; para ejecutar Word solo era necesario pulsar sobre su icono; y qué decir de buscaminas o del solitario, dos pedazo de juegos.

Pero a pesar de lo bonito de su interfaz y de lo ‘rápido’ que cargaba -comparado con otros programas de la época-, parece que este software ha envejecido fatal. Así lo demuestra un estupendo vídeo de Teens React - la serie de vídeos del canal de YouTube Fine Brothers Entertainment en el que adolescentes de la actualidad se enfrentan a objetos del pasado- dedicado a Windows 95.

Tras hacer un par de comentarios sobre lo mastodóntico del ordenador (la pantalla es más grande que todo el ordenador) y decir algún chiste más o menos gracioso (“Es un Dell… no la cantante Adele”) o suspender en historia de la informática (“¿A qué este fue el primer ordenador de la historia?”), los chavales entran de lleno en el mundo Windows 95… y no pueden quedar más decepcionados.

Los primeros problemas empiezan con el encendido. Todos creen que el botón de inicio de la pantalla es el que inicia el PC en sí, pero están equivocados: “Espera, creo que debería dejarlo apretado más tiempo”. tras decirles que deben buscar otra manera de encender el equipo, rápidamente entienden dónde hay que pulsar.

Empieza el suplicio
Windows no empezaba nada más empezar, por el tiempo que tarde en ponerse en marcha. Los jóvenes dicen frases como “Suena raro, suena fuerte. Se toma su tiempo. Puedes irte a preparar un tentempié y cuando vuelvas, ya está listo”.

Cuando aparece el logo en pantalla de Windows 95 los chicos aseguran que “es histórico. Es previo a mi época”.

Cuando el entrevistador les explica que el producto fue revolucionario para su época, y que cambió la historia de los ordenadores personales, todos muestran su asombro. Sobre todo por la fecha: “¿De verdad salió en 1995? ¿El 95 viene de 1995?”. Y tampoco parecen muy impresionados por su supuesta importancia “Sí, he oído hablar de él, sobre todo cuando dicen que apesta”.

Ante la pregunta sbre qué ven diferente en el vetusto software comparado con el Windows actual, uno de ellos contesta “Parece el mismo, pero está como vacío”, mientras que otra dice “Es más bruto, como con las esquinas endurecidas y es más impersonal”.

Aplicaciones
“¿Reconocéis algunas de las aplicaciones que veis en pantalla?”, pregunta el entrevistador, por cierto de manera incorrecta: en aquella época se llamaban ‘programas’ a secas. Los chavales solo reconocen de manera clara la papelera de reciclaje y alguno Internet Explorer, un icono que una vez más, les hacer recordar la palabra ‘malo’.

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Cuando intentan acceder a Internet, no pueden hacerlo .Una pantalla les avisa de que es imposible. Y aquí llega una información que les deja de piedra: no pueden navegar porque Windows 95 no es compatible con la tecnología Wifi. “¿QUÉEEEEE?” exclama una chica. “¿Entonces cómo se puede conectar a Internet si no hay Wifi”, preguntan los demás. No dan crédito a que hay que enchufar un cable y, sí, usar un módem.

“¿Pero qué es un módem?”, pregunta un chico alucinado. Cuando les explican que es un aparato que va conectado al PC y al teléfono, parecen recordar el característico sonido que hacen estos aparatos.

Para activar el módem y que el ordenador acceda a Internet, es necesario utilizar un punto de acceso. En este caso, el de AOL. Y aquí llega algo que los actuales treintañeros recuerdan con horror: los interminables minutos de espera hasta que la conexión se establecía.

“Cargando, cargando, cargando…” repite un impaciente joven. “La conexión no ha sido posible, reinicializando… ¿Estás de broma?” Está claro que no tienen nada de aguante. “Es un dolor en el culo”.

La voz en off continúa: “Uno de los grandes avances de Windows 95 fue el botón de Inicio…”. Pero ni por esas valoran lo que tienen delante. “Me parece increíble que algo tan pequeño todavía siga en los ordenadores en 2016” opina una chica.

Hasta Windows 95, la gente no podía navegar por los archivos” les dice el entrevistador. “Pues entonces debía haber mucha gente perdida” le suelta uno. “¿Cómo encontraban las cosas?” pregunta otra.

Es entonces cuando les introduce el concepto de DOS, el sistema operativo anterior a Windows. “En DOS había que escribir con el teclado los códigos para que cualquier programa funcionara o para abrir cualquier archivo”. Por las caras que ponen está claro que nadie es capaz de imaginar cómo podía ser un ordenador sin iconos y que se manejara sin ratón ni trackpad. “No me puedo imaginar que nadie memorizara todos esos códigos” dice una. Otra razona que “si un iPad funcionara con códigos para pasar de una app a otra, muy pocos estarían interesados en comprarlo”.

La voz sigue repasando la historia: “Windows 95 fue tremendamente popular y vendió 7 millones de copias en todo el mundo en sus primeras semanas”. Un dato que los jóvenes no terminan de entender. “¿De verdad?”. Un chico sí que lo comprende: “Bill Gates -fundador de Microsoft- es el padre del software”.

Seguimos: “Para instalar Windows 95 era necesario introducir 13 disquetes uno a uno”. La respuesta: “Se debía tardar horas”. “Sé lo que es un disquete”. “Yo ahora me descargo las cosas en minutos y se instalan solas”.

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Cuando les preguntan sobre si son conscientes de que la tecnología actual ha avanzado de manera espectacular respecto a los sistemas informáticos de antaño, todos aseguran que se asombran de ello. “Cuando la gente mayor vea este vídeo y piensen que no tenemos ni idea de los ordenadores antiguos, yo solo quiero decirles una cosa: “los siento, pero no tengo la culpa de haber nacido después de esto”.

La última sorpresa llega con el apagado. Todos saben cómo hacerlo, pero se sorprenden de que encima tengan que pulsar un botón físico para completar la operación. “¿Por qué tengo que hacerlo? ¿Por qué es seguro apagar mi ordenador ahora? ¿Le podría pasar algo?” Se pregunta intrigada una chica.

Menos mal que ninguno de ellos se enfrentó a un virus informático. Eso sí que era un desafío, y no conectarse a Internet mediante un módem…