Universitario crea marca de puros para honrar a los abuelos que murieron en el colapso de Surfside

Nick Fusco tenía 16 años cuando recibió su primer puro: un regalo de su abuelo, sacado de un cajón especial en el condominio de sus abuelos en Surfside.

Fusco, que ahora tiene 23 años, dice que eso inició una tradición de fumar puros con su abuelo mientras compartían historias, bebían café cubano o comían juntos.

Su tiempo juntos se vio truncado el 24 de junio, cuando sus abuelos —Gonzalo y María Torre, de 81 y 76 años respectivamente— murieron en su apartamento, entre las 98 personas que fallecieron al colapsar el edificio de condominios Champlain Towers South.

Fusco lanzó este mes una nueva marca de puros, El Mago Cigars, con la que espera compartir la tradición y honrar la historia de sus abuelos como inmigrantes.

“No hay nada sin sentido en el proceso de fumar un puro. Todo tiene un significado. Uno quiere crear recuerdos”, dice Fusco. “Por eso me pareció que funcionaba tan bien poder compartir la historia de la vida de mis abuelos a través de los puros, porque fumar puros y contar historias van de la mano”.

Nick Fusco y su difunto abuelo, Gonzalo Torre, fumando puros juntos.
Nick Fusco y su difunto abuelo, Gonzalo Torre, fumando puros juntos.

El nombre de la marca, El Mago, es un acrónimo de los nombres de sus abuelos, María y Gonzalo. Inspirado en la magia que, según Fusco, crearon sus abuelos al escapar de los regímenes comunistas de Cuba y la antigua Checoslovaquia para dar a su familia un futuro mejor.

Los puros se enrollan a mano en Nicaragua y están disponibles en cinco mezclas, algunas de las cuales llevan el nombre de cualidades que, según él, ejemplificaban sus abuelos, como “triunfante” e “intuición”. En las etiquetas de los puros aparece una foto de sus abuelos y la fachada del James Hotel, un hotel boutique de South Beach que compró su abuelo y del que ahora es propietaria su familia. En la etiqueta también aparece 1965, el año en que se casaron sus abuelos.

La idea surgió de un regalo de Navidad para su mamá

Fusco, estudiante de posgrado en Contabilidad en la Universidad Barry, dijo que la idea de la línea de puros surgió como un regalo de Navidad a su madre el año pasado. Con la ayuda de dos amigos de la industria del tabaco, hizo una caja de 10 puros con etiquetas de fotos de sus abuelos.

Su madre lloró al recibir el regalo y le dijo a Fusco que lo compartiera con el mundo, dijo. Fusco ha trabajado con sus amigos —entre ellos el dueño de una fábrica de tabaco nicaragüense— para lanzar la marca.

Miguel Pinto, propietario de la fábrica de Estelí y dueño del salón de fumadores Cigar Cigar en North Miami, creó las mezclas de tabaco y enrolló los puros. Jorge Luis Molina, diseñador y profesional de mercadotecnia, ayudó a diseñar las etiquetas, los tubos y las cajas de los puros.

“Me emociona en el buen sentido de la palabra imaginar que las personas que adquieran el producto tendrán literalmente una foto de mis abuelos en su casa si conservan la caja y el tubo, así que eso significa mucho para mí”, dijo Fusco.

María y Gonzalo Torre, que se casaron en 1965, murieron en el colapso del edificio Champlain Towers South el 24 de junio de 2021.
María y Gonzalo Torre, que se casaron en 1965, murieron en el colapso del edificio Champlain Towers South el 24 de junio de 2021.

Dijo que es el único dueño de El Mago y que usó sus ahorros —principalmente de su trabajo como auxiliar en el Centro Comunitario de Surfside— y el dinero ganado en la bolsa de valores para poner en marcha la empresa. Comenzó a vender los puros en su sitio web a principios de este mes a precios que oscilan entre los $9 y los $15 por unidad. Dijo que en los próximos dos meses tiene previsto ampliarse a determinados salones de puros y tiendas de tabaco.

Fusco afirma que espera que los clientes disfruten de la calidad de los puros, pero que también aprecien las historias y tradiciones que hay detrás del producto.

“Quiero que el mayor número posible de personas conozca y lea la historia de la vida de mis abuelos”, afirma Fusco. “Creo que la gente puede sacar mucho de la lectura de su historia, ya sea inspiración, motivación o fuerza”.

Una historia de amor y supervivencia

María y Gonzalo Torre, a quienes Fusco llamaba cariñosamente Babi y Pepe, se conocieron en la antigua Checoslovaquia y se casaron en 1965, después que Gonzalo saliera Cuba para estudiar ingeniería. Más tarde vivieron juntos en Cuba, pero escaparon en 1968 para pedir asilo en Canadá con dos hijos y $100, dijo Fusco.

Gonzalo trabajó de conserje mientras estudiaba una maestría en Ingeniería Metalúrgica. María trabajaba en una biblioteca. En 1974 se mudaron a Venezuela, donde Gonzalo trabajó de ingeniero y María ascendió en una escuela, pasando de maestra a directora y a dueña de la misma, según Fusco.

Dejaron Venezuela en 1984 y se mudaron a su noveno piso en Surfside.

“Creo que su historia es única, pero también se puede relacionar con ella, porque la vida de nadie es fácil”, dijo Fusco. “Todo el mundo tiene retos, así que realmente creo que leer su historia puede dar mucha fuerza a mucha gente”.

María y Gonzalo Torre, y sus hijos, aparecen en una foto familiar sin fecha.
María y Gonzalo Torre, y sus hijos, aparecen en una foto familiar sin fecha.

Fusco dijo que almorzaba con sus abuelos tres veces a la semana —martes, jueves y sábados— y aprecia el tiempo de calidad que pasó con ellos. Su familia pasaba todas las Noche Buenas en su hogar en las Champlain Towers. Recuerda la música navideña que su abuela ponía en su viejo tocadiscos, como “Es Navidad” de Nancy Ramos, y preparaba comida cubana y otras delicias navideñas.

A medida que se acerca el aniversario del colapso, el viernes, Fusco dijo que ha sido un momento emotivo para su unida familia.

Dijo que todavía puede sentir la presencia de sus abuelos.

Durante su entrevista con el Herald, Fusco encendió un puro detrás de la recepción del Hotel James, al igual que su abuelo había hecho en innumerables ocasiones.