Una universidad pública con dueño, la Autónoma de Sinaloa en tiempos de Cuén

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Al más puro estilo de Andrés Manuel López Obrador, pero sin su carisma, y tras dejar la rectoría de la universidad, pero no su control, Héctor Melesio Cuén Ojeda descubrió muy pronto que la mejor manera de dejar de depender de otros partidos para llegar al poder, era fundar el suyo. 

Por eso en agosto de 2012, luego de ser derrotado en las elecciones de ese verano y en las cuáles intentó convertirse en senador por las siglas de Nueva Alianza de la mano de Fernando González, yerno de Elba Esther Gordillo, “El Maestro” fundó el Partido Sinaloense a partir de la asociación civil “Cuenta conmigo”. 

En su primera elección en 2013, el PAS consiguió 3 diputados locales de representación proporcional: el propio Melesio Cuén, María del Rosario Sánchez y Robespierre Lizárraga, hoy encargado del despacho de la rectoría de la UAS. En esa elección, Lucero Sánchez, originaria de Cosalá y pareja sentimental de “El Chapo” Guzmán, fue arropada por Cuén, el PAN y el entonces secretario de gobierno estatal Gerardo Vargas, para hacerse de la candidatura y llegar al Congreso de Sinaloa, del que más tarde fue desaforada.

En 2016, con Cuén como candidato a la gubernatura en alianza con MC, el PAS colocó 6 diputados locales de representación proporcional. Para 2018 compitió de nuevo en alianza, con Cuén como candidato a senador, y obtuvo solo un diputado de mayoría relativa y uno de representación proporcional, curul ocupada por su esposa, Jesús Angélica Díaz Quiñónez.

Su mayor éxito lo consiguieron en 2021, de la mano de Morena, cuando accedieron a 8 diputaciones por mayoría relativa. La alianza fue avalada por el líder nacional del Movimiento de Regeneración Nacional, Mario Delgado y abanderada por el gobernador actual, Rubén Rocha Moya.

Para su registro, el PAS entregó más de 38 mil afiliaciones, y de ellos, 3 mil 385, correspondían a personas en la nómina de la UAS.
Para su registro, el PAS entregó más de 38 mil afiliaciones, y de ellas, 3 mil 385, correspondían a personas en la nómina de la UAS. Foto: Cuartoscuro

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La Universidad-Partido

Definido por ellos mismos como “el partido local más grande de México”, el Partido Sinaloense tiene su origen en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). En su acta de registro fechada el 14 de agosto de 2012, consta que el PAS fue aprobado por el Instituto Estatal Electoral con un total de 38 mil 246 afiliaciones individuales válidas y de esas, el 8.85 por ciento correspondía a 3 mil 385 registros cuyos nombres figuraban en la nómina de la UAS. 

En la actualidad, según su página web, el Partido Sinaloense cuenta con 140 mil afiliados, de los cuales el 5 por ciento son colaboradores de la universidad.

“No podemos decir que la UAS es el PAS, eso es algo falso que yo rechazo rotundamente, el PAS no está en la UAS, ¿hay militantes?, sí, ¿hay simpatizantes? sí, pero también hay de los otros partidos”, dijo el rector el semanario Río Doce en mayo pasado.

Pero la evidencia dice lo contrario: desde su fundación y hasta el año 2020, el PAS afilió al 61 por ciento del personal de la UAS, esto de acuerdo con un análisis de Noroeste al cruzar el padrón del PAS con la nómina universitaria de 2022.

La afiliación

Un trabajador de la UAS, quien pidió respetar su identidad por temor a represalias, relató a Noroeste cómo los trabajadores son coaccionados para militar y trabajar activamente en “el proyecto” y “donar” recursos económicos al partido; así como el acoso y hostigamiento que reciben cuando se niegan a ser parte del PAS.

Todo inicia con una “invitación” para formar parte del PAS, el compromiso es militar en el partido y participar activamente en las actividades, campañas o jornadas de trabajo en colonias y comunidades rurales que realiza el partido, a cambio hay una promesa de obtener empleo en la universidad, de intendente, vigilante, administrativo o docente.

“Yo entro con esa promesa de que si hago algunas cosas para el proyecto voy a entrar a la universidad, voy a tener un número de empleado, una chamba. Todo el argumento es lo suficientemente blando para que digas tu: claro pues lo que quiero es chamba no hay bronca”, dice.

De acuerdo con los datos mencionados, de los 11 mil 939 registros contenidos en la nómina uaseña, 7 mil 352 corresponden a funcionarios, maestros, investigadores y personal operativo y administrativo que se encuentra afiliado al Partido Sinaloense, cuyo líder formal es otra vez Cuén Ojeda, pues relevó a Víctor Antonio Corrales Burgueño, su sucesor en la Universidad y quien sigue cobrando en ella un salario de 165 mil pesos mensuales.

Durante sus primeros nueve años, el Partido Sinaloense consiguió afiliar a una tasa promedio de casi 500 empleados universitarios por año, siendo 2017 el año con el mayor registro de militantes con mil 208, seguido de 2020 con 894 y 2019 con 857. 

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Universitarios afiliados al PAS perciben el 63% de la nómina de la UAS 

Hasta 2022, los colaboradores afiliados al Partido Sinaloense percibían el 63 por ciento del total de la nómina universitaria, lo que equivale a poco más de 105 millones de pesos mensuales, según datos de 2022.

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Noroeste cruzó las bases de datos del padrón más reciente del partido local, integrado por más de 140 mil registros y actualizado hasta 2021, con la de la nómina de junio de 2022 de la institución universitaria, que ascendió en ese mes a 168 millones 457 mil 558 pesos repartidos en 11 mil 939 registros y encontró que 6 de cada 10 pesos que se pagan en la UAS corresponden a empleados, funcionarios y colaboradores que se encuentran afiliados al PAS.

De esos 105 millones, el 51 por ciento equivale a registros con categoría de “Empleados”, el 6 por ciento a “Funcionarios” y el resto, 43 por ciento, a “Personal de confianza”. 

Cabe destacar que en este último rubro es donde más predomina la filiación partidista, pues de toda la nómina destinada al “Personal de Confianza” en la UAS, el 73 por ciento es percibida por militantes del Partido Sinaloense.

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Los beneficios de ser cuenista

Si la persona ya está dentro de la universidad, la promesa es mejorar su situación laboral, darle número de empleado, una base, un tiempo completo, sindicalizarlo o mejorarle el salario. Entrar al partido es voluntario, pero son coaccionados para aceptar, porque la promesa del beneficio es mayor que lo que hay que dar a cambio. Así lo explica el mismo trabajador mencionado anteriormente:

“Si te lo advierten, te dicen: hay que atender “el proyecto”, es una cuestión política, pero todos tenemos que comer de alguna manera, tenemos que hacer cosas que a veces no son muy agradables pero nada es a fuerzas, tú en todo momento te puedes salir. Así te la ponen y pues efectivamente vienen las invitaciones, vienen las elecciones y ya saben que hay un proyecto, la idea es irlo apoyando hasta que llegan las fechas de campaña”.

De los sueldos más altos y en orden descendente, se encuentran afiliados al PAS el suspendido Rector de la Universidad, Jesús Madueña Molina, desde su fundación en agosto de 2012; el también ex rector Víctor Antonio Corrales Burgueño desde el año 2020; el Coordinador de la Zona Sur, Rafael Mendoza Zatarain en 2012; y el director general de la Secretaría Académica, Jorge Milán Carrillo desde 2012. Muchos de ellos no aparecieron en el padrón fundacional, pero hoy se conoce su afiliación con fecha precisa.

La academia también se encuentra secuestrada, pues la misma situación se repite en el área de Profesores Investigadores, pues de un total de 57 registrados en la nómina mencionada, 44 se encuentran afiliados y 23 de ellos son fundadores del instituto político cuenista, lo que representa el 77 por ciento de la plantilla de investigación.

Fundadores del PAS ganan 38% más dentro de la UAS

Otro dato que evidencia la influencia del PAS al interior de la burocracia universitaria es que ser fundador del PAS paga muy bien, pues al promediar el ingreso de los fundadores pasistas, el monto de remuneración mensual asciende a 18 mil 628 pesos por persona, mientras que la de los no fundadores es de 13 mil 426 pesos, 38 por ciento más para los aliados iniciales del cuenismo.

De la revisión que Noroeste hizo de la nómina mencionada, 2 mil 877 corresponden a fundadores pasistas, y de esos, 2 mil 379 reciben ingresos por una sola vía, 491 por dos vías, 6 por 3 vías y 1 por 4 vías. Es decir, 17 por ciento de los fundadores del PAS tiene, al menos, una doble función dentro de la universidad.

Por ejemplo, existe el caso de una trabajadora que cobró por cuatro vías en junio de 2022: como Secretaria Ejecutiva en una preparatoria, como maestra y por honorarios en otra preparatoria y como Secretaria Técnica Ejecutiva en Contraloría Académica para un total de más de 30 mil pesos.

En total, la nómina que perciben empleados, funcionarios y vía honorarios los fundadores del Partido Sinaloense, asciende a 53 millones 594 mil 401 pesos mensuales, lo que representa 32 por ciento de la nómina completa de la UAS.

Héctor Melesio Cuén y el separado rector de la UAS, Jesús Madueña.
Héctor Melesio Cuén y el separado rector de la UAS, Jesús Madueña. Foto: Noroeste.

La evolución del control pasista

Sobre este tema, el académico y profesor de la Facultad de Estudios Internacionales de la UAS, Jorge Ibarra, detalló a Noroeste la evolución en la relación del Partido Sinaloense y la Universidad Autónoma de Sinaloa:

“Bueno, yo la hipótesis que manejo actualmente, es que ya se transformó esas formas de coerción, sigue habiendo coerción, pero ya es distinta a como era en un inicio, tú sabes, pues hubo una alianza entre Gobierno del Estado y las autoridades universitarias, que les dieron una Ley Orgánica, que les permitiera la elección de Consejeros Universitarios pues controlar todo lo que ocurría en la Universidad”.

En una segunda parte, Ibarra destaca la conformación del partido político, paralelo a la Universidad, creándose así un mimetismo entre Universidad y el partido, y es ahí cuando empiezan a operar los mecanismos de censura.

“El ex Rector, Héctor Melesio Cuén creó un organización que se llamó Cuenta Conmigo, creo o algo así, una asociación civil y a partir de ahí empezaron a reclutar a profesores, estudiantes a trabajadores administrativos, hubo un tiempo en que se pedían credenciales de elector, incluso a los trabajadores les decían y a los estudiantes, para pasar calificaciones se les pedía, que mandaran las credenciales de elector de sus familiares, entonces fue una etapa de crecimiento, después eso permitió con todas estas credenciales de elector que se abultara como un padrón que era requerido para conformar un partido político”.

En una tercera etapa, que está en vigencia, explica que es la nueva política de no rechazados, la cual se contempla en la Ley de Educación Superior, por lo que esa obligación ha recaído en la Universidad Autónoma de Sinaloa.

“La Universidad Autónoma de Sinaloa ha recibido mayores recursos, al mismo tiempo el partido ya se ha deslindado un poco, pero ya tiene un presupuesto propio, ya está identificado por la sociedad sinaloense, ya puede avanzar entonces eso le permitió hacerse de recursos al partido, la universidad, a lo que me refiero es que ya no es una coerción, ya no funciona con una coerción directa, tiene otras formas, tiene mayor presupuesto para poder convertirse en una bolsa de trabajo y colocación para muchas familias.”

“Ya no se puede concebir esa coerción de la Universidad como antes existía no, es una, le llamo esa como ‘hegemonía blanda’, que se le dice, y así, no significa esto que no sean formas de control claro que sí, son formas de control, es una dominación, pero ya donde el trabajador lo internaliza como algo normal, ya es un trabajador sin un sentido crítico, que puede desligar entonces, eso que está haciendo ya no lo, se engaña así mismo o lo pone como algo, lo desliga de lo ético y de lo moral, entonces el PAS es un aparato de control político muy fuerte, pero ha sofisticado sus formas de dominación hacia el trabajador”.

El costo de disentir

En caso de negarse a participar, los trabajadores son agregados a la “lista negra” por “rebeldes”, a ellos se les castiga hasta que mejoren su comportamiento y cambien su actitud con las actividades que se realizan dentro del partido.

“Yo siempre seguía (apoyando), tenía bien claro de que mi objetivo era seguir trabajando, ya tenía mi número de empleado, pero quería lo que seguía, horas base, digamos que trabajo más seguro. Lo que he conseguido ha sido ahí picando piedra y aguantando vara, porque sí hubo un tiempo en el que me quisieron dañar mucho difamando de alguna manera, poniendo trabas administrativas, de pagos, una serie de cosas”, relata el trabajador anónimo.

Además de ser obligados a militar y participar en las actividades del partido, los trabajadores también deben “donar” una parte de sus ingresos para financiar el partido.

“Me tocó que repartían por ahí un formato donde hacía uno una donación, uno lo firmaba y según esto uno quedaba como militante (…) es una hoja que te pasan, tiene nombre y que dice yo tal, donó 7 mil pesos, yo recuerdo que me preocupe y dije: hey ¿qué onda?, no me vayan a quitar ese dinero y dijeron: no, no te preocupes”.

“Es un jineteo de dinero, yo no sabía de dónde salía este dinero que según esto yo estaba firmando, o sea, ellos tienen una bolsa que lo sacan de quien sabe donde, de un fideicomiso, se de gente que le han pagado becas pero no se las pagan”.

Además de esto, las preparatorias y facultades desvían parte del presupuesto anual al partido, rubros que fácilmente pueden pasar desapercibidos y carecen de vigilancia, los destinan total o parcialmente a las finanzas del Partido Sinaloense, por ejemplo, el rubro de productos de aseo y limpieza.

“De los presupuestos de las escuelas ahí también jalan en especie, las escuelas tienen un presupuesto y les dicen: tanto es para esto, para esto y para esto, entonces de ahí agarran una parte, por ejemplo de limpieza, de trapeadores, cosas que no son fáciles de comprobar, lo pasan para allá, cada director le rasca a ese presupuesto, finalmente nadie les cuenta los papeles de baño, obviamente una escuela con más recurso le rasca más (las escuelas más grandes ejemplo Facultad de Derecho, de Facultad de Contaduría y Administración, Prepa Zapata, Prepa Sandino) y como no hay control sobre el papel de baño, la escuela lo puede dar todo (al Partido Sinaloense) o lo jinetea, lo cambia”.

A raíz de los procesos judiciales contra las autoridades universitarias, diversas voces al interior de la Casa Rosalina se han manifestado por su democratización y la transparencia de sus finanzas. Tal es el caso de los maestros integrantes del Movimiento Democrático Universitario (MDU), organización formada por profesores y trabajadores, tanto activos como jubilados, quienes denunciaron que fueron afectados con descuentos vía nómina en señal de represión. El vicerrector de la zona sur dijo que los integrantes del MDU incumplieron el contrato laboral.

Primero el partido

Pero la cooptación del PAS a la UAS no se limita a la burocracia universitaria, sino que  también alcanza al alumnado. Un día después de que Jesús Madueña Molina fuera separado del cargo de rector, la UAS suspendió todas las clases y los estudiantes y trabajadores fueron movilizados para marchar en “defensa de la autonomía” en todo Sinaloa. 

Mientras profesores y directivos encabezaban las marchas por calles y avenidas de las principales ciudades de Sinaloa, los alumnos que acudieron a clases ese día encontraron sus salones cerrados con llave. En la UAS, antes que la educación está “el proyecto”.