Universidad de Columbia, trinchera de estudiantes contra la guerra en Gaza

Una bandera en la que se lee "Palestina Libre" cuelga de una ventana de la Universidad de Columbia, en Nueva York, el 30 de abril de 2024. (TIMOTHY A. CLARY)
Una bandera en la que se lee "Palestina Libre" cuelga de una ventana de la Universidad de Columbia, en Nueva York, el 30 de abril de 2024. (TIMOTHY A. CLARY)

Fue aquí, a 9.000 km de la Franja de Gaza, en Manhattan, donde comenzaron las protestas que sacuden las Universidades de Estados Unidos: en la prestigiosa Columbia, de Nueva York, donde los estudiantes ocupan el campus y libran una tensa pulseada con las autoridades.

Una bandera que reza "Palestina Libre" cuelga de una de las ventanas de la institución, que ha restringido fuertemente el acceso al campus.

Este martes, al personal y estudiantes que viven en las residencias universitarias solo se les permitía la entrada por una puerta. Y una pequeña presencia policial se instaló en el campus, según comprobó la AFP.

La estudiante de economía Tina Deng dice no tener una opinión formada sobre la protesta, pero culpa a las autoridades de la universidad por hacer que la policía interviniera y arrestara a los manifestantes el pasado 18 de abril, lo que según ella elevó las tensiones.

"Podría ocurrir lo mismo con quien exprese sus opiniones en el futuro", afirma esta estudiante extranjera de 25 años, que además lamenta los "trastornos" para los alumnos al no poder acceder al restaurante universitario o a la biblioteca.

Epicentro de las manifestaciones propalestinos que se diseminaron por decenas de universidades estadounidenses y de otros países, los jardines de Columbia suelen estar colmados de estudiantes. Pero este martes los pocos rostros que había lucían tensos.

Al amanecer, un pequeño grupo ocupó el edificio administrativo Hamilton Hall, después de que las autoridades dijeran que habían comenzado a suspender a los estudiantes por no cumplir con una orden de desalojo del campamento que habían levantado en los jardines.

- "Tratados con desprecio" -

Los manifestantes claman por el fin de la guerra en Gaza y de la ocupación israelí en los territorios palestinos.

También exigen que la universidad rompa sus vínculos con Israel y quieren el regreso del centenar de estudiantes suspendidos tras la fuerte intervención policial de abril, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.

"Te despiertas por la mañana y todo lo que oyes son helicópteros y sirenas policiales. Y te enteras de que tus compañeros de clase han sido golpeados o detenidos", sostiene el estudiante de Derecho Mohamed Ali.

"Estaban aquí pacíficamente y fueron tratados con desprecio. A todos nos tratan con desprecio", se indigna este joven de 24 años, quien cree que los estudiantes son "castigados colectivamente" para que se vuelvan contra los manifestantes.

Felipe Poelling, de 19, aprueba el movimiento. "Son mis compañeros de estudio, creo que saben por qué están luchando, admiro eso", afirmó.

- "Demasiado lejos" -

Las autoridades de Columbia, al igual que una parte de la clase política, especialmente republicanos, acusan a los manifestantes de "antisemitismo" debido a sus consignas hostiles a Israel, gran aliado de Estados Unidos en Oriente Medio.

La universidad amenazó con expulsarlos, pero los estudiantes replicaron en un mensaje de Telegram: "No nos iremos". Y llamaron a todos sus simpatizantes a manifestarse en el campus o frente a la institución.

"Tomar nuestro campus es la única y la última respuesta a una institución que no obedece sus propias normas ni reglas éticas", dijeron el lunes los líderes de la protesta en una conferencia de prensa.

Muy cerca del campus, el estudiante de ciencias políticas David se dice contrariado.

Quiere que cese "el derramamiento de sangre en ambos lados" del conflicto que libran Israel y el movimiento islamista palestino Hamás.

"En Estados Unidos tenemos el derecho a reunirnos pacíficamente, un derecho que valoramos mucho y que está grabado en la primera enmienda" constitucional, recuerda el estudiante de 19 años que no quiso identificarse por su apellido.

Sin embargo, "no tienes derecho a tomar por asalto (un lugar), organizar motines y agresiones. Eso es ir demasiado lejos", sostiene.

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