Yahoo Noticias “Estamos uniendo esperanza”: Familiares de desaparecidos comienzan Jornada Nacional de Búsqueda en CDMX
Ricardo Arturo Lagunes Gasca, abogado defensor de derechos humanos de 41 años, fue víctima de desaparición forzada el 15 de enero de 2023.
De acuerdo con sus familiares, Ricardo estaba acompañado del profesor Antonio Díaz Valencia, de la comunidad indígena de Aquila.
Su madre, Ana Lucía Gasca, recuerda que su hijo había salido de una asamblea en Aquila, Michoacán, y entre ese punto y Colima, cerca de Cerro de Ortega, fue encontrada su camioneta ya sin ellos y con impactos de bala.
“De ahí ha sido un calvario porque no sabemos nada de él, ni del profesor, y todo ha sido como misterioso, sin ningún resultado de ninguna institución, ni de Colima ni de Michoacán. Al contrario, hay mucho silencio”, lamenta Ana Lucía al pie de la Estela de Luz, donde arrancaron las actividades previstas en la CDMX como parte de la Jornada Nacional de Búsqueda.
Ricardo Arturo vivía en Colima, pero su mamá habita en la Ciudad de México. De ahí que decidiera asistir a la Estela de Luz. Pese a la denuncia que se promovió en aquel estado, no hay resultados.
“Se supone que ha habido búsqueda pero pues ya se fue la señora Karla Quintana, ya se fue Encinas; ahora están otras personas en las instituciones y no han tenido resultados”, lamenta la madre del defensor desaparecido.
“Estoy aquí porque me pareció muy importante la unión de familias. Creo que es lo que tenemos que hacer como sociedad. Nos sentimos solas totalmente, sin respaldo, pero así en unión a las demás familias creo que es un proyecto muy generoso por parte de los colectivos: el podernos unir y poder gritar el nombre de mi hijo”, dice la mamá de Ricardo Arturo mientras a su espalda reposan en la acera de Paseo de la Reforma, frente a la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec, decenas de mantas con fichas de búsqueda.
“Estamos uniendo esperanza”
Araceli Rodríguez, quien también busca a su hijo Luis Ángel, resaltó la importancia que las familias estén unidas para que regrese la paz a sus hogares y al país.
“Tenemos más de 111 mil personas desaparecidas que se quieren maquillar con cifras de un censo que lejos de sumar, resta, y hoy estamos aquí familiares de varios colectivos de Estado de México y CDMX”, declaró la madre.
Las actividades de la Jornada Nacional de Búsqueda comenzaron poco después de las 10 de la mañana cuando los primeros colectivos, colocaron un par de carpas y mantas en el suelo que formaban un recuadro en torno a las placas fijas en el piso con datos de personas desaparecidas, así como mesas para bordar y armar arreglos de flores.
Una vez instalados, la primera actividad fue lavar las placas con los nombres de sus hijos, hijas, esposos, esposas, madres y padres desaparecidos, para después formar un círculo que, dijeron, simbolizaba la fe, la unión, el amor, la paz y la esperanza. Aún tomados de la mano, el círculo se convirtió en un corazón y pidieron guardar un minuto de silencio “no por muerte, sino por amor”.
Antes de colocar los ramos de flores sobre cada una de las placas, Araceli había explicado que estas simbolizan —por sus colores— el amor, la paz y la esperanza. Además de dejarlas sobre las placas, el resto sería para repartirlas junto con los volantes de fichas de búsqueda a las personas que pasaran por ahí “como símbolo de respeto, de que tomaron nuestro volante con sus manos para difundirlo”.
Después iniciaron también actividades de bordado de corazones con nombres de las personas desaparecidas.
La Jornada Nacional de Búsqueda, precisó Araceli, es también una forma de mandar un mensaje a la sociedad civil para que se una a su causa y lucha, y que no espere a vivir en su casa la desgracia de tener un familiar desparecido.
“Esta unificación nacional, es en varios estados de República; todas las manifestaciones son pacíficas, no violentas; son por amor a quienes nos hacen falta, porque los buscamos porque los amamos”, señaló.
“El dolor convertido en causa ha logrado que hoy nosotros en CDMX y Estado de México estemos unidos, logrando hacer el gran corazón de la paz y del amor. Aquí estaremos”, se escuchó en el megáfono mientras las mesas de bordado se preparaban para una jornada que se extendería hasta las 4 de la tarde, seguida de una búsqueda por la noche en la Zona Centro de la capital.
