La extrema derecha mostró su fuerza en las elecciones europeas y provocó un terremoto político en Francia

Una mujer vota en las elecciones para el Parlamento Europeo, en Atenas, el 9 de junio de 2024 (Aris MESSINIS)
Una mujer vota en las elecciones para el Parlamento Europeo, en Atenas, el 9 de junio de 2024 (Aris MESSINIS)

Las elecciones al Parlamento Europeo confirmaron este domingo el auge de la extrema derecha, en un vendaval político que, aunque no modificó los equilibrios de poder en Bruselas, motivó la convocatoria de legislativas anticipadas en Francia y logró enormes avances en Alemania y Austria.

Las proyecciones indican que el partido de extrema derecha Agrupación Nacional arrasó en las elecciones en Francia y obtuvo del doble de votos que la alianza liberal lanzada por el presidente Emmanuel Macron.

Ante el catastrófico resultado, Macron pronunció un discurso al país y anunció la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas, "cuya primera vuelta tendrá lugar el 30 de junio y el balotaje el 7 de julio".

Nunca hasta ahora unas elecciones europeas habían tenido un impacto tan devastador en la política doméstica de un país del bloque.

La elección de los 720 diputados del Parlamento Europeo abre un nuevo ciclo en la UE, y los nuevos legisladores designarán al nuevo presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo del bloque.

En Alemania, la mayor economía de la UE, el partido socialdemócrata del jefe de gobierno, Olaf Scholz, obtuvo el peor resultado de su historia y quedó relegado al tercer lugar, por detrás de la derecha y la extrema derecha.

Según proyecciones del Parlamento Europeo, la alianza conservadora CDU-CSU recibiría alrededor del 30% e los votos. El partido de extrema derecha AfD llega en segundo lugar con alrededor del 16%, y el partido SPD de Scholz, en tercero con un 14%.

Alemania es el país con más elevado número de eurolegisladores, con 96, seguido por Francia (81), Italia (76) y España (61).

En Austria, los sondeos de boca de urna situaron al partido de extrema derecha FPO al frente, con aproximadamente el 27% de los votos.

En tanto, en Italia los sondeos a boca de urna -- que presentan un amplio margen de error -- indican que el partido posfascista Hermanos de Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni, quedó a la cabeza con entre el 25% y el 31% de los votos.

Tras las primeras proyecciones de resultados, la presidenta de la Comisión Europea y aspirante a un segundo mandato, la alemana Ursula von der Leyen, prometió en Bruselas construir una barrera de contención contra "los extremos".

"Vamos a construir un baluarte contra los extremos de la izquierda y de la derecha. Vamos a contenerlos. Eso es seguro", dijo Von der Leyen.

"¡Hemos ganado las elecciones!", afirmó a nombre de su bloque, el Partido Popular Europeo. "El PPE es el grupo político más fuerte del Parlamento Europeo (...) No se puede formar una mayoría sin el PPE", subrayó.

- El gran bloque de la Eurocámara -

Pese al avance de la extrema derecha, los resultados provisorios divulgados por el Parlamento Europeo sugieren que la suma de la derecha más moderada, los socialdemócratas y los liberales centristas seguirá siendo mayoritaria, en un gran bloque de 389 plazas en el que se forjan los compromisos fundamentales en materia legislativa.

Sin embargo, aunque en estas elecciones el número de eurodiputados pasó de 705 a 720, los socialdemócratas perdieron cuatro escaños, los centristas liberales tienen 19 bancas menos y los Verdes dejaron escapar 18 plazas.

La familia política de la ultraderecha está dividida en dos bloques. De un lado, está el bloque de Conservadores y Reformistas (ECR) y del otro, el de Identidad y Democracia (ID), separados por su postura sobre la propia UE.

Luego de esta elección, los dos grupos, individualmente, tienen más legisladores que los Verdes: el ECR quedaría con 72, ID con 58 y los Verdes con 53, según las proyecciones del Parlamento Europeo.

Desde Latinoamérica, el presidente ultraliberal de Argentina, Javier Milei, reaccionó victorioso a los resultados de la extrema derecha y los calificó en X como "un tremendo avance de las nuevas derechas de Europa".

Durante la campaña electoral, Von der Leyen había abierto la puerta a alianzas puntuales con el grupo de la extrema derecha que responde al liderazgo de Meloni, el ECR.

En España, los conservadores del Partido Popular (PP) ganaron las elecciones y consiguieron 22 escaños, contra 20 para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente del gobierno Pedro Sánchez, según el 99% de los votos escrutados.

El partido de extrema derecha Vox llegó en tercer lugar con seis eurodiputados.

España ha encadenado en poco más de un año elecciones municipales, regionales, nacionales y ahora europeas, y cada una tiene sabor a revancha de la anterior.

"Es importante que con nuestro voto decidamos si queremos una Europa que avance o una Europa que retroceda. Y espero que sea lo primero, antes que lo segundo", dijo Sánchez poco después de votar.

En el vecino Portugal, la oposición socialista se impuso por estrecho margen a la coalición gobernante de derecha moderada, al tiempo que la extrema derecha de Chega se quedó en 9,8%, en un lejano tercer lugar.

En Hungría, el partido Fidesz, del ultranacionalista primer ministro Viktor Orban se perfila para obtener su peor resultado en 14 años, pero aún así tuvo más del 43% de los votos.

Fidesz había llegado a estas elecciones con intenciones de voto de casi el 50% de los votos, dejando lejos al principal partido de la oposición, Tisza.

En la vecina Polonia, un votante, Andrzej Zemiejewski, médico de 51 años, aseguró, tras votar en Varsovia, que su preocupación más apremiante era el refuerzo "de la seguridad", ante la proximidad de su país con el escenario de la guerra entre Rusia y Ucrania.

En Polonia, la coalición liberal lanzada por el primer ministro, Donald Tusk, se quedó con alrededor del 38% de los votos, relegando al segundo lugar al ultraconservador partido PiS, con un 33%.

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