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Un verde funeral: EEUU más cerca de permitir que los restos humanos se conviertan en composta

Muchas personas, al expresar su deseo sobre lo que ha de pasar con sus restos tras su fallecimiento, se apartan de las prácticas funerarias convencionales: la sepultura del cuerpo en un cementerio o la cremación y preservación de cenizas en una urna.

Es común en los países occidentales, por ejemplo, que las personas deseen yacer en determinado sitio o que sus cenizas sean esparcidas en un lugar que tuvo un significado en sus vidas. Algunos con los suficientes millones e ideas futuristas optan por congelar su cuerpo a la espera de que la muerte no les sea permanente y otros quieren, en cambio, reintegrarse plenamente al ciclo de los ecosistemas.

Desean que su cuerpo se convierta en composta y que, al mezclarse con la tierra, plantas puedan crecer sobre él y, por qué no, dar flor y fruto. Y de pasada eso les ahorre a sus familiares dinero en gastos funerarios.

Katrina Spade, fundadora de Recompose, muestra composta creada con restos de una vaca naturalmente descompuestos en materiales vegetales. Su idea es hacer lo mismo con restos humanos y crear opciones funerarias verdes. (AP)
Katrina Spade, fundadora de Recompose, muestra composta creada con restos de una vaca naturalmente descompuestos en materiales vegetales. Su idea es hacer lo mismo con restos humanos y crear opciones funerarias verdes. (AP)

Pero aunque la idea tiene un lirismo melancólico y un afán de balance medioambiental que muchos encontrarán atractivos y deseables, en Estados Unidos resulta legalmente imposible transformar un cuerpo humano en composta, abono o tierra de cultivo. Pero eso podría cambiar.

Como informó el periódico The Seattle Times, el legislativo del estado de Washington aprobó el viernes pasado una ley que permite dos procesamientos alternativos de restos humanos. Uno por medios químicos, la hidrólisis alcalina (conocida como “cremación líquida”) que reduce el cuerpo a sus componentes básicos, y otro llamado “reducción orgánica natural”, que en términos generales implica que el cuerpo del difunto sea enterrado no en un espacio específico en un cementerio dentro de un ataúd sino en una estructura en donde progresivamente y con el tiempo se degrada hasta generar una composta que es luego usada para cultivar en ella plantas e incluso crear jardines.

La hidrólisis alcalina es un proceso que ya es utilizado, por ejemplo, en el procesamiento de restos de animales y cuya aplicación en difuntos humanos sería relativamente fácil. La “reducción orgánica natural” o transformación del cadáver en composta es a la vez un proceso más sencillo y complejo.

La idea de “reducción orgánica” antes descrita surgió en buena medida del impulso de Katrina Spade, fundadora de la empresa Recompose, creada con el objetivo de crear la primera casa funeraria de reducción orgánica natural en Estados Unidos.

Es una idea sencilla porque se basa en dejar que el cuerpo se descomponga naturalmente y que sus nutrientes y componentes se reintegren al suelo, para así ser aprovechados por otros seres vivos en el ciclo natural. Pero dado que no es legal ni deseable simplemente arrojar cuerpos a la tierra, Spade y Recompose plantean un sistema funerario que propicia la degradación natural de los difuntos pero en un entorno digno y controlado.

Spade y su equipo han concebido una especie de torre funeraria especial, en la que los cuerpos son colocados en la parte superior dentro de una mezcla de aserrín, alfalfa y paja y, en un entorno sellado, son dejados allí para que tenga lugar el proceso de descomposición natural. Esos restos se van asentando poco a poco y su material se va acumulando en la parte inferior de la torre. Mientras, sobre ellos, otros cuerpos van siendo añadidos en una suerte de comunal retorno a la tierra. Al final, de acuerdo a Spade, cada persona así procesada aporta una yarda cúbica de composta en donde pueden ser plantadas plantas de diverso tipo.

Una ilustración de lo que sería un espacio memorial de Recompose, en donde plantas crecen sobre la composta creada con la descomposición natural de cuerpos humanos, para crear un ambiente de remembranza y ambientalismo. (AP)
Una ilustración de lo que sería un espacio memorial de Recompose, en donde plantas crecen sobre la composta creada con la descomposición natural de cuerpos humanos, para crear un ambiente de remembranza y ambientalismo. (AP)

Spade también imaginó la creación de un entorno público, una suerte de memorial, en el que jardines crecen sobre esa composta funeraria para crear un espacio de remembranza y espiritualidad.

Además, de acuerdo al periódico The Telegraph, el proceso propuesto por Spade reduce las emisiones de carbono por persona en más de una tonelada métrica, por lo que quienes opten por tal método funerario estarían realizando una última y significativa aportación para contener el cambio climático.

Esos factores, y una filosofía ambientalista, en conjunto con el creciente deseo de las personas de que al morir sus cuerpos no acaben en un ataúd bajo tierra o vueltos ceniza en una urna, han dado impulso al concepto de Spade . Tanto que fue incluido entre las alternativas funerarias legalmente aceptadas en la nueva normatividad ya aprobada por el Legislativo del estado de Washington.